Choque Sangriento
Los hechos tuvieron su tratamiento judicial en la causa Nº 438, que se llamó “Sumario con motivo del choque sangriento habido entre elementos de la Liga Patriótica y Federación Obrera”, sustanciada ante el Juez. Dr. Arsemio Cepeda, cuyo secretario era el escribano A. L. Aguilar Vidart, iniciada el 3 de mayo 1921.
Por problemas de conservación no tenemos de ella más que un rescate realizado por el grupo de apoyo de Madres de Plaza de Mayo de esta ciudad, al que debemos el material al que he tenido acceso. Fuera de ello, la humedad y el descuido de los archivos han convertido el expediente en ilegible. La causa se encabeza con la reseña de los hechos que hace el Jefe de policía Isaías Lahítte en nota dirigida al Juez fechada el día 2: “...en el día de ayer a las 16 más o menos se produjo un choque sangriento entre la Liga Patriótica y la Federación Obrera en circunstancias que los últimos realizaban el anunciado acto público en la Plaza Independencia. Siendo las 14 hs la brigada de la Liga de Estación Gilbert dirigida por Juan Francisco Morrogh Bernard, Erro y otros entró por B Mitre y fue a estacionarse junto a tres autos y carretón de la Cruz Roja por calle Rivadavia. Se ordenó el retiro y se cumplió. Más tarde llegan los obreros guardando el mayor orden. Viene un grupo de a pie por Chile en actitud hostil, dispuestos a exigir que bajaran la bandera roja divisa enarbolada por los manifestantes y que es de la Asociación; actitud que motivó la intervención de la policía “la que mediante grandes esfuerzos consiguió calmar a los exaltados” pero no que se retiraran. Minutos después apareció por 3 de Febrero la Brigada de Morrogh Bernard y Erro todos a caballo, rompiendo el cordón policial y entraron a la plaza produciéndose un recio tiroteo y la consiguiente confusión y dispersión. El hecho se produjo una vez de entrada la bandera roja a la jefatura a exigencia de la Liga y a fin de evitar derramamiento de sangre. No obstante la brigada y el grupo de a pie penetraron a la plaza con la bandera argentina. Resultaron muertos los obreros federados Ángel Silva y Celedonio Iglesias y “heridos treinta” , en su mayoría federados. Se asisten unos en el Hospital Centenario y otros en sus domicilios particulares. “Los cadáveres se encuentran a su disposición en el Cementerio”. Se remiten las armas secuestradas (no se indica cantidad). “Pongo a su disposición a los detenidos Luis Maria Salduna, Lorenzo Chaparro y Carlos María Sobral” Luego se siguen declaraciones prácticamente inmediatas –durante la semana siguiente- de protagonistas pertenecientes a los distintos grupos, signadas por la confusión del tumulto y el terror urgente. Veamos algunos ejemplos.
Lorenzo Chaparro, de la Liga Patriótica, 46 años, soltero, oriundo de Villa Mantero, dice que “…a las 2 y media vino con su patrón Carlos Sobral y Juan Francisco Morrogh Bernard. Estos le dijeron que iban a venir los obreros que posiblemente iban a querer sacar la bandera argentina que ellos traían. Pero que había que quitarles en cualquier forma la que ellos llevarán que era colorada y era de extranjeros. Su patrón lo hizo subir al automóvil en que tenía un Winchester, entregándoselo para que se lo cuidara. En su momento y después que habían dado dos o tres vueltas a la plaza, la brigada de Morrogh Bernard atropelló tirando tiros por entre la plaza a los obreros que estaban al lado de la estatua de San Martín y el declarante le entregó el Winchester a Pablo Aguirre, el cual atropelló también apuntando por lo que cree que haya tirado a los obreros. Él de pronto vio que un agente de policía caía herido le agarró el sable y atropelló pero no pudo alcanzar ningún obrero porque disparaban por todos lados y en esas circunstancias fue detenido.
