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VIOLENCIA ESCOLAR, BULLYNG
Lic. Eduardo Maggio.
Lic. Marcela Alvarez.
El bullying conocido también como acoso escolar, no es una temática de nuestra actualidad, sino que posiblemente aún antes de ser conceptualizado y se le haya adscripto ese término ha existido siempre, ya que implica las relaciones de poder desigual, en donde hay alguien que somete ejerce poder y control sobre otra persona, grupo, víctima de ese otro.
Puede definirse como un comportamiento agresivo intencionado de un niño hacia otro con el objetivo de producir cierto temor o amedrentamiento y que tiene tres características primordiales:
Se produce entre escolares.
Ocurre de manera reiterada en el tiempo.
La relación entre los implicados es asimétrica.
Que se trate de una relación asimétrica implica que la víctima de bulliyng está siempre en inferioridad en de condiciones mas allá de que sea una relación entre iguales, ya que es un niño en contra de otro. Esta agresión muchas veces pasa desapercibida para el entorno escolar, ya que los agresores se cuidan de que sea silenciosa tanto para los maestros, como para los niños que son cómplices de ese maltrato a uno de sus compañeros por otro.
Existen dos tipos de acoso: a) directo, b) indirecto.
El acoso directo se da mediante la acción violenta que realiza el que acosa; por ejemplo, se presentan golpes, empujones e insultos, se le rompen pertenencias (cartuchera, cuaderno de clases, libros...).
En el acoso indirecto la agresión es mas silenciosa, ya que ocurre por conductas de marginación, es decir, se excluye a la víctima no permitiéndole participar en actividades de sus pares; también se generan rumores negativos, calumnias, o tendenciosos que llegan a descalificar a la víctima, perjudicando su imagen social, o bien cuando se trata de prejuicios la devalúan por sus rasgos étnicos, discapacidades o condición socioeconómica. Esta última modalidad la utilizan principalmente los prea-adolescentes y adolescentes.
Respecto a la tipificación de conductas de bulling se encuentran:
Física: en este tipo está implícito el empleo de poder y fuerza física del agresor como puñetazos, patadas, empujones, cachetadas, zancadillas, etc., es decir, todo aquello que impide el libre desplazamiento de la víctima, aquello que no le permite tener un desempeño de libertad con otros niños o con sus pares.
Verbal: Se emplean apodos, ridiculizaciones, sobrenombres y son objeto de burlas.
Psicológica: El agresor ataca la autoestima y el autoconcepto de la víctima, quien recibe burlas por su cultura, nivel socioeconómico, sistema de creencias, incluso de la ocupación de sus padres.
Social: se manifiesta por medio de la exclusión o marginación de la víctima impuesta por el agresor, quien obliga a los compañeros a cortar todo vínculo de comunicación y contacto con la víctima.
Durante su primera y segunda infancia los niños necesitan para su desarrollo saludable sentirse reconocidos, valorados, queridos por sus figuras de apego significativas, pero también por sus pares, maestros que son también referentes importantes para su crecimiento emocional y social.
En su aspecto natural, la pulsión agresiva desde el psicoanálisis, unida también al instinto de conservación Es una respuesta natural que prepara a nuestro cuerpo y mente para la acción cuando evaluamos que algo nos agrede o amenaza.
El enojo es una emoción que a veces es necesaria para motorizar la lucha contra situaciones injustas o que nos lastiman de alguna manera, para reaccionar poniendo limites y para nuestra supervivencia.
Ahora que sucede como en el caso del bulling cuando se trata de una agresión que es fortuita por ser inmotivada y a capricho del niño o adolescente que desea ejercerla sobre un par.
Se trata de una relación de dominio sumisión que en algunos casos no siempre refleja alguna situación familiar de violencia que luego el niño aplica sobre otros activamente como la vivencia pasivamente, no debemos dejar de encuadrar el contexto social- cultural en donde el niño está inserto, así como considerar que el propio sistema de relaciones ante los iguales se configura en las relaciones aprendidas a partir de la interacción con las figuras significativas del entorno familiar primero y social-escolar después, que muchas veces motiva o da refuerzo a las conductas de violencia escolar.
Los efectos del bullyng en quien lo sufre resulta de una vinculación toxica que deja si no se descubre y resuelve, importantes secuelas que afectan principalmente al sentimiento de si del niño, su sentimiento de valía personal, algunos o muchos aspectos de su autoconcepto. Una de las manifestaciones de esta herida en el menor victimizado es la presencia de sentimientos de vergüenza que afectan también la forma de percibir la realidad y su valoración del mundo como un lugar positivo y del que puede esperar cosas buenas.
Muchas veces el niño que padece bulling no dice o denuncia esto ni siquiera en su hogar, piensa que esto podría aumentar la agresión del acosador si este se entera. Además como se mencionado la vergüenza de tener que asumir esa situación que lo hace sentir inferior y rechazado.
Por supuesto el como considere el niño a su familia, si la considera como protectora y confiable, influirá en que se anime o no a contar lo que le pasa.
La función de la familia es atender dos objetivos distintos: uno interno, el desarrollo y crecimiento sano, la protección psicosocial de sus miembros; y el otro externo, que es la acomodación de la familia a la cultura y sociedad en donde la familia está inserta y transmisión de ésta a sus miembros. Pensado a la familia como un sistema abierto. En todas las culturas, la familia tiene la responsabilidad de dar a sus miembros el registro de su individualidad. La experiencia de identidad que ello implica tiene dos elementos básicos: uno del sentimiento de pertenecer a la cultura y sus normas, valores y otro lograr la singularidad o individualidad que a la vez la diferencia a cada sujeto de ésta.
