Teodoro Heredia, conocido popularmente como Teodoro "Lote" Heredia, fue una figura de Gualeguaychú destacado por su longevidad y por su participación directa como testigo clave y sobreviviente en dos sucesos históricos importantes de la región: el misterioso caso de Juana Blanca Sosa en 1935 y el hundimiento de la draga en 1959.
Teodoro Heredia nació el 9 de noviembre de 1912 en Entre Ríos, Argentina, y fue bautizado el 18 de diciembre de 1912.
Longevidad: Teodoro Heredia vivió hasta los 100 años, falleciendo el 25 de diciembre de 2012 en Gualeguaychú, Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina.
Familia: Sus padres fueron Alejo Del Carmen Heredia Jayme (1875–1936) y Mercedes Manuela Fernández (1883–Fallecida).
Matrimonio: Contrajo matrimonio con Blanca Nieve Azario (1914–2006) el 7 de octubre de 1937 en la Catedral de San José, Gualeguaychú.
En 1935, Teodoro Heredia era un joven lechero. Su rol fue crucial al ser la persona que descubrió el cadáver de la empleada doméstica Juana Blanca Sosa, un evento que se convirtió en una leyenda de Gualeguaychú.
Alerta y Hallazgo: La mañana del domingo 17 de noviembre de 1935, mientras realizaba su trabajo, "Lote" Heredia notó que el recipiente de leche que Blanca Sosa dejaba diariamente en la puerta del "castillo del río" en Isla Libertad no estaba allí.
El Descubrimiento: Motivada por esta anomalía, se asomó a una ventana de la planta baja y se encontró con "un cuadro de horror": el cadáver de Blanca Sosa yacía degollado sobre la cama en un charco de sangre.
Notificación a las Autoridades: Posteriormente, Heredia y el Sr. Lozano (encargado de otro chalet) se subieron a una ventana alta para confirmar el hallazgo. Fue a raíz del informe de "Lote" Heredia que las autoridades intervinieron, teniendo que derribar la puerta de la habitación, que estaba cerrada por dentro.
Años más tarde, "Don Lote" Heredia se desempeñó como tripulante de la draga "2 C" del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Fue uno de los protagonistas y sobrevivientes del siniestro del hundimiento de la draga.
Circunstancias Previas: La draga se encontraba dragando el canal de acceso al río Gualeguaychú. Ante el desmejoramiento del tiempo, la sudestada y la creciente del río Uruguay, Teodoro Heredia, junto con otros tripulantes, insistió al capitán Agenor Rojas para que guareciera la draga, pero este se negó repetidamente.
El Escape: Al advertir el peligro extremo, Don Lote, junto con dos compañeros que también "la venían venir", logró saltar milagrosamente al remolcador. Esta riesgosa maniobra le permitió sobrevivir al naufragio.
El Hundimiento: La draga se hundió en la madrugada del 16 de abril de 1959.
Consecuencias: Tras la desgracia, Don Lote colaboró en la búsqueda de los cuerpos y objetos. El 15 de mayo, logró encontrar el cuerpo de su compañero, el foguista Fernández, dentro de la draga.
Legado: En 1990, 31 años después del naufragio, Don Lote Heredia, poseedor de una memoria prodigiosa, visitó la draga hundida con el autor y relató en detalle los sucesos del siniestro.
Teodoro "Lote" Heredia, por lo tanto, fue un ciudadano de Gualeguaychú que, a lo largo de su larga vida, estuvo presente en momentos clave de la historia local, desde el descubrimiento de un misterioso crimen hasta la narración en primera persona de un desastre marítimo. Su vida podría ser vista como una especie de testigo viviente de la crónica de Gualeguaychú, documentando tanto los dramas sociales como las tragedias naturales de la región.