Soneto a Jesús
“Una vez que has llegado a saber que eres inmortal, ¿estás seguro que eso te basta?” S.Agustín
Porque engendraste mi ansiedad te canto;
porque me heriste el corazón te adoro.
Y aunque, mendigo, mi impotencia lloro,
te veo mejor cuando me lava el llanto.
Ya no me ciega con divino espanto
el mar vencido o el Tabor de oro.
Tan cerca estás que cuando verte imploro
me barre el alma el ruedo de tu manto.
Abierto a tu paisaje palestino
mi corazón se ha vuelto nazareno
para emprender contigo su camino.
Betania, Nazaret..., yo estoy más lleno
de tu presencia. Como el pan y el vino,
me vuelvo Cristo para hacerme bueno.
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"