Preguntado si tenía armas dice que un cuchillo y que no lo sacó en ningún momento. Preguntado por “esa persona de color morocho” que montaba un alazán dice que no recuerda quién era. No vio a nadie disparar (fueron varios pero no los tiene presente) Nunca oyó que los obreros provocaran. Dice que no estaba ebrio, que no tiene antecedentes penales. No vio si Manuel Sobral y Cabral usaron los revólveres “que sabe tenían porque eso vio en el campamento”. Celedonio Iglesias, de los obreros, era uruguayo como gran cantidad de declarantes en esta causa, tenía 50 años de edad y 19 de residencia en el país. Alcanzó a declarar que “…oyó varias detonaciones que partían de un grupo a caballo que rodeaba la plaza por la esquina que da al Café Apolo –hoy Chalup y Urquiza-, se sintió herido y cayó. Ignora quién lo hirió...” En ese momento sufrió un ataque le imposibilitó seguir declarando. Fallecería horas después.
Fernando Rodríguez “conocido por Urriste”, agente de policía, también declaró en los umbrales de su muerte. Alcanzó a decir que “…la herida se la produjeron hoy a las 15 más o menos, cuando prestaba servicio en la Plaza y quiso atajar a un morocho montado en un alazán. Tenía arma (un revólver) pero no lo usó y después que cayó herido no lo tenía. No pudo ver quién le disparó pero que los que tiraban eran los de la Liga Patriótica”. Hilario Rodríguez, 28 años, herido y detenido de la Liga Patriótica, Brigada de Gilbert, peón de Juan Francisco Morrogh Bernard, dijo que “…su patrón le ordenó avanzar sobre los obreros junto al monumento de San Martín. El primero en atropellar fue Morrogh Bernard y él lo siguió, ignorando porqué lo hacían.... se escucharon detonaciones que partían de la Brigada y luego de los obreros. No se fijó si su patrón tiraba. El arma que tenía era un cuchillo que se lo sacaron en la Policía. No vio quiénes eran víctimas y quiénes agresores. Nadie le dijo a qué iban a la Plaza. Solamente el patrón le dijo que cuando atropellaran él también lo hiciera.” Hay varias declaraciones que aportan muy poca o ninguna información. En especial no pueden afirmar quién o qué grupo hizo el primer disparo. Así ocurre por ejemplo con los dichos de Ignacio Romero, 41 años, casado, uruguayo, once años de residencia, jornalero; Vidal Navarro, herido y detenido, 22 años, casado, uruguayo, 2 años de residencia, panadero; Higinio Palacios, herido y detenido, 43 años, casado, arg., jornalero; Saturnino Duarte, herido y detenido, 36 años, soltero, argentino, jornalero; Mario Teófilo Mernies, Herido y detenido, 19 años, soltero, uruguayo, 5 de residencia, panadero, o Julián Contreras, 31 años, jornalero.
Sin embargo hay muchos testigos que, al igual que el caso del ya citado Lorenzo Chaparro, atinan identificando a la Liga como el grupo agresor. Así ocurre con Claro Denis, de 36 años, uruguayo con 25 años de residencia, jornalero, según cuya declaración “..... ignora quién lo hirió pero que fue un grupo de la Liga Patriótica que tiraba tiros sobre los obreros. No tenía armas.” Alejandro Blanco, de 47 años, casado, uruguayo, con 17 de residencia, jornalero, herido en mano izquierda, dijo que ignoraba a su atacante, pero que los obreros “Fueron atacados a las 15:30 por la Liga Patriótica”. Celestino Olegario, de 69 años de edad, uruguayo con 25 años de residencia en el país, de ocupación jornalero, brindó más precisiones dijo “que tiene conocimiento de los hechos presenciados y que se produjeron de la siguiente forma: en circunstancias en que el señor jefe de policía salió con la bandera de la federación con un grupo de ellos, un grupo de la liga cargó con sus caballos y enseguida sonó un tiro, luego otro hasta que fue un tiroteo cerrado. Preguntado si puede precisar quién o quiénes fueron los que iniciaron el fuego. Responde que no conocía a nadie.”
