CENTRO DE FORMACIÓN EN
TÉCNICAS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA
EL ABUSO SEXUAL.
Lic. Marcela C. Álvarez
Lic. Eduardo Maggio.
La figura de abuso sexual surge en general dentro del campo de la clínica, muchas veces proveniente del campo forense cuando se trata de una evaluación psicológica de la persona involucrada en la situación de abuso, puede tratarse de la victima de abuso, o bien del abusador, en otros casos se requiere la evaluación psicológica de todo el grupo familiar en donde se generó la situación de abuso.
También existen otros casos mas indirectos en las terapias individuales en donde el tema del abuso no surge como motivo de consulta explícito e inicial al tratamiento, pero que emerge en algún momento de la terapia como una experiencia vivida y hasta ese momento tomada como un secreto muy guardado, quizás incluso no compartido con nadie.
Lamentablemente desde hace ya mucho tiempo son más los casos de denuncias o relatos de pacientes que han experimentado abuso en su infancia o adolescencia temprana que hace algunas décadas atrás. Es desde el campo de la salud mental uno de los grandes problemas de nuestro quehacer profesional actual, junto con la violencia y maltrato social (acoso laboral, violencia en las calles, en el futbol, etc.) familiar, las adicciones, y los trastornos alimentarios (anorexia, bulimia, obesidad).
Pensar en el lugar desde donde poder abordar y conceptualizar esta problemática, nos lleva a muchas vías de acceso posible, que en realidad están interconectadas, así podemos pensar en el tipo y características de personalidad del abusador, en las características diferenciales de las familias en donde se producen situaciones de abuso, en los efectos psicológicos y psicopatológicos que la situación de abuso genera en la victima o abusado, desde lo jurídico, desde los recursos sociales e institucionales para su abordaje. En síntesis se trata de comprender cada cual desde su quehacer profesional una mayor comprensión de los mecanismos de la dinámica abusiva, y la posibilidad no solo de realizar una prevención secundaria (cuando ya sucedió el hecho), o terciaria (de recuperación cuando el daño a la salud mental del niño o adolescente ya esta presente y ha afectado la posibilidad de un crecimiento sano tanto en su desarrollo psicosexual, como también del sentimiento autoestimativo, y la construcción de un sentimiento o identidad), sino especialmente primaria, es decir detectar algún signo o señal de una probable situación de abuso. Hay muchas acciones de prevención que pueden realizarse por ejemplo en los colegios a veces la maestra detecta por los comportamientos, verbalizaciones o producciones gráficas del niño algún signo o señal de alarma, por supuesto todo lo que sigue a eso es delicado, pero lo importante es si alguna situación patológica esta presente evitar que siga gestándose o generándose.
La problemática del abuso, violencia y maltrato familiar que, a veces se presentan juntas con una misma víctima, necesita un abordaje multidisciplinario que requiere de psicólogos, psiquiatras, médicos, trabajadores o asistentes sociales, psicopedagogos y psicólogos sociales.
Como vemos es desde muchos lugares desde donde podemos pensar desde el campo psicológico la problemática del abuso, decidimos en este trabajo desarrollar a modo de organizador del tema algunos conceptos y definiciones nucleares del abuso sexual ya que la base de toda comprensión de una patología o problemática psicológica es contar primariamente con un marco teórico, algún tipo de conceptualización de aquello que estamos estudiando que nos permita identificar y comprender los signos y síntomas que estamos observando en la víctima.
En este material el énfasis esta puesto en como se va generando la situación de abuso.
Partimos del concepto base que podemos entender por abuso sexual, mas allá de las distintas definiciones que podemos hallar, se entiende por abuso a las actitudes y comportamientos de naturaleza sexual que realiza un adulto para su propia satisfacción sexual con un niño o adolescente, entre ambos se va generando un proceso de atrapamiento y alineación vincular que va creciendo en la medida que la situación de abuso se prolongue en el tiempo. Así esta actividad sexual de variadas características se produce sin el consentimiento de la parte victimizada.
El punto de inicio en la situación de abuso, comienza con un trabajo preparatorio de parte del abusador, quien aprovechando su vínculo con la víctima trata de crear una relación de confianza absoluta, esto lo hace a través de maniobras de complacencia y gratificación para con el niño tales como juegos, regalos, mucha dedicación en el tiempo compartido. Cuando se trata de niños mayores, púberes o preadolescentes, el nivel de soborno emocional es mas difícil y pasa particularmente con darle respecto al resto de la familia (si es que el abuso se produce por un familiar directo como es el padre) un lugar privilegiado, algo así como “el favorito”. No obstante se trate de un vínculo intrafamiliar o extrafamiliar el punto de inicio es ganar la confianza de la victima.
Por supuesto en el seno de una familia el perpetrador tiene mas recursos ya que cuenta con la intimidad natural que genera el tipo de vínculo, el lugar de poder de su rol, y el natural afecto que el niño siente por él. Como puede el niño defenderse y pensar con claridad que alguien que lo quiere este haciéndole mal.
A esta situación muchos autores la denominan situación de hechizo.
Hay también una evolución en el nivel de persuasión respecto a las actividades sexuales que se van presentando, probablemente se inicien con que el abusador acaricie los genitales por encima de la ropa, previo a la penetración digital. Pensemos que en niños de edades muy pequeñas donde la psicosexualidad esta en sus primeras etapas de desarrollo no hay ni siquiera diferenciación de sexos, esto es ser hombre o ser mujer, nene–nena, como tampoco una conciencia clara de lo que esta correcto de lo que no lo es, como tampoco de lo que estas experiencias representan y despiertan en el niño. Es una etapa en donde el niño por natural evolución se rige por el principio de placer, y sabemos que toda actividad sexual genera algún nivel de placer y gratificación, se suma a esto el afecto que lo liga a esa figura.
