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INVESTIGACIÓN DE UNA FUTURA PROFESORA DE HISTORIA DE GUALEGUAYCHÚ
Juan Seguí, el redactor “todo terreno” de Urquiza que elaboró la constitución nacional.
Juan Francisco Seguí vivió poco en Gualeguaychú por su arduo trabajo en los años previos y durante la Convención Constitución de 1853. Junto a Cornelia tuvo 7 hijos en la vivienda de Luis N. Palma y Seguí.
Escribió un poema a la hija de Rosas que provocó su persecución. Juró casamiento a su amada y lo concretó por poder en la Catedral.
Por Rubén Horacio Skubij
Los nombres de calles o espacios públicos llevan consigo una historia de lo que se quiere significar.
Representan un personaje o fecha determinada que, a lo largo de la vida comunitaria, no pierden vigencia.
La gran mayoría de la población de una ciudad conoce poco los motivos que llevaron a las autoridades para que una arteria se defina con ese nombre.
En pleno centro de Gualeguaychú se encuentra SEGUÍ, que refiere al santafecino Juan Francisco, un hombre que vivió poco en estas tierras. Aquí encontró su amor el que tuvo que compartir con su otra pasión: las leyes.
Una joven estudiante, Noelia Ochoa, próxima a ser profesora de Historia, analizó su aporte al país, descubriendo aspectos desconocidos de esta figura política. Lo hizo para Taller de Investigación del Instituto Sedes Sapientiae a cargo de los profesores Guillermo Régoli y Eduardo Ramírez.
Le llamaba la atención ese nombre y lo tomó como base de investigación, descubriendo hasta carpetas con cartas de puño y letra del hombre Urquicista.
- ¿Seguí fue un personaje de la historia?
Si, totalmente. La vida de él empieza en Santa Fe, en 1821, transcurre allí la infancia y juventud hasta que se traslada a Buenos Aires porque su objetivo era la abogacía. Para mantenerse económicamente empieza a dar clases en el Colegio San Martín dado que tenía siete hermanos.
Con el poco dinero que le quedaba concurría a las tertulias. El punto de inflexión -podríamos decir en la vida de él- fue justamente la poesía.
Le escribe a la hija del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas. En un texto (está el manuscrito) le dice a Manuelita que le quería dar un beso en el pie lo que hizo enfurecer al hombre que dominaba Buenos Aires, ordenando perseguirlo para cortarle la cabeza que era lo que se usaba en aquellos años.
- Pero era opositor a Rosas.
La verdadera causa del malestar de Rosas fue que Juan Francisco Seguí le escribió un poema a Justo José de Urquiza, caudillo que él admiraba. Se lo había dicho en varias cartas a Guillermo Rawson -eran amigos- lo veía como el salvador de la Confederación.
Escribió “Oda Avences” por la batalla que ganó el entrerriano en ese potrero. Tiempo después éste leyó el poema, seguramente de algunas de las publicaciones que hacía y por medio de un amigo -Evaristo Carriego- lo empieza a buscar.
Se encuentran en Entre Ríos y recibe la carta enviada por Urquiza donde decía que quería conocerlo.
- ¿En ese momento se dirige a Gualeguaychú?
Si. Seguí llega antes de hacerlo a Concepción del Uruguay, distrayéndose aquí por la actividad social. Luego toma contacto con el Palacio San José que se estaba construyendo. Lo destaca en sus memorias donde afirma que era muy grande, vacío pero lujoso, inspirando mucho respeto.
Permaneció varias horas afuera y no lo recibieron. Da muchas vueltas y un empleado le dice que ya lo van a atender pero recién ocurre a la noche.
Fue como un castigo porque se había tardado cuatro días en Gualeguaychú. Después de esto nunca más le hizo esto al General.
Ahí entablan una relación de amistad que será tan grande que lo nombra su secretario personal.
“CORAZÓN DE FUEGO”
El país vivía vaivenes políticos en forma constante, creciendo las diferencias entre Rosas y Urquiza. El primero sugería que iba a dejar las relaciones exteriores de la Confederación pero solo eran amagues. Esto cansó al entrerriano y decide contestarle.
Lo convocó a “corazón de fuego”, así lo llamaba a Seguí por su pasión en la escritura. Le ordenó que se fuera a La Histórica a descansar para luego regresar y preparar la respuesta a Rosas.
“De ninguna manera”, contestó. Pidió plumas y tinta, un escritorio y papeles. “Le voy a hacer ya el documento”. Dicen que esa misma noche redactó la proclama del 1º Mayo de 1851.
-¿Cuál era la situación política en ese momento?
Rosas debía renovar el poder sobre las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, siempre decía que las iba a dejar, nadie le decía que no. Con su accionar, siempre beneficiaba económicamente a Buenos Aires. Urquiza lo enfrenta con la proclama, informando que él se iba a hacer cargo de esa política para su Entre Ríos.
Es el inicio del enfrentamiento con Rosas, siendo Seguí fundamental en el texto y en los posicionamientos que comienza a sugerirle a Urquiza.