Helvecio Benítez, de 18 años, uruguayo, con 6 años de residencia en el país, preguntado quién le infirió las heridas que presenta, con qué clase de armas, en qué lugar y qué referencias puede dar al respecto, dijo que las heridas que presenta se las produjeron “en el día de ayer alrededor de las 15 horas” en la plaza Independencia y se expresó de la siguiente forma: “siendo las 14 y media fue a la plaza a celebrar el día del trabajo, que iban a hacer uso de la palabra los oradores de la federación. Cuando llegaron apareció la caballería como de 200 jinetes dando gritos hostiles contra la federación, dando vueltas alrededor de la plaza en forma provocativa, que la policía trató de contenerlos, haciendo un sobrehumano esfuerzo para retirar a los provocadores que pedían que se arriara y retirara la bandera roja que llevaban los obreros, cuando éstos entregaron la bandera a la policía y entraban a la jefatura los jinetes que se habían estacionado frente al café Apolo y la Iglesia atropellaron sobre ellos tomándolos a balazos sin motivo, penetraron a la plaza unos a pie y otros a caballo, una de estas personas a caballo, que no conoce, es quien lo hirió.”
Lorenzo Timón, herido y detenido, también estaba a punto de morir. Era uruguayo de 40 años de edad con 16 años de residencia en el país, y con domicilio en la calle Gervasio Méndez, entre Pavón y Villaguay de Gualeguaychú. El 2 de mayo le alcanzaron las últimas fuerzas para declarar que “…las heridas que presenta se las produjeron en el día de ayer en la plaza Independencia de la forma siguiente: siendo las 14 horas y media el declarante vino a la plaza citado por compañeros de otros trabajos, afiliados a la federación obrera, con motivo de conmemorar el día del trabajo, que al llegar había cerca de 200 hombres de la liga patriótica dando vueltas alrededor de la plaza dando gritos hostiles contra ellos, que la policía trataba que se retiraran pero no obedecieron, cuando los obreros llevaban la bandera roja, símbolo de trabajo, los que formaban parte de la caballería se reencontraron en la esquina de Chile y Urquiza, al lado de la Iglesia y del café Apolo, de golpe acometieron a balazos a los componentes de la federación, en esas circunstancias el declarante recibió el balazo que presenta sin saber quién le pegó Preguntado si tenía armas, contestó que no y que ninguno de los manifestantes de la federación llevaba.”
Francisco Ocampo, herido y detenido, de 29 años, argentino, identificó al autor del primer disparo. Dice que grupo de jinetes liguistas se vino encima de los manifestantes viendo que “uno que montaba un caballo bayo empuñaba un enorme revólver con el que hizo el 1º disparo que se oyó sin poder decir quién era esa persona, siguió un tiroteo sin poder decir quiénes lo realizaron, decidiendo retirarse cuando recibió el balazo sin poder decir quién se lo tiró, que no tenía armas, que no ha tenido entrada en la policía”
Pedro Villarreal, también estaba soportando por aquellas horas el asedio de la muerte. Tenía 38 años, era argentino, soltero, jornalero, con domicilio en Montevideo y Paraná de Gualeguaychú. Narra que siendo las dos y media de la tarde fue a la manifestación obrera, que para oír mejor se acercó al pie de la estatua de San Martín, “notó que unos 200 hombres de la liga patriótica daban vueltas a la plaza en actitud hostil, que la policía los contenía, no se iban a retirar hasta que no replegaran la bandera colorada, emblema del
trabajo, que estaba izada, los obreros optaron por entregarla y cuando iban entrando a la policía los jinetes atropellaron sobre los obreros haciendo un tiroteo y desbande de gente, en esos momentos recibió la herida, cayendo, recogiéndolo la policía, que no conoce a nadie, que tiene una entrada por ebriedad, que no ha sido procesado.” Moriría poco después de declarar. Salvador Berón, herido, de 29 años, soltero, cabo de policía dijo que “a las 14 y media estaba en la plaza Independencia de servicio en carácter de policía, que un grupo de jinetes a caballo de la liga patriótica que estaban en calle Chile y Urquiza se precipitó contra la manifestación de los obreros que estaban en la plaza, que en vistas les ordenó que parasen pero se les vinieron encima oyendo a sus espaldas un tiro sin saber quién lo descerrajó, que la caballería atacó con más furia a los obreros llegando a la plaza donde se tomaron a balazos, que vio que un hombre grueso, con bigote negro que hacía un momento dirigía la palabra a los obreros hizo un disparo produciéndole la herida que presenta, que sólo sacó las armas para intimidar sin disparar ningún tiro. Que el que atropelló primero fue un tal Marín, que después siguieron muchos más que no puede reconocerlos.”
