Pedro Ramón Bachini: (1903-1984). Abogado. Periodista. Participó en numerosas entidades de la ciudad como la Asamblea para el Progreso de Gualeguaychú (Asprogual), Federación Agraria, el Banco de Entre Ríos del cual fue Director.
Fue gestor de la Colonia Oficial "El Potrero" y Presidente de la Comisión Nacional de Bibliotecas.
Durante 40 años fue Director del Diario "El Argentino" dándole su particular tónica editorial.
Pedro Ramón Bachini
Nacimiento: Gualeguaychú, 31 de agosto de 1903
Fallecimiento: Gualeguaychú, 27 de marzo de 1984
No podía faltar en éstas horas de recordación, aquella entrada en la vida del periodismo de la desbordante figura y preclara inteligencia del Doctor Pedro R. Banchini, para quién el cielo despertaba inquietudes de infinito, pudiendo las ambiciones hasta inmaterializarlas en un fervor estético, del que le nació el apostólico servicio de ofrecerle a la comunidad la actualidad en noticias y comunicaciones y la idea que alcanza el singular privilegio de estar siempre nutriendo la avidéz de los lectores.
Una vez, que juntos trepábamos la transitada escalera del edificio del Tribunal portando escritos para pedir justicia, hilvanamos una conversación sobre la función periodística, que concluyó invitándome a acompañarlo en el diario batallar que él y sus colaboradores realizaban en el tradicional matutino que es una fuente permanente de comunicación social y parte de la fisonomía de nuestra ciudad.
Acepté el ofrecimiento como una manifestación de amistad y de confianza, sabiendo que bajo su conducción tenía un punto de partida inestimable para llegar a la verdad por caminos seguros, claros, directos, que dejaren a un lado lo incierto, lo falso o dudoso. Con este convencimiento, asumí mi puesto de trabajo.
Así fué que en un dialogo amistoso previo al ejercicio de la actividad, con calidad de maestro y relevante Director, a pesar que desdeñaba lo académico, me señaló como observador experto: "Ud. puede usar aquí la libertad de pensamiento y de palabra, sin caer, naturalmente, en el abuso, ni tampoco en el error de mover los piolines que agitan a las marionetas de turno".
"Lo primero -me siguió diciendo por que en todas las épocas han existido los "basureros" de la historia, que buscan las debilidades, las caídas, el fango que puede salpicar a los hombres que luchan. Por el contrario, hay que destacar los heroísmos silenciosos, los sacrificios sin ruido, las abnegaciones sin medida. Los libelistas cínicos y resentidos sirven para satisfacer a los envenenados de todo los tiempos. La pluma convertida en látigo, es la delicia de los que debieran ser castigados por ella".
"Lo segundo, igualmente carece de valor. Los que agitan los piolines de las marionetas de turno, se olvidan que la historia -agregó ha distribuido los papeles en el teatro del mundo cometiendo muchas injusticias. Los hombres no tienen la culpa. A un gran hombre puede haberse dado un papel secundario y a un pequeño hombre un papel trascendente. La mayor sabiduría consiste en darnos cuenta que es la vida que no asigna en suerte lo que seremos. Cuando ésta transcurre, y recién entonces, es posible que nos encontremos con las manos vacías o llenas de hojas secas que las sopla el viento". Hermosa lección !!, la que nos dió el Director y amigo. Lo cierto es que me apabulló. Me dejó en silencio y quedé confuso. Pero reaccioné, mientras él me observaba. Recuerdo que le dije: Ud. me termina de suministrar los lineamientos generales a los que tendré que atenerme; es verdad que en la vida de los hombres hay historias opacas e historias lúcidas. Nosotros tenemos que ocuparnos de las vidas transparentes.
Y así ocurrió.
Muchas veces vimos que otras tantas pasaban ante nuestros ojos, los que solo cosechaban dolor, cuando merecía el dolor pero también la gloria y que prefirieron quedarse con el sufrimiento.
Bachini, a pesar del gesto adusto que naturalmente manifestaba, formaba la lista de los que pensaban que la amistad y la felicidad no se mi-den como la tierra, sino por la conformidad del corazón. Y de ahí fué que se preocupó de repulsar todo áspero proceso periodístico para estimular, en cambio, el romanticismo de la juventud con el pragmático de la madurez, conjunción en la que él creyó que era la base del acercamiento de los hombres y la formación de una sociedad con auténtica convivencia.
En una oportunidad escribió un artículo de singular elaboración, refiriéndose a los que le negaban a la sociedad un concurso y preferían vivir en soledad, sin amigos. Fueron brillantes las conclusiones a que llegó "Se aislan del mundo -dijo para evitar los golpes y proteger la sensibilidad siempre vibrátil. Se repliegan por hastío, algunos lo hacen por desesperación, por desesperanza, pero hay muchos que llegan a la soledad por orgullo, altivez, arrogancia o simple-mente por fatuidad, creídos de que éstas son prendas inalcanzables que proporcionan rango, él que consiguen cuando logran una soledad poblada de generosidades intelectuales o de enigmas".
A su juicio, en ése fuero interno oculto y misterioso, les nace la aspiración de vivir en la torre de marfil, en cuyo lugar lo cambiante suele ser lo permanente y lo pendular es la ley de su ritmo. Y no caen en la cuenta que en el mundo moral no existe la ley física de la gravedad. Nada cae fatalmente para siempre, irremediablemente. Todo puede levantarse. Todo puede volver a vivir con renovado impulso.
A Bachini lo apasionaban los temas relacionados con la sociedad. De ahí fué la trascendencia que adquirió la famosa columna "Buen Día", que valió como análisis comunitario y mirador deductivo, que tuvo un momento de gran valorización, yo diría que era más atractiva que el espacio en el que figuraba el editorial.
(Sigue en pág. 47 ilegible) - Firma: Dr. Luis María Dumón
Fuente: Diario El Argentino - 6 de Febrero de 1986
Fuente: Honorable Concejo Deliberante, FamilySearch y Cartografía de Proyecto Mapear.
Ordenanza Nº 10.273/97