El Teatro

Mientras todo esto sucedía en la ciudad, desaparecidos ya el 1º de Mayo, y, el Colon, había tomado forma y actividad, el cine teatro Gualeguaychú, obra de gran importancia muy acorde con los tiempos que ya se vivían, fue considerado como el segundo de la provincia, hoy 1996, al extremo del siglo y tras muchas vicisitudes ha llegado a este, nuestro tiempo.

Desde los esplendores de las grandes compañías nacionales hasta el tiempo de la decadencia que le tocó vivir, y desde este a la reforma en que se amplio la platea y corredores laterales en base a la supresión parcial de la herradura de palcos.

Y así, en medio de los aires de " RAMONA ", popular Vals de ese tiempo, volvió a resurgir el primer coliseo.

Llegaron a brindarse al público hasta cuatro funciones completas los días Domingos.

Sección " Rosas " a las 10.30 A.M., tras la salida de misa, la " infantil " a las 13.30, la Familiar a las 17 y " Nocturna

a las 21 Hs , y se creo los Jueves, función tarde y noche, como " día de moda " , ya en las postrimerías de la época de oro del Cine, en la ciudad se instituyo el "trasnoche " que comenzaba a la una de la mañana.

Posteriormente el teatro sufre otra remodelación, tendiente a ampliar la capacidad de la "tertulia" , tal vez mas espectacular técnicamente, pero de menor lucimiento que la primera, pues aquella ofreció al publico asistente, una estampa colorida, casi barroca, de exquisito gusto en que los detalles clasistas se prodigaban generosamente, las columnas de estuco rosa, planchado, los filetes dorados o el rojo vivo de los tapizados, los apliques de bronce con tulipas opal, el cortinado de terciopelo azul en la boca del escenario, el bordado en oro de las bandeletas y la cenefa igualmente bordada de flecos también dorados, y al centro el monograma " TG " esmeradamente bordado y finalmente la gran novedad, el enorme telón se recogía a la manera de cortinados bandeaux.

Estos detalles suscintamente descritos estaban realzados por la iluminación que comunicaba una verdadera tibieza a la sala.

Aquel conjunto de cosas bien dispuestas, en una arquitectura decorativa, con el tinte de las grandes salas europeas fueron marco de aquel público correcto, elegante, bien vestido, que de una función de teatro o de cine la convertían en un encuentro social distinguido.

En la planta alta y sobre la calle se habrían grandes ventanales y en los primeros tiempos funcionó una confitería que en los intervalos de media función y al termino de las veladas solía verse muy concurrida, y en verano los concurrentes salían al largo balcón que corre por su frente.

pero como suele suceder, la época romántica, con el llamado progreso, también se fue y comenzó la segunda era decadente del otro hora floreciente Cine Teatro Gualeguaychú.

Bastante tiempo después, cuando la ciudad estaba sufriendo una metamorfosis económico social, estaba con un amigo asistiendo a una función de cine con muy poco publico cuando acertó a entrar un joven vestido con campera.

Mi amigo que era un rebuscado con sus expresiones, dijo:

" seguramente debe tratarse de un desilusionado de la vida "

por mi parte no supe que pensar, estaba correctamente vestido, sí, pero tenia campera en vez de saco.

En realidad lo que veíamos no era nada mas que un recuerdo del futuro.

Y sí fuimos capaces de perder el romanticismo de una calle con su pintoresco desfile de los días de fiesta, en aras del progreso, en nombre de este mismo, también pudimos perder el saco.

Pero las crónicas informales de Gualeguaychú, no estarían bien cumplidas, si no recordáramos al gerente que tubo por larguisimos años Humberto Viola, gerente con mayúscula, del teatro Gualeguaychú.

El hombre del timbre prolongado con que se anunciaba la proximidad de la hora de la función, el hombre de las entradas, el hombre que atendía el teléfono,.. " resérveme dos en la 10, punta de banco... " el hombre de la sonrisa y de la cordialidad, el gerente del teatro, Humberto Viola.

Nótese a esta altura, que muy pocas fechas hay citadas aquí, ni siquiera una exacta cronología.

Para los que lo vivieron, cada momento está ubicado, por lo tanto no necesitan de fechas.

Y para los que no lo vivieron, la relación entre aquel tiempo y este ya esta dada y en todo caso el espacio entre entonces y ahora no existe.

Y casi a modo de corolario de este sucinto transitar por Teatros y Cines digamos también que en la llamada época del " Teatro del silencio " ( cine mudo ) , la animación musical en el Gualeguaychú, tenia un extraordinario grupo de profesores, bajo la dirección del recordado maestro, Peregrín Herrero.

Aún deben resonar en muchos oídos la completa informalidad melódica, que produce el afinamiento de los instrumentos, antes de iniciar la primer partitura.

Pero toda aquella exquisitez, concluyó con el advenimiento del " sonoro " que traía su propia música incorporada a los records y mas tarde a la banda de sonido y que incluía una cola musical a posteriori de la exhibición, con lo que se continuaba el clímax del filme aún mas allá del las puertas del foyer.

CRÓNICAS INFORMALES

Carlos Lisandro Daneri

Gualeguaychú – Año 1998