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TÉCNICAS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA®

Material exclusivo de nuestro Centro de Formación®.

LA RESILIENCIA COMO ENFOQUE EN LA EVALUACIÓN PSICODIAGNÓSTICA INFANTO- JUVENIL

Lic. Eduardo Maggio.

Lic. Marcela Alvarez.

 

El video sobre este material lo podrás encontrar en:

https://www.youtube.com/watch?v=F9K-lHqyXks

 

Cuando abordamos la Evaluación Psicodiagnóstica de un niño o adolescente en general nuestro trabajo consistirá en realizar a través de la batería de tests administrados un informe lo más completo y comprensivo posible de los subyacentes dinamismos psíquicos,  las características principales de la personalidad del mismo así como la adecuación entre su edad,  la etapa vital y el desarrollo  evolutivo  alcanzado. La finalidad es poder  explicar con claridad y objetividad las razones implícitas en el motivo de consulta (tanto consciente como latente).

 

En este trabajo nos gustaría compartir un criterio de evaluación complementario que puede sumarse a la evaluación psicológica principal que es el diagnostico del perfil de resiliencia presente en el sujeto y en su entorno sobre todo en nuestro caso particular donde nuestro evaluado es un niño o un adolescente. Esto por supuesto tomando en consideración los distintos indicadores que se presenten en los distintos test administrados al niño.

 

Incluir el concepto de Resiliencia como enfoque complementario dentro del proceso psicodiagnóstico hace necesario que consideremos aquí al menos en sus aspectos más salientes que implicaría el mismo.

 

Psicológicamente la resiliencia  puede entenderse como la capacidad que tiene el individuo de enfrentar y afrontar de la manera más constructiva posible las situaciones de adversidad y conflicto tanto intima como ambientales que puedan sucederle a lo largo de su vida.

 

Así cuando una persona ha logrado cimentar en su personalidad y en su psiquismo la capacidad de hacer las cosas bien pese a las condiciones de vida adversas,  pese a las frustraciones; los obstáculos y aun hostilidades recibidas del medio, el sujeto podrá superarlas y aun más, salir de ellas fortalecido o incluso transformado, hablaríamos aquí de capacidad resiliente que es también una capacidad creativa.

 

Esta capacidad de recuperación, reorganización y readaptación que estas situaciones implican  le permitiría  acceder a una vida significativa y productiva para sí y para la sociedad en la que está inserto.

 

Vanistendael uno de los estudiosos del tema de la Resiliencia distingue en ésta dos componentes: Por un lado la resistencia frente a la destrucción; es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión; y por otra  más allá de la resistencia,  la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a circunstancias difíciles. Es decir  en otras palabras implica resistir y hacer.

 

Como profesionales de la salud nos encontramos en muchas ocasiones en nuestro quehacer cotidiano con motivos de consulta críticos por ejemplo cuando se requiere realizar la Evaluación Psicológica con niños o adolescentes que han atravesado o vienen de atravesar  situaciones de tragedia, enfermedad o de estrés, que parecen difíciles o imposibles de superar.

 

En otros casos  la problemática no está tanto en el niño sino en su ambiente familiar, por ejemplo entornos familiares donde haya algún tipo de violencia sea en la pareja parental, de alguno de los padres respecto a los hijos, problemáticas ligadas a las adicciones, alcoholismo, drogas, situaciones de abuso, negligencia en el cuidado del niño…etc.

 

Otra razón puede ser de índole social, así el factor patógeno no está en el ambiente familiar sino en el entorno en el que esta familia y por ende este niño está inmerso, zonas muy carenciadas, o bajo amenaza de guerra o atentados como sucede por ejemplo en el medio oriente. Entonces es no solo el niño sino también la familia la que debe desarrollar aptitudes de resiliencia para no afectar su crecimiento. Esto último es un tema más de la Psicología Comunitaria y otras disciplinas relacionadas y que debe abordarse desde un trabajo político-social.

