Antecedentes:
El incremento de la producción de trigo en la zona de Gualeguaychú, trae aparejada la instalación de importantes establecimientos molineros en la ciudad.
Uno de los molinos más antiguos y avanzados de su época fue el que construyó don Leonardo Caviglia alrededor del año 1860, en el terreno donde posteriormente se instalaría la fábrica "La Hobena" en calle Borques entre Bolívar y Andrade de Gualeguaychú.
Este molino producía harina de trigo, harina de maíz, fideos y galletitas. Además, en sus instalaciones, se encontraba un aserradero donde se fabricaban los envases para su distribución.
El 27 de marzo de 1884, un gran incendio destruyó sus instalaciones, lo que obligó a su cierre definitivo. Desde entonces, el lugar fue conocido en la ciudad como “el molino quemado”.
Posteriormente, Domingo, Andrés y Esteban Carabelli, adquirieron el predio, pero nunca lograron ponerlo en funcionamiento y, tras una ejecución hipotecaria, el terreno fue rematado.
Orígenes y fundación:
Sobre los escombros del molino quemado, Edmundo René Augras (1877-1945), un ingeniero francés radicado en la ciudad, inauguró en enero de 1908 su propia fábrica de galletitas: "La Hobena".
Se trataba de una empresa con una estructura integral, que incluía su propia planta de fabricación de envases, etiquetado y embalaje. En su época de mayor producción, llegó a elaborar 1.500 kilos de galletitas diarias, las cuales eran patentadas y comercializadas en Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y Misiones. Las latas que contenían las galletitas eran esmaltadas a fuego, con diseños artesanales y etiquetas distintivas, se convirtieron en objetos coleccionables.
Las galletitas de distintos tipos, en particular las marcas "Lya" y "Numa" eran las preferidas por su presentación y sabores. Algunos productos de "La Hobena" fueron elegidos como obsequios y destinados a la exportación.
Sus nombres se prestaron para la rima en la publicidad que la empresa hacía en los periódicos locales:
"Si siente usted pesar, en su alma y honda pena, mande presto a buscar galletitas a La Hobena.
Y verá en un instante que si algún pesar tenía, era el deseo anhelante de ingerir un par de Lya.
Y adquirirá más valor y más fuerza que un puma, si además gusta el sabor de la incomparable Numa.
Galletitas a La Hobena mandará usted a buscar, si no quiere sentir pena y feliz la vida pasar."
Los historiadores locales destacan que "La Hobena" fue una de las pioneras en estrategias de marketing. La empresa fabricó diversos artículos promocionales para sus clientes, como relojes de cocina, cortapapeles y otros elementos de escritorio con su marca impresa.
Para comprender el movimiento económico que generaba, basta decir que durante 1926, giró capitales por valor de quinientos mil pesos. La apasionante historia empresaria apunta un reconocimiento internacional: el premio obtenido en California.
Declive y Cierre
Para la década de 1940, la producción de galletitas en "La Hobena" cesó, dando paso a una nueva etapa en la que la fábrica funcionó solo como imprenta.
Durante aproximadamente diez años, la imprenta de "La Hobena" se consolidó como una de las más grandes de la región, ofreciendo servicios a importantes empresas locales, incluido el Frigorífico Gualeguaychú.
Finalmente, en la década de 1950, la fábrica cerró definitivamente sus puertas.
Legado y Patrimonio
Edmundo René Augras fue una persona culta, prestigiosa y visionaria. Como personaje destacado en la vida social y económica local, llegó a presidir del Centro Comercial de Gualeguaychú en el año 1940.
Como fiel integrante de la comunidad de franceses radicados en la ciudad, el 25 de agosto de 1944, día de la liberación de París, se lo vio portando la "Cruz de Lorena" presidiendo la manifestación que se efectuó en nuestra ciudad junto a otros franceses radicados en Gualeguaychú.
Su único hijo llamado Pedro Carlos no continuó con la fábrica de galletitas sino tan solo con la imprenta, que bajo el nombre de Imprenta La Hobena, comenzó a realizar trabajos para todo tipo de clientes. A su cierre definitivo en la década del 50, algunas de estas máquinas fueron compradas por la imprenta de Héctor Nazer, de Urquiza y Alberdi.
El Ingeniero Edmundo René Augras falleció en Gualeguaychú el 29 de junio de 1945 a los 67 años de edad, en su mandato como presidente del Centro de Defensa Comercial e Industrial de Gchú.
Su esposa, la señora María Alicia, falleció en Gualeguaychú, el 1 de enero de 1957. El único hijo del matrimonio, el señor Pedro Carlos Augras, falleció soltero y sin descendencia, el 6 de enero de 1960.
A pesar de su cierre, el edificio de "La Hobena" sigue en pie y forma parte del patrimonio industrial de Gualeguaychú. Actualmente, el predio pertenece a la empresa Baggio, aunque su estructura original permanece como testimonio de una época de gran desarrollo industrial en la ciudad.
La historia de "La Hobena" no solo refleja la evolución de la industria local, sino también la importancia del emprendimiento y la innovación en tiempos de cambios económicos. Su recuerdo persiste en la memoria colectiva de Gualeguaychú como un símbolo de progreso y creatividad en la región.
Don Edmundo Augras murió en 1945. Su hijo siguió muy poco tiempo con la fábrica y se dedicó a la imprenta.
Posterior al cierre de "La Hobena" y su imprenta, funcionó "La Quela", una fábrica de caramelos que operó en la década del 50.
La fábrica producía caramelos y dulces, incluidos recortes sin envasar. Estaba a cargo de un señor Foc, quien más adelante abrió una caramelearía llamada "Casa Quela", ubicada en la esquina donde hoy está Grido (25 y Churruarín).
En la pared del edificio aún puede visualizarse el cartel de "La Quela".
Autor: Patricio Alvarez Daneri
Fuentes Consultadas:
Diario "El Día" Riera-Perala-Skubij-Navarro; Matías Daniel Venditti.
Sr. Mario Fischer; "Conferencias" de Beba Bachini.
Cuadernos de Gualeguaychú Nº 106; Enciclopedia Digital Gualepedia. FamilySearch; Copilot Ai, DeepSeek Ai.
Fábrica de Galletitas "La Hobena"