Charrúa
Soneto a la querida memoria del "rengo" Eduardo Arias.
Yo quiero rescatarlo del olvido
nombre de indio y corazón de hermano.
Fue un perro y algo más..., fue casi humano:
el ángel tutelar de un desvalido.
Había voces de amor en su ladrido.
¡Tan compasivo y fiel, tan entrerriano!
Como el gaucho se da al dar la mano,
él daba todo por el ser querido.
Murió de pena por el amo muerto.
Se ha dormido nomás junto a la huella
el buen guardián de Sarandí. Estoy cierto
que si Eduardo se asoma a alguna estrella
“Charrúa” se alzará otra vez despierto
y ladrará de amor a esa alma bella.
Nota: este soneto del Padre Jeannot se inspiró en un ovejero alemán al que llamaron “Charrúa”. Acompañó hasta su muerte a Eduardo Arias, que en su niñez sufriera poliomielitis y que quedara postrado en un sillón de ruedas que “Charrúa” remolcaba. Muerto Eduardo Arias a temprana edad, “Charrúa” participó del duelo por la pérdida de su dueño y a los dos días fue encontrado muerto.
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"