 

Cuando se inicia la consulta y tomamos conocimiento de problemáticas como las planteadas no sabemos en realidad si el niño por el cual se consulta ha podido construir una personalidad resiliente, no conocemos su personalidad ni las  características concretas de su entorno familiar y social pero si sabemos por el motivo de consulta que se trata de una familia o un niño en situación de riesgo.

 

Por otra parte consideramos también que puede ser importante aun cuando la situación que genera la consulta no reviste la gravedad  de los dos primeros casos mencionados por ejemplo en problemáticas ligadas a dificultades escolares, interpersonales o de comportamiento sintomático en el niño (encopresis, eneuresis, problemas alimentarios, del sueño, miedos, trastornos de ansiedad…) evaluar el potencial de resiliencia ya que aunque parezcan menos graves si se cronifican y no se resuelven terminan afectando también la calidad de vida y las posibilidades del niño en un futuro no tan lejano.

 

La capacidad de resiliencia, puede ser entendida entonces como la capacidad de ese niño y esa familia  para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas. Cabe destacar la resiliencia así como la autoestima nunca es absoluta ni terminantemente estable. Los niños y adolescentes y sus familias nunca son absolutamente resilientes de una manera permanente ya que una situación que pueden afrontar en determinado momento de su vida exitosamente en otro momento puede abatirlos o perjudicarlos en mayor o menor manera.

En la valoración de la capacidad resiliente debemos integrar al mismo tiempo la consideración  tanto la existencia de factores de  riesgo potencial o actual en la vida del niño como también la calidad de los factores protectores.

Se entiende por Factor de riesgo a cualquier característica o cualidad en este caso del niño o de su entorno que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar la salud psicosomática del mismo y por Factores protectores a aquellas  condiciones o entornos capaces de favorecer el desarrollo del niño u adolescente y en muchos casos reducir los efectos de circunstancias desfavorables.

 En lo que concierne a los factores protectores, se puede distinguir entre externos e internos. Los externos se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo la probabilidad de daños: familia nuclear y extensa con capacidad resiliente, apoyo de un adulto significativo, presencia de una adecuada integración social y laboral en este caso de los padres del niño. Los internos se refieren a atributos del propio sujeto: estima, seguridad, confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse, empatía.

 Desde el punto específico del Psicodiagnóstico la Evaluación del perfil de  resiliencia  involucra hacer hincapié en las potencialidades y los recursos personales con que cuenta el niño mas allá de sus síntomas para enfrentar situaciones adversas a pesar de estar expuesto a veces  a factores de riesgo.

En un proceso psicodiagnóstico como en un micro-universo tenemos tres lugares para realizar complementariamente y coexistiendo con el objetivo primariamente planteado como motivo de consulta, el nivel de resiliencia actual y potencial en el niño y la familia:

 

 En relación a 1. En esa etapa de entrevistas preliminares con los papas y a veces se decide también una entrevista familiar según el caso se explorará las condiciones del medio ambiente social y familiar del niño que características presenta la historia vital familiar, presencia de factores de riesgo y protectores.

 

Como condiciones que favorecen la posibilidad de ser resiliente se destacan:

 

  Con respecto al punto 2 que es el más amplio , la presencia de resiliencia implica evaluar si en las características de personalidad evaluadas en el niño se observa posibilidades de afrontar con resiliencia la situaciones negativas o frustrantes que se le presenten o bien en las que actualmente está inmerso.

 Como características psicológicas asociables a resiliencia  se destacan principalmente:

 

 En relación al punto 3, En la última etapa la de devolución y cierre del proceso de evaluación psicológica del niño, que a veces incluye la redacción de un informe (depende si se trata de una consulta espontánea por parte de los padres o de una derivación escolar o de otro profesional como por ej. pediatra, neurólogo) consistirá en determinar aquellas características saludables del niño o adolescente así como también especificar si existen factores de riesgo en su personalidad o en su entorno.

 En resumen la capacidad resiliente como objeto de evaluación y análisis será el  resultado del equilibrio entre los factores de riesgo, factores protectores y la personalidad presentes en el evaluado y su entorno.

Este material es una primera aproximación al tema, el material

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