-¿La proclama la redacta en el palacio San José?
Sí. Urquiza en realidad le había dicho que se fuera a Uruguay pero le dijo que no, su decisión fue hacerla en ese momento. Era un hombre muy inteligente, intelectual.
El padre Juan Carlos Borques en el libro “Ensayos sobre el Periodismo de Gualeguaychú” expresa que es uno de los hombres más brillantes de la época.
ESCRITORIO ESPECIAL
- El escritorio que está en el Instituto magnasco fue el utilizado para redactar la proclama?
No, ese fue su escritorio personal donado al Magnasco por los descendientes. En Gualeguaychú tenía la casa ubicada en Luis N. Palma y Seguí, en realidad de su suegra.
Se casó con Cornelia Villar perteneciente a una familia muy adinerada de Gualeguaychú, la conoció en una tertulia en Buenos Aires.
Dicen que se juraron amor la misma noche que se conocieron, a los pocos días Cornelia tuvo que regresar a la ciudad prometiéndole él que se iban a casar lo que sucede en 1852.
- Un año complicado por las definiciones que se tomaban en ese momento.
Justo empieza todo el tema de sancionar la Constitución. Seguí es nombrado diputado y se tiene que ir sí o sí a Santa Fe para redactarla con todos los demás.
Cornelia en las cartas le escribe que estaba cansada de esperar, que seguro tenía otra y muchas otras cosas más. De allí que decide casarse por poder en la Catedral firmando Basavilbaso que era su amigo.
No se ven en el 53, sucede recién en 1854. Estuvieron casados un año y algo por poder.
Sucede que, como era un hombre de leyes y sabía mucho, su aporte en la Convención fue importante. Todo el tiempo se debatía, él mismo se lo contaba a Cornelia en las cartas, que era muy penoso estar ahí.
Por ejemplo, relata que las sesiones comenzaban tarde por el calor santafesino, o que había que ayudar a varios constituyentes porque no contaban con dinero para subsistir dado que sus provincias no mandaban dinero.
-¿Cuándo se encuentra el matrimonio?
Pasa un tiempo para que arribe al poblado y tome contacto con su flamante esposa pero vive poco tiempo. Urquiza había decidido que Paraná sea la capital y lo convoca, además era diputado por Santa Fe.
Su vida era un ir y venir, habitó muy poco tiempo en la casa de Luis N. Palma y Seguí.
Después de la sanción de la Constitución Cornelia lo empieza a seguir.
UN REDACTOR
Seguí tuvo dos cosas importantes que brindó a la Patria: la proclama de Mayo de 1851 y ser uno de los grandes redactores de la Constitución del 53.
Noelia Ochoa en su presentación destacó que Seguí Centro Cultural Sirio Libanés jugó un papel preponderante en 1860. “Urquiza quería a toda costa que Buenos Aires se integrara al resto de la Confederación, las economías habían empezado a declinar un poco porque el puerto principal estaba en aquella provincia. Entonces Urquiza y Seguí comienzan a ceder y se percibe en las cartas”.
“En los textos que investigué hay muchos intercambios con Mitre, un gran opositor a la Confederación porque seguía sosteniendo el centralismo porteño. Seguí le dice: “sí, modificala todo lo que quieras; le pueden poner y sacar 200 artículos, quitarles 20 más pero el espíritu va a ser siempre el mismo.
Finalmente Urquiza termina aceptando por el tema de la unidad nacional”.
MUERE JOVEN
Seguí muere a los 44 años, en 1862, en Buenos Aires a causa del reuma. “Dicen que muchas veces la enfermedad le costó estar al lado de Urquiza, sobre todo en los duros días de invierno. Incluso fumaba mucho para calmar el dolor”.
“Es como que tuvo una vida muy cortita pero activa. Sus restos están en el cementerio de Gualeguaychú, la esposa le hizo un panteón exclusivamente para él, siendo una de las tumbas históricas”.
Seguí tuvo siete hijos con Cornelia. “La más conocida es Malvina que se casó con Luis Clavarino, de allí que al Colegio Nacional se lo llamó siempre el Palacio Seguí por todo lo que representó para la sociedad en su momento y lo que dejó como legado para la educación. Malvina fue la mayor, quedando huérfana a los 9 años”.
-¿Qué sucedió con su documentación y escritos?
La documentación original que está en el instituto Magnasco, se salvó por el nieto que era Jacobo Matías Spangenberg. La guardó mucho tiempo -por 40 años- en homenaje a su abuelo y después lo dejó en resguardo en el Magnasco.
- Seguí es mucho más que el nombre de una calle. ¿para vos qué significó?
Para mí Seguí a lo largo de la investigación representa los ideales de una época, o una parte de lo que Argentina quería en su momento. Buscaban igualdad, libertad de expresión dado que era periodista.
Sufrió mucho de no poder expresarse libremente. En una de las cartas dice que estaba cansado de tener que publicar ensayos literarios o hacer transcripciones en latín, no lo dejaban expresarse.
Revista Semanario Nº 52 - Julio 2016 - Dirección Periodística: Rubén H. Skubij
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