Luisa Bugnone de Buschiazzo

Por Renée Bortairy de Rébori y Marga Villar de Meillard

Nació en Gualeguaychú, en 1871.

La distinguida gualeguaychuense vivió en el seno de una familia de intelectuales: maestros, profesores y universitarios; hecho nada común a fines del siglo pasado. Fue la primera de siete hermanos que canalizaron sus inquietudes a través de la docencia.

Finalizados  los estudios primarios, a  los doce años, mereció una medalla con la inscripción: “A la inteligencia, al mérito”, que años después regaló a su nieta Dora Buschiazzo de Hoffmann. Luego, en Concepción del Uruguay, obtuvo el título de maestra, en 1887, y tres años después, en Paraná, el de Profesora de Enseñanza General, el primero en una hija de esta ciudad.

Fue alumna de José María Torres y condiscípula de destacados argentinos.

De regreso a su ciudad, en 1890, fue designada Directora de la Escuela del Estado –hoy Guillermo Rawson–, en la sección niñas, cargo que desempeñó hasta 1895. Tiempo después fue nombrada directora en la sección varones, pero como  se  la  reemplazó por alguien que carecía de  título habilitante, consideró el hecho una injusticia y renunció.

Fundó con Camila Nievas la escuela gratuita para niñas, cuyo nombre fue José María Torres. Este establecimiento funcionaba en un local para renta de la Sociedad Italiana Unione de Benevolenza, contiguo a la sede.

Allí nació, entre ambas educadoras,  la  idea de crear una  institución para que  la mujer  se  cultivara y  tuviera vida propia; entidad que nació  con el nombre de Sociedad por la Patria y el Hogar, el 19 de junio de 1898.

Luisa Bugnone fue la primera presidenta de la Comisión Directiva del Instituto Magnasco.

Al año siguiente, el casamiento con Juan José Buschiazzo la llevó a alejarse de la comisión, para asumir las obligaciones del hogar; tuvo siete hijos, de  los cuales perdió tres. Vivió 94 años con una gran serenidad; fue gran lectora y cultivó la amistad. Dos discursos, desde la función docente (1892 y 1893), reproducidos en El Noticiero, y dos poemas, con el estilo de la época, muestran con claridad la nobleza de su pensamiento.

El  Instituto Magnasco  conserva el álbum de  recuerdos de Camila Nievas, que ella iniciara en 1898, con un poema que dice así:

Camila: yo quisiera 

/ Dejar en esta página de tu álbum 

/ La página primera 

/ Una estrofa de vida y de armonía 

/ De luz y de poesía 

/ De sentimiento y de entusiasmo llena. 

/ Que rompiera el silencio de estas hojas 

/ Lleno de inspiración, de fe y de aliento, 

/ Mas no puedo y tan sólo 

/ Voy a dejar en ella consignado 

/ El deseo de mi alma 

/ En frases sin vigor manifestado: 

/ Puedas más tarde recordar tranquila 

/ Sin sentir ni pesares ni amarguras 

/ Por las hojas ya escritas. 

/ Que todas ellas Sean  

/ Llenas de fe, virtud, dicha y encanto  

/ Cual quisiera que fuera el pensamiento 

/ De la primera página de tu álbum.

Aunque se encontraba alejada físicamente, Luisa Bugnone siempre estuvo espiritualmente cerca de la institución. Su nombre siguió figurando en las actas como consejera durante muchos años.

En 1934, sus palabras  iniciaron el Libro de visitas del  Instituto, compuesto y donado por Cristina Domínguez Benítez. Se  transcriben a  continuación porque definen  su estilo de prosa  sencilla  y  cuidada, expresado en  letra menuda.

A Camila Nievas de Capdevila: Un día, hace de esto muchos años, quedó en sus manos el cuidado de nuestra hija espiritual: ¡Bendito día aquel! Pues esa hija débil, que daba vacilante sus primeros pasos, se ha convertido en otra pletórica de vida y entusiasmo, cual si usted  le hubiera hecho transfusión de su optimismo, de su anhelo de saber, de su afán de superación...

Falleció el 6 de junio de 1965 y la profesora María Felisa Obispo Murature la despidió en nombre de la institución.

De lo reseñado se desprende que el Instituto conserva siempre el recuerdo agradecido de su fundadora y primera presidenta. La pinacoteca posee un cuadro de  su  autoría, que  fue donado por  su nieta  Luisa Buschiazzo de Bortairy.

Luisa Bugnone fue una persona que abrió el camino en un medio y en una época nada propicios  –y a menudo hostiles– para  las mujeres que no  se limitaban a las labores hogareñas.

Fuentes

Barell de Franchini, Diola. Escritos. Archivo del Instituto Magnasco.

Nievas, Camila Enriqueta. Documentación. Archivo del Instituto Magnasco.

Diarios El Argentino y El Censor.

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