Romance del día Domingo
“¿Andará mi padre arando en los Campos del Señor?
Rezando estará mi madre allá en la Casa de Dios.”
(1940)
Mañanitas del Domingo,
brillante paz de cristal:
viento, sol, pájaros, alma,
gracia de Dios, ¿y qué más?
¡Los domingos de mi chacra!
El solemne despertar
en las islas del reposo:
¡encanto sacramental!
Domingo, frescor de aurora.
No se trabaja: ¡a rezar!
Los taconeos maternos
van goteando claridad:
pronto raya la mañana
un “¡Muchachos, va a aclarar!”
Porque este día es muy santo
siempre lo anuncia Mamá,
y le disputa a los gallos
su privilegio. “-¡Ya va!”.
Después abrirse al día grande,
con unas ganas de amar,
con unas risas de horneros
y un fervor de cardenal.
“-¡Qué lindas están las cosas!
¡Qué lindo es vivir, mamá!
¿Por qué hoy todo está más bueno?”
“-Porque es Domingo. ¡Apurad!”
Las horas blancas de Dios
despiertan el Gualeyán.
“-¡ El primero!” La campana
está lloviendo verdad!
Como un árbol con rocío
la mañana de cristal
se sacude los repiques
¡El primero! ¡Tan - talán!
Y la chacra toda vibra
con ondas de eternidad.
Y como ecos de almas,
las gentes de mi lugar
agrandan la calle: ¡a Misa!
¡Desde el arado al altar!
Mañanitas de domingo,
resplandor de eternidad:
almas, sol, chacras y Misa,
en todo Dios: ¿y qué más. .?
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"