El Cuaderno Nº 143 de "Cuadernos de Gualeguaychú", publicado el Domingo 6 de septiembre de 1998, explora un ícono arquitectónico de Gualeguaychú y profundiza en la geología de los ríos de la región.
Su enlace es: Cuadernos de Gualeguaychú Nº 143
Sus secciones principales incluyen:
"La Azotea de Lapalma" (Nati Sarrot):
Esta casona histórica, conocida como "la de los fantasmas", "de las cadenas" o "del misterio", fue construida alrededor de 1830 por Don Juan Francisco Melchor de Lapalma (o la Palma), también llamado Lamego, hijo del primer médico de Gualeguaychú.
Ubicada originalmente en un terreno de chacra de 40 hectáreas, hoy oculta por San Luis y Jujuy.
La casa y su familia, que incluía siete hijos de Francisco y Martina Moreira Carmona, eran reconocidas por su hospitalidad, ofreciendo refugio a viajeros distinguidos y estudiantes, e incluso a huérfanos como Olegario, Wenceslao y Úrsula Andrade.
Fue invadida y saqueada por Garibaldi, y en ella se asistió a soldados heridos.
La casona está asociada a leyendas y eventos trágicos, como la muerte "de amor" de Isabel Frutos Carmona y el encierro de Rosa por treinta años hasta su fallecimiento en 1959.
Tras la muerte de su último morador, Salvador Delfín Lapalma, la Municipalidad de Gualeguaychú la adquirió en 1978 para convertirla en el Museo de la Ciudad.
Luego de un lento proceso de restauración, el casco fue inaugurado como Museo de la Ciudad el 20 de diciembre de 1986.
Actualmente, el lugar ha sido remozado y nuevas pavimentaciones y construcciones a su alrededor la han sacado de su antigua soledad.
La sección incluye un poema de Nati Sarrot, que evoca la atmósfera y las leyendas de la Azotea.
"Geología del Río Gualeguaychú - Parte XVII - Una "yapa" de nuestro río" (Profesor Manuel Almeida):
El Profesor Manuel Almeida, en esta "yapa" (extra) a su serie, complementa la información sobre el río Uruguay.
Explica que el río Uruguay, desde el puente San Martín hasta la altura de Fray Bentos, presenta una gran cantidad de islas y bancos, reduciendo su ancho a solo un kilómetro frente a Fray Bentos.
La arena erosionada de la ribera entrerriana por los vientos del Sudeste es arrastrada por la corriente del Uruguay y se suma a la del río Gualeguaychú, que desagua en la curva del Uruguay.
Ambas corrientes se unen cerca de la boya 90, desviando su rumbo hacia el Sur y arrastrando las arenas hacia la zona de las "pesquerías".
El río Uruguay, utilizando sus vientos, forma los bancos de arena que transforman los primeros 10 kilómetros de su margen derecha en magníficas playas. Este es el "aporte" o "yapa" del río Gualeguaychú al Uruguay.
Almeida agradece a Don Teodoro Heredia por su valiosa información sobre las canteras de piedra de Gualeguaychú.
Este cuaderno es una fuente importante para entender la historia arquitectónica y cultural de Gualeguaychú, sus leyendas urbanas y la interacción geológica entre el río Gualeguaychú y el río Uruguay.