El Cine Moderno

En la calle 25, en un local que había sido casa de remate feria, con posteriores reformas, aparecía en la ciudad un nuevo cine que se llamaría "Cine Moderno" .

Ubicado en la calle principal, entre las de Montevideo y Humberto Primo, hoy Italia, cuando aún quedaba el adoquinado de madera y los rieles del Tramway y el Lírico era ya una estampa pueblerina y el Gualeguaychú comenzaba a envejecer y antes de su primera reforma, nacía esta nueva sala la que de inmediato ganó el apoyo popular.

Por entonces el cine era mudo y las funciones eran animadas con orquestas, como en el caso del Gualeguaychú y pianistas como fue el caso del "Moderno", y posteriormente en el cine "Urquiza".

Pero volvamos al Moderno.

Como dijimos, fué un local de feria, con pisos de tabla ancha, con techo de chapa a dos aguas en el medio del cual tenía una gran claraboya ciega, que al correrse permitía ventilación y luz al recinto.

Su extensión era de media cuadra de largo por aproximadamente unos doce metros de ancho, el terreno restante y sin edificación daba a la calle San Martín. En cambio el frente, nada tenía que ver con el interior pues era de portland y moldurado, dos amplias puertas laterales y una vidriera central. Pertenecía a la firma martillera de Galia, quien en ese lugar realizaba sus exposiciones feria y remates de productos pecuarios y era por ello que su interior estaba dividido en bretes y el piso recubierto por espesa capa de pasto, donde se exhibían vacunos y lanares.

Es decir, un local feria en el ya corazón de la ciudad.

Un buen día el local cambió de mano y comenzaron las reformas, se hizo una división entre la sala y foyer con dos puertas de acceso, tapizadas en cuero rojo, en ese muro divisorio, del lado externo estaba la boletería y por el interno la pantalla.

Es decir que el acceso a la platea lo era por el lado de la pantalla, no había escenario, pero a un costado se ubicaba el clásico piano, las paredes enlucidas con empapelado recuadrado, el piso recubierto con un hermoso piso de madera y las butacas también de madera, sin tapizar dispuestas en grupo central y dos laterales.

Al fondo y sobre la elevada estaba la tertulia con una gradería de largos bancos de madera con una larga baranda de pared a pared, hecha de chapa repujada.

El cielorraso estaba construido con baldosas metalizas repujadas, estampadas igual revestimiento tuvo la garganta de la claraboya bordeada por tulipas.

La tertulia tenía entrada por calle San Martín, mediante una escalera externa y al aire libre.

Aún las proyecciones no tenían sonido, eran los últimos tiempos del cine mudo y como solo tenían un solo proyector entre rollo y rollo de película se producía un impasse y se prendían las luces de la sala mientras se cambiaba el rollo.

Era una interrupción breve y a la mitad de la proyección había un intervalo más largo en el cual los asistentes, no todos, se levantaban de sus localidades y salían al foyer a fumar o charlar.

Antes de comenzar la proyección, y esto sucedía en todas las salas, se producía un introito musical repetido al principio o al final.

Cuando ya se hablaba de "cine parlante", cine sonoro después, se anunciaban las películas "con música adaptada" es decir una ambientación musical con relación al tema proyectado.

Cuando los músicos se tardaban en medio de la exhibición en hacerse oír, el público comenzaba a insinuarse al grito de "música, música" y si no se les hacia caso prestamente, comenzaba un feroz pataleo contra el piso que no cesaba hasta que la música comenzaba a hacerse oír.

En el "Moderno" había función los Sábados, Domingos y Jueves, aparte sea dicho de la popular infantil, oportunamente los día Lunes, se proyectaba una sola película, la del Domingo al precio de ! 10 centavos ! .

El gerente era un Italo Argentino de apellido Bonamico y el pianista Macoco Vázquez.

En ese tiempo un grupo de alumnos del Colegio Nacional fundaron un Centro de Estudiantes Secundarios, hicieron un diarito llamado "Antorcha" e hicieron un carné mediante el cual conseguían descuentos en diferentes comercios y los del "Moderno" le hacían el 30 % de descuento en el precio de la entrada.

El Teatro Gualeguaychú fue el primero en incorporar el "sonoro" en la ciudad y que al principio era a base de records (discos).

En una función el Moderno quiso emular al Gualeguaychú y anunciaba ".. vea y escuche a Ernesto Famá en " Adiós Argentina ".

Ese día vimos y escuchamos a Ernesto Famá que en una parte de la película que era muda, cantar acompañado de Vázquez al piano, la canción motivo del filme "Adiós Argentina".

Muchas películas fueron las proyectadas, entre ellas los famosos episodios como "Fantomas" y "Sobre la ruta a Santa Fe".

Y cuando incorporaron el sonoro, tiempo después, otras películas llamaron nuestra atención "La plaza de Bekerley" quizás la primera de ciencia ficción, hoy lo sería, o el Rey del Jazz con su grande y verdadera orquesta de jazz.

Ben Hur, Quo Vadis, King Kong iban desfilando por la pantalla del Moderno y sin saberlo nos íbamos acercando al final de la era cinematográfica de nuestra ciudad.

El año 30 ya estaba cerca y con él... la gran crisis.

CRÓNICAS INFORMALES

Carlos Lisandro Daneri

Gualeguaychú – Año 1998