Cipriano Suárez, de 31 años, casado, argentino, sargento de policía, corrobora la versión que ya había indicado sobre la intervención de Luis María Salduna, de la Liga Patriótica, montando un saino y blandiendo un largo revólver con el que mató al agente de policía Fernando Urristi. El sargento, del distrito rural de Pehuajó Sur, convocado para reforzar la guarnición de la ciudad cuenta que “Fernando Rodríguez (Urristi) se encuentra herido en la garganta, que lo vio caer en el momento de la herida, que a las 3 y media junto con el comisario de órdenes y otros agentes habían venido desde la plaza a la jefatura trayendo la bandera colorada que tenían los obreros y la habían entregado al sr. Jefe para ser depositada en la jefatura porque así lo requerían los manifestantes de la liga patriótica que se habían apostado en la plaza, que estando adentro de la jefatura oyó al oficial de guardia que le decía al comisario de órdenes que avanzaban los jinetes sobre los obreros, que salió corriendo hasta cerca de la calle 3 de Febrero viendo a Luis María Salduna montado en un caballo pelo zaino con un revólver negro en la mano pasando junto al agente Rodríguez descerrajándole un tiro con el que lo volteó, que no vio que Urriste hiciera armas contra Salduna, que vio dos automóviles con armas de caño largo entre el grupo de la liga patriótica..”
Oscar Belén era un negro de 33 años, del bando de los federados, declaró que “habiendo concurrido al mitín de la federación obrera al cual es afiliado que se celebró en la plaza Independencia el 1º de Mayo, Bartolomé Luciano le hizo un disparo de revólver de frente que le perforó el saco que en ese momento enseña, que Luciano se hallaba a pie y fue cuando el tiroteo se hizo general, que él no llevaba armas, que Luciano llevaba un traje de montar amarillento, botas del mismo color, sombrero grande del mismo color pero medio marrón, que el revólver era color negro caño largo, que no sabe quién hizo el 1º disparo pero que salió de cerca de la iglesia y que salió del grupo de los de la liga.
Ángel Nicolás Jordán, de 23 años, soltero, argentino, panadero, dijo que “cuando se produjo el tiroteo se metió a la casa de familia del señor Luis Luciano donde dos jóvenes de la casa que no conoce, le querían tirar apuntándole con su revólver, que los jóvenes no le tiraron accediendo al pedido de una sirvienta de la casa, alta, morocha, la que le abrió el portón más tarde y por allí se fueron, que lo acompañaba Daniel Fernández, que esto ocurrió a raíz de los primeros tiros, que dichos sujetos pertenecían a los liguistas” Daniel Hernández, de 17 años, estaba junto a él y ratificó sus dichos. Cuando en los 80 entrevisté a Don Ángel Jordán él me relató exactamente el episodio de la fuga a través de la casa de los Luciano, hoy Rivadavia 522, sede del Colegio de Abogados, y que las palabras de la criada hacia los agresores fueron algo así como “dejalos en paz, así querés ser patriota vos, matando a estos pobres obreros…”. También recordaba que durante su fuga presenció el episodio de Luciano disparando contra el inerme “Negro” Belén, y el miedo de este último mientras se guarecía bajo un banco de la plaza.
Plaza de Muerte: Darío Carrazza
Choque Sangriento