El Cuaderno Nº 150 de "Cuadernos de Gualeguaychú", publicado el Domingo 20 de diciembre de 1998, aborda aspectos históricos y culturales relevantes de la región de Gualeguaychú y Entre Ríos.
Su enlace es: Cuadernos de Gualeguaychú Nº 150
Sus principales secciones incluyen:
"Posesión de los Campos": Este segmento profundiza en el extenso y complejo proceso legal que debían seguir los primeros pobladores de Gualeguaychú desde el siglo XVIII para legalizar la ocupación de tierras que inicialmente era "de hecho". El trámite comenzaba con una nota al Alcalde, seguida de la declaración de testigos y la intervención de peritos (agrimensores y tasadores) que llegaban desde Buenos Aires para medir y valuar los campos. La valoración de la tierra dependía de su calidad, ubicación y, crucialmente, de su utilidad para las necesidades de Buenos Aires, como la producción de madera, leña, cueros o conchilla. En algunos casos, los honorarios de los peritos podían duplicar el valor del campo. El proceso burocrático era tan lento que a menudo tomaba décadas, culminando con una "emocionante ceremonia de posesión" in situ, donde el futuro propietario realizaba actos simbólicos como pisar la tierra y arrancar pasto, confirmando su "casi posesión".
"La Velada del Angelito": Un relato de Eduardo Díaz que narra una antigua tradición social de la región: una fiesta con baile que se realizaba tras el fallecimiento de un niño no bautizado. Estas veladas, aunque motivadas por la tristeza, eran un evento comunitario con asado, puchero, torrejas, y bebidas como caña, vino tinto y anís. Se amenizaban con música (polkas, valses, rancheras) y un "bastonero" que organizaba las parejas. El cuerpo del "angelito" permanecía presente en la velada, boca abajo en su pequeña caja, como parte de la costumbre.
"Los Túneles IV": El Profesor Almeida continúa su investigación sobre los túneles subterráneos de Gualeguaychú, enfocándose en la función vital de los aljibes. Estos eran elementos clave para la ventilación, permitiendo la circulación de aire puro en los túneles y habitáculos. Los aljibes de los túneles se distinguían por su mayor tamaño y un diseño específico que incluía un pasillo perimetral y un ingenioso sistema para recolectar agua de lluvia limpia, lo que ayudaba a disimular su verdadero propósito. Se identifican varios aljibes vinculados a túneles en Gualeguaychú, incluyendo dos en la Plaza San Martín, dos en la Jefatura de Policía, uno en el antiguo cementerio, y otros en la casa de Srta. Renée Oppen (conectado a la Jefatura), la Escuela Guillermo Rawson, la zona del Puerto y cerca del Instituto Magnasco. Actualmente, la autoridad municipal tiene la intención de rehabilitar y abrir al público estos sistemas de túneles y aljibes.