Casuarina de la chacra

“Conocer las cosas como son; que fueron creadas no solamente para que las usáramos sino sobre todo para que las conozcamos, y, a través de ellas, al Creador de todo”

Leonardo Castellani

En tu rugosa corteza

está mi vida historiada:

todo el gris de mis angustias,

todo el brotar de mis ansias.

Sueños de niño prendidos

cual madreselva en tus ramas.

Fuiste un faro de mis noches,

un oasis en mis marchas,

un hito en el horizonte,

una voz que me llamaba.

¡Tan erguida ante los vientos,

tan triste y tan solitaria!

En tierras del Gualeyán

profundamente arraigada,

como un mástil o una cruz

hacia el cielo te levantas.

Tu lección: vivir subiendo.

Mis dos sueños, mis dos alas.

El porqué de mi existencia:

por mi Dios y por mi Patria.

Tú me enseñaste el secreto

de levantar la mirada,

de vivir de cara al Cielo,

de cultivar esperanzas.

Juntos crecimos los dos,

casuarina de la chacra.

Nos vamos quedando solos,

compañera de mi infancia.

¡Qué triste gime la brisa

en el temblor de tus ramas..!

Como la gaita gallega,

llora este árbol cuando canta.

Son "saudades" ancestrales

que dentro de mí estallan,

con la voz de lo telúrico

y con música de gaita.

¡Qué lastimeros quejidos

tus hojas finas desgranan,

como ayes de imploración,

como goteos de lágrimas!

Volví: la tranquera abierta

corno si alguien me esperara.

Y todo en mí revivía

en cada paso que daba.

¡Qué soledad en los patios,

qué frío de muerte en mi alma!

Las espinas de las yucas

en mi corazón se clavan

y al conjuro de ese encuentro

mi pasado se desangra.

Andrade, padre en el verso

y mi hermano en la nostalgia,

en esa tarde tan sola

sentí que me acompañabas.

“Todo está como era entonces”..

Todo está, pero ella falta.

Y cuando falta la madre,

todo sobra y nada alcanza.

¡Señor, cuando la llevaste,

cómo se vació la casa!

En este silencio sacro

hay una voz que me llama.

Todo el ayer se despierta

sin tiempos y sin distancias.

Vuelvo a tener ocho años

y estoy trepando a tus ramas.

Quiero subir a lo Eterno,

aquí abajo todo acaba.

Pbro. Luis Jeannot Sueyro

"Los versos del Cura Gaucho"