Así entonces en la etapa inicial el abusador realiza toda una preparación de su futura victima, a esta etapa muchos autores la denominan “estrategias de seducción y preparación para el incesto”.
Así este proceso parte de la confianza, sigue con el favoritismo, más adelante con la alineación (que luego explicaremos), el secreto y finalmente la violación de los límites personales como es la invasión del cuerpo del niño o adolescente.
Ahora desarrollaremos algunas nociones conceptuales relacionadas con las características del proceso que hemos descripto.
1) Etapa de confianza: Toda relación incestuosa requiere establecer por parte del abusador un vínculo de extrema confianza, solo así puede utilizar sus estrategias de seducción para sus objetivos, esto puede realizarlo por ejemplo a través de regalos, salidas, dinero (cuando son niños mayores o púberes), compartir salidas solos y especiales, convencer al niño abusado de que lo que el o ella hace (si bien la estadística siempre es mayor de que el abuso sea realizado por un varón, el padre, también hay situaciones de abuso de la figura materna o de hermanos mayores), no lo lastimará o le hará daño.
2) Favoritismo: Al colocar el abusador al niño, en una situación de favoritismo absoluto se dará casi por natural que el niño se sienta obligado a tener una actitud de reciprocidad para con el mismo. Así las niñas suelen sentir que su padre la trata de una manera especial y diferencial respecto a sus hermanos y a su propia madre. Pensemos que subyace como proceso psíquico los intrincados procesos ligados a la conflictiva edípica, el deseo de ser amados por los padres, y de ser especial y único para ellos. Así durante el proceso de instalación de la situación abusiva queda cada vez más distorsión la verdadera característica y naturaleza de los vínculos padre-hijo. Con los años, pensemos que muchas situaciones de abuso nacen y se prolongan desde la temprana infancia hasta llegar a la adolescencia, dando lugar a modificar a su vez la forma en que el niño ahora adolescente abusado se comporta respecto a la situación. En general se produce el cambio de una actitud mas activa en donde el mismo ya ha aprendido (lamentablemente por su necesidad de supervivencia) a manipular también a su perpetrador, así puede manipular y exigir a su padre determinadas cosas (dinero, libertad para hacer lo que desea), a cambio de los favores sexuales hacia el mismo. Esta estructura vincular alienada, es en la práctica clínica la mas difícil de abordar y desarticular una vez que esta instalada. Como se saca al adolescente de ese lugar de ser el favorito en esa familia. De victimizado la victima se vuelve controlador en el manejo de todos sus vínculos.
3) Estructura vincular alienada: Estar alienado es estar preso, capturado por otro. En este caso la alienación se produce en el vínculo de la víctima respecto a sus hermanos, a su madre, al resto de sus vínculos, pensemos que conforme crezca el niño empieza a darse cuenta que en su familia y respecto a este padre, hay otros amigos que no les pasa lo mismo. Además sucede que siempre el abusador se las ingenia para aislar de alguna manera a su víctima del resto de las personas, con lo cual refuerza el entrampamiento y dependencia de esta hacia él. Como escaparse de alguien que se supone debe velar por el bien su bien, esta es la paradoja de la alineación en una situación abusiva. ¿En quien confiar? Y lo mas dramático de todo es que como defensa el niño necesita pensar que esto es normal que aunque sus sentimientos, y sensaciones internas le marquen una inquietud y duda termine convenciéndose que si el padre lo hace por ser tal debe estar bien.
4) El secreto: es el éxito mayor que el abusador logra después de un largo camino de manipulación y persuasión, así establece para con sus víctimas códigos uno de los puntos esenciales es que no deberá contar a nadie esto que pasa entre ambos, primero de niño son presiones más disfrazadas, más grandes son amenazas explícitas. Así el vínculo es de amor-temor. Recuerdo un caso en que el abusador en este caso un abuelo de la niña amenazaba a la misma con hacerle lo mismo a su hermana si ella no accedía. Esta paciente solo logró salirse de esta situación en la pubertad cuando ya tenía recursos para amenazar ella misma a su abusador si el continuaba abusándola.
Así como pistas de alerta que a veces quedan expuestas ante el otro progenitor o maestro por comentarios de conductas no usuales para la edad del niño, se logra alertar de alguna manera al otro padre de que algo raro o al menos inusual se esta dando en el vínculo del niño o niña con ese progenitor, por ejemplo mucho apego y confidencia en el vínculo padre/hija, demasiado interés del padre para con ella, exceso de regalos y consentimientos, aislar a la niña de otros, A veces la madre dice, “la verdad que … con el que mejor se lleva es con su padre, están siempre juntos”. También el padre se entromete en conversaciones íntimas de la niña, si ya es adolescente sabe de sus fechas menstruales, llega hasta comprar sus toallas íntimas, y el gran problema se presenta si empieza a relacionarse con chicos del sexo opuesto.
En el dibujo que se adjunta podemos resaltar tres indicadores formales destacados que nos permiten abordar la comprensión del estado emocional del niño que dibuja.
La ubicación central estricta de la figura humana, la rigidez del trazo predominando los trazos rectos y angulares, el ennegrecimiento del cabello y línea de realidad (suelo).
Como detalles aparece una figura humana desnuda con una transparencia de órganos internos lo cual lo constituye en detalles bizarros.
Como elementos simbólicos aparecen dos edificios con las ventanas pequeñas y muy altas semejando rasgos faciales, lo cual junto con los brazos que salen de estos dan cuenta de una antropomorfización de la expresión gráfica.
Desde el punto de vista dinámico hay cierto énfasis en la simetría, que se evidencia por la necesidad de repetir en un lado como en otro el mismo dibujo.
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