María Rosa Gallemí
Por Prof. Mario Cesar D´Agostino
Nació en Buenos Aires el 4 de diciembre de 1918. Sus padres inmigrantes catalanes, habían fundado una hermosa familia compuesta por tres hijos, María Rosa, Narciso José y Elsa Beatriz.
El destino los ligó a Gualeguaychú cuando en la década del 40, en plena guerra mundial, el Frigorífico Gualeguaychú S.A., representado por su gerente don Federico Biraben Losson -hombre inteligente, capaz y patriota- decidió crear un Departamento que llamó “Acción Social” para contribuir con el desarrollo integral de los obreros -llenos de necesidades- que integraban la planta fabril. En aquellos días, era poco lo que se ofrecía en la ciudad y – hasta en el país- en esta materia.
El objetivo comenzó a cumplirse cuando se contrató al profesor de Educación Física Sr Narciso J. Gallemí, joven, culto, buen profesional, idealista, creativo e identificado con los ideales propuestos por la Empresa.
Narciso se mudó a Gualeguaychú trayendo al resto de su familia. La formación de los jóvenes estuvo a su cargo hasta que falleció tempranamente.
En tanto, la atención y educación y de las mujeres quedó bajo la competencia de su hermana María Rosa, quien fue convocada para la atención de las obreras, encargada de guiarlas en su formación integral, todo lo cual implicaba un reconocimiento y una valorización de la mujer en su rol de trabajadora. Ese es el momento de su vida cuando comienza su ponderable e inolvidable obra.
Para emprender ese desafío, María Rosa poseía un caudal de conocimientos que adornaban su personalidad. Era una mujer menuda, de rostro impecable que reflejaba su paz interior, siempre con una sonrisa; de voz suave, serena, muy dueña de sí misma y con el fuego interior que denunciaba su amor por el Frigorífico y por sus semejantes.
Alguien para describirla dijo, “era como un canarito”.
Para llevar a cabo su misión María Rosa estaba preparada; con estudios secundarios completos, profesora de dibujo y pintura, conocía el idioma inglés, sabía de psicología de la niñez y de la adolescencia, y de relaciones humanas. A ello se sumaba su gusto por la lectura y a la buena música.
En un ambiente de trabajo cordial, exquisito y extraordinariamente femenino, las obreras tenían todas las comodidades, con una infraestructura con los mejores elementos, con asesoras eficientes que atendían sus problemas particulares, y donde se las educaba integralmente. María Rosa Gallemí era el alma de la Acción Social, su presencia y la calidez del ambiente predisponían al buen ánimo y eficiencia en el trabajo.
Cuando fallece Narciso Gallemí, María Rosa queda a cargo de la Acción Social femenina y masculina. Uno de los obreros explica que aunque era una mujer de perfil bajo: ”no lo era para nosotros que tuvimos la gran suerte de que moldeara esa arcilla que teníamos y gracias a ello llegáramos a ser lo que hoy somos”.
El Frigorífico –modelo en su tiempo- era visitado por muchas delegaciones y el área de Acción Social se visitaba al final. Allí, María Rosa, la anfitriona, reflejaba el amor, el respeto y la consideración que la Empresa guardaba para sus trabajadores, con una planificación y organización de vanguardia para aquella época.
Todos se retiraban con la seguridad que el FRIGORIFICO GUALEGUAYCHU S.A. era una Empresa argentina, entrerriana y que tenía alma.
María Rosa Gallemí, amorosa y sabia, de valorada trayectoria por el rol que desempeñó durante los buenos tiempos del Frigorífico, vivió con humildad en Gualeguaychú hasta el día 5 de marzo de 2010, cuando partió hacia la eternidad.
Nota de Itén: María Rosa Gallemí falleció cuando este libro estaba casi impreso. Razones de tiempo impidieron hacer un trabajo más exhaustivo sobre su biografía. Esperamos que en el futuro se rescate con profundidad el aporte que esta mujer hizo a nuestra historia. Sabemos además que María Rosa Gallemí fue incansable colaboradora de LALCEC y que en los momentos en que el Frigorífico comenzaba a flaquear fue socia fundadora de la Mutual del Frigorífico, obra que perdura hasta hoy.
María Rosa Gallemí