Dr. Osvaldo Magnasco. (Por Horacio Romero, "Entre Ríos" página 45)

Nació en Gualeguaychú el 4 de Julio de 1864. Se graduó en la Universidad de Buenos Aires, presentando su tesis: "Sistema del Derecho Penal actual."

Antes de doctorarse, fue designado catedrático de Derecho Internacional de la Escuela Militar.

Electo Diputado Nacional se consagró como uno de los más destacados oradores parlamentarios, presentando notables proyectos sobre reformas comerciales y de la Ley de Quiebra. Autor de la Ley de Ferrocarriles.

Como literato puede destacarse su traducción de las Odas de Horacio y un completo y profundo juicio sobre la traducción de la Divina Comedia por el General Mitre.

Al dar a publicidad estas páginas, el Dr. Magnasco dijo a modo de prólogo: "Estas traducciones dormían dispersas entre las páginas de mis clásicos predilectos. El señor Mariano de Vedia quiso un día exhumarlas. Hubo, como puede colegirse, una escena parecida de Don Juan con el escultor y sea dicho en homenaje a la verdad, estas versiones fueron entregadas clandestinamente a las columnas de "Tribuna".

Yo tengo mucho respeto por la memoria y por las obras de los grandes poetas y ya he dicho que hay algo más que una simple osadía en la tentativa de traducción, etc. 

Con todo ello, con las disculpas preliminares del autor, la obra mereció los elogios de la crítica y es hoy una de las más completas traducciones de clásicos latinos hechas en nuestro país. 

Fué Ministro de Justicia e Instrucción Pública. Fué fundador de los Consejos de Guerra y del Tribunal Supremo, del que formó parte como abogado asesor.

El escritor Alvaro Melían Lafinur, en un meduloso artículo publicado en la revista "La Literautra Argentina", enero de 1935, dice entre otras cosas: "Había disciplinado su mente y formado su estilo bajo la advocación de los mejores modelos antiguos y su espíritu ofrecía esta curiosa dualidad: era un romántico revestido de un clásico; algo así como Berryeer bajo la esclavina de Cicerón. De romántico tenía desde luego, el individualismo independiente, el arrebato pasional, el amor por los grandes gestos, como ese mismo tan sostenido de su retiro desdeñoso; pero todo ello se contenía, en cuanto a la forma de expresión, y a lo que pudiéramos llamar de arquitectura de su pensamiento, en los moldes de la elegancia y del severo gusto clásico".

Sus principales obras: "Fundamentos del Derecho Penal", 1884. "Lecciones de Derecho romano", 1888. "Juicio de imprenta", 1889. "La Divina Comedia" (A propósito de la traducción de Bmé. Mitre), 1891. "Odas de Horacio - Traducción", 1893. "Introducción a los Códigos Militares de la República", 1895. "La cuestión de límites. El Alegato chileno", 1896 y muchas otras.

Falleció el 4 de Mayo de 1920

 El año 1864 es de grandes acontecimientos en la incipiente ciudad de Gualeguaychú. En mayo es botado el vapor “Era", construido en Buenos Aires para un Compañía por Acciones, haría la carrera entre Buenos Aires y Gualeguaychú, tocando los puertos de Fray Bentos é Higueritas su llegada al Puerto de Gchú es festejado con bailes y romerías. Su Capitán es Benito Magnasco.

 De este suceso, años después, Osvaldo recibiría una carta de su padre, escrita desde el vapor “Olimpo” el 19 de agosto de 1888. En las que le refería un hecho mío venido a la memoria".

 Cuando llegó al Puerto de Gualeguaychú el Vapor "Era”, la Comisión resolvió que antes de empezar en carrera se realizara un paseo a la ciudad de Fray Bentos. Fueron invitadas las autoridades y las familias más representativas.

 Al regreso, cerca de la Boca del Río Gualeguaychú, la Banda ejecutó “La Marsellesa”, el francés Lefebre, viejo comerciante que tenía una latiría, propuso que se descubrieran la cabeza. Todos accedieron. Terminado el Himno Francés, don Benito pidió que se tocara el Himno Argentino y viendo que muchos no se habían descubierto subió a una silla y dijo que el se había sacado la gorra por La Marsellesa y pedía que se descubrieran por el Himno Nacional. El único que se negó fue el Capitán del Puerto de Gchú, el español José Maria Manzano y relata don Benito-le tire un guantón que le hice rodar la gorra por el suelo.

 Manzano tomó la espada y Don Benito la pistolita de dos tiros, esa que el consideraba como al poder ejecutivo. Varios miembros de la Comisión entre ellos Jacobo Spangemberg intervinieron en el acto. Todo quedo apaciguado, pero el Capitán Manzano al poco tiempo fue separado de su cargo.

 Esa identidad con los principios nobles de la vida sería norma en Don Benito y que inculcó luego a sus hijos.

 Así como el gran poeta latino Horacio sintió la noble pasión de su amor de hijo Osvaldo Magnasco sintió la noble pasión de "ser hijo del Capitán Magnasco.

 "Ese arrastrar más y más el espíritu a los comienzos de la vida” me llevó a recorrer la casa.

 Que triste esta…. Ya han caído en la calle las primeras hojas de este otoño que recién comienza. El susurro me acompaña como una canción melancólica: ya no está ni la serena presencia de Don Víctor, ni la alegre risa de la paz, de mis recuerdos infantiles.

 Todo pasa, envejece… Desde la vereda de enfrente la observo: sus líneas arquitectónicas italianizantes, dicen de sus antiguos moradores que vinieron de la lejana Génova (Italia) a buscar de paz y trabajo. 

ANDREA SAMEGHINI