Gaucho

Duro como el ñandubay

y recto como una lanza,

de cara al cielo argentino

como un mástil se levanta

con todo el peso y la gloria

de nuestra celeste y blanca.

Tan hundido en el terruño

y tan erguido en la Pampa,

raíces que están mostrando

cómo deben ser las ramas.

Tan firme que marca rumbos,

tan bueno que nos abraza

como la lluvia oportuna,

como el sol de la mañana.

Tan argentino, tan nuestro

que es un pedazo de Patria.

Llevamos el Gaucho adentro,

¡alma viva de la Raza!,

como la custodia lleva

a Cristo en la Hostia Santa.

Porque el ser Gaucho se hereda,

porque el ser Gaucho se mama

en la ubre de esta tierra,

que en cada hijo desangra

la nobleza de su estirpe,

lo fecundo de la raza.

Mi tierra ha parido Gauchos

porque es nuestra Pacha-Mama.

Como brota el espinillo

y como surgen los talas;

como cantan los zorzales,

los boyeros y calandrias:

porque sí, porque mi tierra

de puro criollo canta.

Somos carne de su carne,

tenemos la misma savia,

brotamos del mismo suelo,

de su raíz somos ramas

y vamos a florecer

lo que el pasado nos manda.

Don José de San Martín

con Gauchos fundó tres Patrias.

Los montoneros de Güemes

hicieron la Guerra Gaucha

y El Supremo de Entre Ríos

con su tropel de tacuaras

encendió de nuevo el sueño

del Virreinato del Plata.

Esas manos argentinas

que ayer alzaron las lanzas,

las que pialaron los potros

o acunaron las guitarras,

hoy pialan el horizonte

con el humear de las fábricas.

Y como enormes bordonas

los cables pulsan distancias,

el himno del Porvenir

que el pasado gaucho canta.

¡La vuelta de Martín Fierro!

¡Don Segundo Sombra en marcha!

Hay que despertar el Gaucho

que duerme dentro del alma.

¡Hay que ser Gauchos de nuevo

para salvar a la Patria!

Pbro. Luis Jeannot Sueyro

"Los versos del Cura Gaucho"