Horacio Romero (1899-x) fue un escritor, periodista e historiador de Gualeguaychú.
De acuerdo a correspondencias, se domiciliaba en la Avenida de la Soberanía Nº 435, (hoy Av. Luis N. Palma), entre República Oriental y 1 de Mayo, en Gualeguaychú.
Obras literarias y de investigación:
Horacio Romero es conocido por varias publicaciones, incluyendo:
La Tigrera: Esta es una novela social. El autor mismo la describe como la lucha de un sector determinado del pueblo frente a la organización social de su tiempo. Se caracteriza por su gran vocación de amor hacia la realidad, observando, auscultando y expresando la realidad que él mismo sentía. Los personajes son descritos como hombres y mujeres de carne y hueso, no meros reflejos literarios, sino personas comunes observadas inteligentemente en sus actos cotidianos. Su prosa es clara y sencilla, y el ritmo de la acción se corresponde con los caracteres y la estructura social que presenta.
La Poesía en la tierra de Andrade: Este libro tiene el propósito de difundir la cultura local, darla a conocer y rescatar del olvido a quienes han contribuido a la cultura general de Gualeguaychú, en un acto de justo homenaje. Es un libro de "buena fe" y necesario. No es solo una colección de versos, sino que también incluye historia y juicio, combinando la labor de búsqueda y clasificación con la narración amena del cronista y el análisis crítico. Mario César Gras consideró que este trabajo es serio y superior en calidad a La Tigrera, anotando antecedentes muy interesantes y a menudo inéditos de los poetas de Gualeguaychú. Se considera que nadie podrá escribir sobre la poesía entrerriana en el futuro sin recurrir a su "bien meditado trabajo". Eufemio Muñoz, otro poeta incluido, destacó que la obra de Romero llenaba un vacío importante y hacía honor a la tradición intelectual de la región. José Culó alabó la obra por su valor de investigación, su acto de justicia y su fuerza de estímulo, y sugirió que los jóvenes deberían leerla.
En esta obra, Horacio Romero se ocupa de la vida y obra de poetas entrerrianos, brindando semblanzas y una breve antología de cada uno para conocerlos mejor.
Entre los poetas incluidos se encuentran:
Olegario Víctor Andrade: De su obra se imprime un fragmento de Prometeo.
Gervasio Méndez: Se incluyen composiciones y una biografía sintética, dedicándole párrafos encomiásticos. Es descrito como un "bardo desdichado que vio pasar gran parte de su vida en el sillón del paralítico".
Agustina Andrade: Hija de Olegario, se le reconoce una "rica vena creadora y una lira sonora y delicada".
Domingo Torres Frías: Se le conoce como "el poeta que hace crónicas en verso", aunque hoy en día está olvidado.
Luis N. Palma: Un "sacerdote poeta" cuyas "arpas mudas" son un apostrofe inspirado contra el materialismo, lleno de ardor patriótico y amor a la libertad.
Ana Bugnone: Calificada como la precursora del teatro infantil en Entre Ríos.
Eufemio Muñoz: Descrito como el "yate tradicionalista".
Goyo Aguilar: Un "poeta popular, folklórico, que se alistó en las filas de Urquiza".
El Tomo 1° de La Poesía en la tierra de Andrade fue impreso en los talleres de la imprenta Gutenberg de Gualeguaychú.
Del Cabildo a las Municipalidades de Entre Ríos: Esta obra se encuentra mencionada dentro de la sección "Del Cabildo a las Municipalidades Horacio Romero" en la Gualepedia, abarcando temas como alcaldes y jefes políticos, el pasado de Gualeguaychú, las municipalidades, juntas de fomento, la constitución de la primera Junta de Fomento y Municipalidad, límites y cuarteles, políticas y gobierno comunal, plazas y paseos públicos, cambios de nombres de calles, cementerios, servicios públicos, el Palacio Municipal, presidentes de la Municipalidad y del Honorable Concejo Deliberante, y secretarios del Concejo Deliberante, así como periodos específicos de gobierno.
Hombres y cosas de Entre Ríos:
Preparaba una obra titulada Espiritualidad de la raza.
El profesor José Culó lo instó a seguir explotando la "rica veta de las cosas del pasado", comparándolas con vinos que son más sabrosos cuanto más viejos. Elogió a Romero por "romper con la vulgaridad de vivir el presente, soñando el pasado, para revivir el pasado soñando el porvenir", y por su capacidad de mantener y acrecentar la herencia cultural, a diferencia de aquellos que solo golpean tumbas para que hablen los muertos. Su trabajo fue visto como un ejemplo y se esperaba que tuviera émulos.
Horacio Romero