La Filantropía

Muchas fueron las formas de la filantropía que tuvieron su desarrollo en la ciudad.

Por una parte, las benéficas desarrolladas dentro del marco netamente cristiano, gestión abrazada por caracterizadas señoras dentro de esa esfera, estamento social de efectos visibles y constructivos, de amparo a los realmente desposeídos y que se traducían en obras de verdadero aliento, tales como la llamada "Sociedad de Beneficencia" y comisión de damas de beneficencia a cuyo influjo se levantaron obras para la comunidad tales como el asilo "La Caridad" que se levantara en calle Urquiza esquina Angel Elias, posteriormente trasladado a Urquiza al oeste.

El Colegio "San José" que al igual que la Caridad, también llamado Escuela de la Hermanas era regenteado por las Hermanas de la Caridad.

El hospital "Centenario" inicialmente sostenido por la Sociedad de Beneficencia tenía igual administración que los anteriores, al igual que el colegio "Villa Malvina" y posteriormente Pía Unión de San Antonio su Asilo de Ancianos.

El Asilo de Ancianos ocupaba y ocupa hoy un viejo local de retiros llamado El Oratorio, actualmente remodelado y ampliado.

Y debemos recordar también a la Escuela de Artes y Oficios del inolvidable Padre Colombo y de su no menos inolvidable Capilla de San Ignacio.

Durante larguísimas décadas esas tesoneras e infatigables comisiones y subcomisiones de la damas de "La Beneficencia", crearon, construyeron y mantuvieron tales obras mediante el aporte de la comunidad y asombra hoy el hecho de que tales núcleos pudiesen haber concretado semejantes obras, imposibles de realizar hoy.

Entre las formas de recaudación se contaba con los aportes, voluntarios, las colectas callejeras, para fines determinados, las gestiones ante los organismos nacionales, para la obtención de subsidios y otras tales como la colecta llamada "de la flor", que en cierto día del año, señoras y señoritas de "la beneficencia" iban de casa en casa solicitando el óbolo o bien en la calle en el ojal del saco una pequeña flor amarilla.

Esta modalidad de recaudación también se daba durante la gran exposición feria anual de la Sociedad Rural Argentina, con sede en Rocamora entre Goldaracena y Buenos Aires por ese entonces y donde aparte de los magníficos stands que en cada exposición se presentaba, rurales e industriales de la zona , constituía una verdadera reunión de característica sociales , de verdadero nivel.

La Rural concitaba al par de la característica apuntada , una muestra de la suma del quehacer de la ciudad por aquellos años. Agregamos que el local ocupado por la Sociedad Rural, antes lo fue asiento del Ejercito Argentino.

Así era como en las amplias salas al frente del vastísimo local se presentaban las últimas novedades en el campo agrario y ganadero con la presentación de la famosa desnatadora manual, Alfa Laval que causaba admiración al igual que las máquinas desgranadoras y muchos otros elementos ferreteros, sembradoras, discos y rastras, y el famoso tractor "Fordson" (el hijo de Ford) con ruedas de hierro.

Entremezclados con los anteriores apreciándose curiosas y finisimas maquetas de material en verdadera escala de casas que presentaban los constructores locales.

En la parte posterior de la Rural se encontraban los varios galpones de la institución. Allí se encontraban expuestas las maquinarias pesadas y las que por su tamaño no entraban, estaban estacionadas afuera.

Allí se exponían el resto de las maquinarias agrícolas, y los stands de las agencias de automóviles con mucha propaganda, prospectos ilustrados, algunos flamantes automóviles, cada cual "el mejor automóvil" y así entramos a caminar entre los lujosos Buick, los populares Ford modelo "T" en sus variadas versiones, los chasis para Camión cuatro ruedas y un motor.

Los neumáticos Good Year y Michelin, los viejos surtidores de nafta, y finalmente afuera encontrábamos otra interesante novedad dada por las máquinas cosechadoras y por la entonces popular "trilladora" especie de gigantesca locomotora techada y de enorme tractor.

Después y bajo el galpón, ya al fondo del predio ferial, encontrábamos los bretes de lanares finos, ovinos y los toros de exposición sobre un piso de pasto seco desparramado sobre el suelo.

Entre el frente y el fondo existió una hermosa terraza adornada con palmeras y fuente central, lugar de ubicación de las numerosas mesitas de confitería desde donde el público asistente observaba el paisaje de la exposición ganadera presentada por los distintos criadores y ganaderos de la zonales.

En este lugar se desarrollaba la parte social de la muestra y por allí veianse circular esas damas que ya hemos mencionado ocupadas en la labor de repartir flores y recibir el óbolo de los asistentes, la mayoría de las veces , no esperaban que los viniesen a buscar para prestar sus colaboración.

CRÓNICAS INFORMALES

Carlos Lisandro Daneri

Gualeguaychú – Año 1998