CENTRO DE FORMACIÓN EN
TÉCNICAS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA®
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Material exclusivo de nuestro Centro de Formación®.
Lic.Marcela Alvarez .
Lic. Eduardo Maggio.
Análisis de una firma infantil
No solo el texto (principal cuerpo de un escrito) sino también la firma esta atravesado por lo evolutivo, pero aún mas que el texto los procesos intrapsíquicos ligados al sentimiento de identidad, al yo ideal y a la autoimagen de sí como de su familia será solamente mediatizada o vehiculizada por la firma.
Sabemos como hemos desarrollado en otros trabajos, que identidad y personalidad no son lo mismo, una persona a lo largo de su vida desarrolla un estilo de personalidad que se expresa en su modo de pensar, actuar, relacionarse con los demás, sin embargo, la identidad se construye y consolida en función del nivel de cohesión interna, del sentimiento de unidad y satisfacción interior que el niño va conquistando a lo largo de su crecimiento, es finalizando la adolescencia donde se presentara o no la posibilidad de consolidar desde un lugar un sentimiento de identidad, este que a uno le permite decir soy yo, soy así , me gusta esto , quiero tal cosa para mi, esto hace que mas halla de todos los cambios por los que las personas vamos atravesando desde nuestra infancia hasta nuestra adultez, nuestra esencia aquello que realmente nos identifica se mantiene unificado y potencial hasta que se puede expresar.
Pero lamentablemente y en esto es la diferencia principal con el concepto de personalidad, la identidad no se da por sí sola, uno haga mas o haga menos, sepa mas o menos tiene alguna forma de personalidad esto es puede ser mas o menos introvertido o extrovertido, sociable o menos sociable, inteligente o menos inteligente, exitoso o no, etc.….pero en resumen se es algo, se es de una determinada manera, se actúa de alguna forma.
La identidad es mas profunda porque implica que uno esta a gusto consigo mismo, así como nos gusta decir la identidad es el centro de gravedad de la personalidad, es el núcleo que la cohesiona y le da un sentido a nuestra existencia.
Cuando un adolescente mas allá de su personalidad no logra decidir una carrera u oficio desde el cual se insertara activamente en el mundo adulto que le espera, hablamos de crisis vocacional, la identidad vocacional es una de las facetas de la identidad, así como luego la identidad ocupacional, esto implica sentirse identificado con lo que se hace, genera algún grado de bienestar y autorrealización. También forma parte del sentimiento de identidad personal: la identidad psicosexual, la identidad cultural, la identidad religiosa, familiar y corporal… cada una de ellas tiene un peso y genera un trabajo que hay que resolver.
Es por ello que la calidad estructural de la firma nos dará cuenta de aspectos ligados a la identidad del sujeto y no de su personalidad.
Como práctica de este desarrollo -que siempre encierra desde nuestra mirada una reflexión – analizaremos la firma de un niño. Se trata de un niño de 10 años.
Vale recordar que no puede analizarse una firma sin texto, así como tampoco un texto sin la firma de su escritor ya que ello podría inducir inferencias no confiables ya que estaríamos tomando una parte por el todo. El todo en grafología es aunar la firma con su texto.
Comencemos.
El contenido del texto es la narración ante la consigna del “Test mis manos”, en donde le pedimos al niño que escriba un historia que se le ocurra referida a sus manos”.
Este test nos conecta con como se siente el niño (también puede administrarse a adolescentes y adultos) con su hacer, como piensa sus intercambios con el mundo, desde donde se vincula.
El contenido del texto es muy simple por un lado refiere a cosas simples y concretas como tocar, sentir el agua, pero también pegar, trabajar (lo cual no es un pensamiento típico para un niño de esa edad), en la última línea queda como muy destacado la palabra “no se” luego la línea asciende en su dirección (presencia de ansiedad y excitabilidad anímica), todo accidente en el normal curso de una línea, o en algún aspecto estructural de la letra puede interpretarse desde la Grafología Emocional que es la que estudia las variaciones significativas de un escrito, no siempre se presentan pero cuando aparecen son verdaderos núcleos de información respecto a problemáticas, preocupaciones o estados anímicos del escritor. Desde el psicoanálisis, estos accidentes grafoescriturales pueden interpretarse como actos fallidos, es como la punta de un iceberg que tiene sus raíces en procesos inconcientes. También se destaca la palabra “agarrar”, que esta repasada y ennegrecida (lo que denota angustia).
A pesar de la edad del niño algo mas de 10 años el texto tiene una singularidad que no es frecuente en las escrituras infantiles, en este caso la tendencia al importante espaciamiento entre letra y letra, la falta de desarrollo de las jambas (o ejes de las letras por ejemplo “j”, “p”…) así la zona media (la zona de los afectos y las relaciones interpersonales y el hacer actual) es la que predomina aunque no se destaca, ya que el tamaño de las letras es pequeño y hay mucha irregularidad en la altura de las letras (sensibilidad y emocionalidad elevadas) también indican dificultades vinculares los espaciamientos destacados entre letra y letra, esto indica que el niño cede ante las presiones del medio ambiente. Es importante destacar que en los dibujos de figuras humanas el niño, no dibuja manos con dedos sino círculos repasados y algunos ennegrecidos, en otros las manos tipo flor esas que son un circulo con redondelitos como dedos, esto no se adecua evolutivamente a la edad del niño los que nos da cuenta que mas allá de su inteligencia, hay dificultades y ansiedad en su vida social.
Al enfocar ahora la firma del niño vemos algo importante, usualmente los niños desde que comienzan a escribir, comienzan a pensar en su firma, antes en la época del jardín la firma era solo el nombre, y así como desde los dibujos, el primer dibujo del niño es una persona (monigote o cefalópodo), el nombre desde los procesos de evolución de la escritura, es lo que primero escribe, ya durante la latencia (etapa de desarrollo psicosexual desde los 6 a los 12 años aproximadamente) el componente superyoico, el mundo de los adultos con reglas y limites se hace presente en la vida del niño, ya no es mas Juancito sino Juan López…es decir surge el apellido que grafológicamente no da cuenta de la parte social y mas madura de la personalidad, así también simboliza la imago paterna internalizada, y el peso y el rol que la familia juega para el niño, que luego en la vida adulta se desplazara a la sociedad.
En el niño cuya escritura estamos observando vemos que solo firma con su nombre, cuando es mas usual que el apellido tenga peso, además la inicial de la mayúscula esta muy separada del resto de las letras. También tiene una rubrica muy singular de la inicial de su nombre surge una línea horizontal. Esta ubicada en el centro de la hoja y es algo mas grande que las letras del texto, y es legible.
Interpretando estas observaciones podemos decir que existiría alguna problemática en la relación del niño y su familia (omisión del apellido), por otra parte su posicionamiento actual es defensivo y esto lo lleva a un refugio narcisista como medio de protección. Las mayúsculas tanto en la firma como en el texto son bajas casi de la misma altura que el cuerpo lo que indica un déficit en el sentimiento autoestimativo. Cabe destacar que se le administro un test de autoconcepto, y en el niño tenía un percentil 57, es decir un autoconcepto global por debajo de lo esperable. A nivel cualitativo las subescalas que recibieron menor puntaje fueron la de Popularidad, la de bienestar y satisfacción personal, lo cual es coincidente con las dificultades a nivel interpersonal que veníamos comentado se evidenciaban en su escritura.
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