En alguna medida la vergüenza que puede ser bloqueante en un niño como para no contar a su familia lo que le pasa o no puede resolver en la escuela, implica en alguna medida una pérdida de la conexión afectiva con las personas significativas de su vida. Hay una comunicación obstruida que habrá que explorar con mayor profundidad.
La niña o el niño agredido se encuentra en una especie de impasse, pues lo que podría liberarlo del miedo: la palabra, es lo que se presenta de inmediato como imposible de asumir. Esto lo hace sentir vulnerable y expuesto creando además un sentimiento de distancia también incluso con compañeros del propio grupo. Puede que el niño se vaya aislando, que en su casa empiece por querer faltar a la escuela aduciendo sentirse enfermo…. Que su vida social con pares se torne nula.
Respecto al niño agresor, o aquel que es el que ejerce el bullyng a otro, nunca actúa solo, siempre está acompañado testigos, así como participantes cómplices y complacientes de su accionar. Es interesante lo que señala Lacan como tres actitudes prototípicas de la agresividad que son: alarde, seducción y despotismo. Esta triada está presente en el niño agresor.
Los otros acompañantes son al mismo tiempo los que le convalidan su afirmación personal.
A continuación acompañamos el protocolo correspondiente al test del garabato con técnica 3 (nombre en el centro de la hoja y garabateo), que en este caso se realizo en forma cromática, fue el niño quien quiso hacerlo así. Podríamos ver en ello una necesidad de comunicar sus emociones.
Toda expresión gráfica es un medio tanto de representación cognitivo-afectivo y el Garabato en particular en esta modalidad de aplicación nos permite ver en forma simbólica aspectos ligados al estado socio-emocional y pulsional actual del niño.-
OBSERVACIONES SOBRE EL GARABATO:
1) Se trata de un garabateo de aislamiento con formas angulosas.
2) El estilo de garabateo es sádico-anal.
3) Es un garabato de expansión, ya que recorre todos los cuadrantes de la hoja.
4) Es dinámico dado que hay predominio de la continuidad por sobre la interrupción del trazado, un trazo continuo en color marrón y otro en color verde. Si hay variaciones en la coloración.
5) El nombre está escrito de forma subvalorada, de tamaño muy pequeño.
6) La secuencia cromática fue primero el verde y después el marrón,
7) Hay más cantidad de trazado marrón del lado derecho de la hoja, y una condensación de trazos en el lado izquierdo inferior.
Al construir inferencia sobre lo evaluado gráficamente podemos ver en el estilo de garabato sádico anal por tratarse de un niño de 11 años, una falta de equilibrio pulsional, tensiones emocionales profundas que el niño no puede resolver ni canalizar adecuadamente.
Hay ambivalencias afectivas y psicosociales, por un lado sentimientos de autoestima disminuida, una forma de aislarse a veces hostil, podría ser una timidez hostil, es decir cerrarse, evitar contactos con los demás para sentirse menos expuesto. Pero por otro lado la expansión del doble garabateo de trazados angulosos que realiza da cuenta de su necesidad e interés por interactuar con el entorno.
La gama cromática que el niño insistió en realizar en color en lugar de hacerlo solo con lápiz (garabateo acromático), da cuenta de sus conflicto interior, por un lado la elección del color verde da cuenta de su necesidad de sentirse reconocido y valorado por su entorno, tener un rol más activo socialmente, en cambio la superposición del marrón en un segundo momento grafico da cuenta de su real sentimiento actual, que se caracteriza por sentimientos de falta de bienestar psicoemocional, de seguridad y estabilidad interior y exterior, acusando un monto importante de ansiedad y sentimientos de frustración).
Esta secuencia y resolución gráfica da cuenta del malestar y ambivalencia que la situación de bullyng genera en el niño que lo padece, aislamiento, sentimientos de autovalía disminuido pero a la vez tensión agresiva y enojo que no puede ser expresado y canalizado sino solo contenido (represión emocional).
Freud planteaba la imposibilidad de resolver un conflicto pulsional de una vez y para siempre, con lo cual podríamos decir es nuestro desafío y nuestro trabajo de cada día encontrar los modos de regular las pulsiones agresivas internas y canalizar las amenazas externas.
La violencia escolar lamentablemente no es diferente de otras violencias, no es algo que se pueda erradicar de manera definitiva. Es una realidad, en tanto la violencia se encuentre en mayor o menor medida presente en el ambiente, en nuestra sociedad y en el mundo.
Desde los distintos medios de comunicación, series de TV, videojuegos etc. Hay muchas formas de violencia implícitas y explicitas, forman parte de nuestra realidad, en la que el niño forma parte y no permanece ajeno.
Sin embargo se puede trabajar y combatirla trabajando con los valores, no hay una respuesta única, hay si aspiraciones en donde se dan indicios de que es posible vivir y estar en un mundo en donde la posibilidad de mantenerse tolerantes ante la diferencia sea una aspiración y condición de convivencia.
Es muy interesante y afín a nuestro tema de hoy, las palabras de S. Bleichmar en relación a la función docente: “la función del docente es posiblemente la primera mirada humanizante que se establece con el niño que no es puramente familiar” Es decir después de la familia es la Escuela el segundo ámbito socializador y protector además de su función educadora para el niño.
Se trataría entonces de trasmitir a los niños y adolescentes una permanente humanización de la mirada de los demás, de aquellos con los que convivimos y compartimos, una mirada comprensiva, tolerante y respetuosa de las diferencias. Una cultura de revaloración y respeto a los derechos esenciales del otro, de cuidado y preservación de los derechos del niño, en donde se respeten las diferencias en cuanto a raza, creencias, rasgos físicos, posición de clase y género. Esto ayudaría bastante.
Este material es una primera aproximación al tema, el material
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