Romance de Jorge Rüfer
A la querida memoria de “El Alemán” en el 11º aniversario de su partida.
Como le dije “Bienvenido" en Paraná aquel invierno de 1938,
le dije "Adiós" en Gualeguaychú, en marzo del 82.
Llegó una noche de junio
con ojos llenos de estrellas
y una sed de lejanías
y un ansia de vida nueva.
El Rin le abrió un horizonte
y el Paraná se lo entrega.
Quizás le contó el pampero
con voz de gaucho y poeta
el bramar de nuestros ríos,
el misterio de estas selvas,
el ondear de las cuchillas
como tremantes banderas.
Pueblo de Dios puesto en marcha,
pueblo que ama y que reza.
Quizás le llevó una hilacha
de banderola sangrienta,
semillas de libertad
que nos sobró en la cosecha.
Lo llamaba el horizonte,
le hablaba la mar inmensa,
y el águila de Germania
al fin sus alas despliega.
Misterios de peregrino:
Dios ha trazado tus sendas.
Llegó envuelto con la noche
y vio “muy triste” a mi tierra;
“muy chica” la Cruz del Sur
y las calles “muy estrechas”.
Tiritaba de ostracismo,
se apagaban sus estrellas.
Fue en el umbral; te olvidabas
de mirar nuestra Bandera
que tiene color de cielo
y aquí no hay alma extranjera.
Porque el azul de sus pliegues
miradas de Dios refleja
y su blanco es una almohada
de toda frente que sueña.
El Rin te abrió un horizonte
y el Paraná te lo entrega:
ya arraigaste en nuestro suelo
sobre un terrón de Silesia.
Y una mañana de marzo
brillaron más tus estrellas;
la Cruz del Sur te abrazaba
con rumbo a la Patria Eterna.
El Rin te abrió un horizonte:
Gualeguaychú te lo entrega.
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"