Cuaderno Nº 23

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, DOMINGO 5 DE SEPTIEMBRE DE 1993CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 23
LOS MAESTROS Y LA ESCUELA DE ANTES.ANDREA SAMEGHINI (María de las Mercedes Chaparro de Sameghini).VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ - X. Un pintor no recomendado: Nicolás Peckham.ADELANTOS DE LA MODA.CONSTRUCCIÓN DE UNA CASA EN 1850.EL REFRANERO.ADIVINA ADIVINADOR.
LOS HABITANTES DE LA MANSION IVCONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGOENTRE LETRAS Y PINTURASEL MUEBLE: ESE DESCONOCIDO

LOS MAESTROS Y LA ESCUELA DE ANTES

Isabel Motta Fernández

Andrea Sameghini 

1) Escuela de la Señorita Motta
(2) Casa de Luiggi Marchini
(3) Calle Urquiza, de O. a E. Tarde Procesión 

En el país de la infancia del historiador Julio Irazusta, un desvaído recuerdo nos habla de su paso por la escuelita privada de unas señoritas Motta, donde veía mezclados niños y niñas a los que les enseñaban tanto a tejer como a leer. (1)

Isabel Motta Fernández tuvo a su cargo la Escuela Particular "Dr. Fernández" que funcionaba en la casa de sus padres, ubicada en la esquina S.E. de calles Urquiza y Humberto Primo (hoy Italia).

Era la casa con zaguán que abría hacia calle Urquiza y en la esquina una pieza en ochava. Se sucedían hacia Humberto Primo las demás habitaciones y la última de ellas era el aula de clase. Se abrían ventanas a la calle con artísticas rejas que bien pudo forjar el Herrero del Palacio San José, Don Luiggi Marchini, vecino de los Motta.

Sobre Urquiza, cerrado por el tapial prolijo, el jardín y el gran patio. Ahí se cultivaban con esmero, variados rosales, otras plantas y árboles frutales. Es la primer maestra de Jardín de Infantes de la Escuela Normal, señorita Nélida Nóbile, quien rescatará, para trasmitir a la posteridad, a esta maestra particular y los métodos que empleó empeñando su vida en instruir y educar a los niños de la zona céntrica de la ciudad.

Dice nuestro comprovinciano Juan Carlos Ghiano, gran escritor, ensayista, crítico tan respetado: "en las épocas finales del Siglo XIX y las primeras del XX, se vivía con un brillo externo". Isabel fue arquetipo de esa sociedad.

Gustaba recalcar que pertenecía a una familia tradicional, de gran relieve social y que, casi adolescente, había abrazado una vocación docente que se manifestaba principalmente sobre la iniciación escolar de los niños de 4, 5 y 6 años.

ISABEL ERA URUGUAYA

Posiblemente los levantamientos de López Jordán en Entre Rios provocaron la presencia de sus padres en la República Oriental del Uruguay donde nace en 1875 (2). Fueron muchos los habitantes de Entre Ríos que emigraron a la hermana República.

En el Censo Nacional de Población de 1895 figura como maestra. Debe ser una figura destacada en el quehacer educativo de la ciudad.

Volvamos a la actividad en la escuela: El aula, aquella última pieza sobre calle (hoy Italia) era espaciosa, con una alta ventana que abría a la calle y una puerta al Este que accedía a la galería. Esta, separada del patio por una reja trabajada.

Los bancos eran dobles, donde Isabel hacía sentar hasta cuatro niños. Al fondo, una biblioteca y al frente, una mesita y un sillón grande. Desde aquí impartía la enseñanza. Siempre con el puntero en una mano. Sólo lo dejaba para librar las dos si debía estrujar algún indisciplinado o algún distraído que no ponía la cuota de atención debida.

La señorita Julia Elvecia Pedrazzoli, que fuera luego también maestra particular, nos aportó la forma en que corregía a los zurdos.

Sus hermanos Ester y Elena concurrían a la escuela de Isabel Motta. Elena era zurda y en esa época y hasta bastante tiempo, la escuela combatía esta inclinación en tal forma que se obligaba a escribir con la derecha castigando con reglazos dados en la izquierda para que cambiara de mano el lápiz, o se le señalaba con el puntero.

Gracias a este método Elena Pedrazzoli, luego señora de Harispe, fue ambidiestra y escribió con propiedad con las dos manos. Con el tiempo será maestra de la Escuela N° 1 "Guillermo Rawson". Esta Maestra Normal, no creemos haya usado jamás el procedimiento empleado con ella.

La señorita Isabel enseñaba con métodos propios devenidos de su experiencia docente. Dice Nélida Nóbile que, para la época, puede considerárselos adelantados.

Los alumnos concurrían en dos turnos (mañana y tarde). Cada turno con un solo recreo que se cumplía en el jardín de la casa. Bajo su vigilancia debían sacar los caracoles de ]as plantas.

El día miércoles de cada semana se honraba la memoria del General San Martín. La maestra leía páginas de la vida del héroe y de su epopeya libertadora. Así fue que, cuando Nélida Nóbile ingresó a primer grado de la Escuela Normal "Olegario V. Andrade" obtuvo la nota 10 Sobresaliente de su maestra Julia Vassallo por su conocimiento sobre el tema.


Notas: 

1) Julio Irazusta. Memorias. Pág. 29. Bs. As. 1975. 

2) Censo Nacional de Población. Año 1895. Archivo Gral. de la Nación. Informantes: Nélida Nóbile, Maestra Jardinera, asistió a la escuela de I. Motta a los 5 años. Nació el 8 de febrero de 1912. Entrevista de noviembre de 1989. Julia Elena Pedrazzoli, Maestra particular. Nació el 21 de febrero de 1905. Entrevista de marzo de 1989. 

Escuela "Dr. Miguel Fernández": Isabel impuso a su escuela el nombre del primer hijo de Gualeguaychú que obtuvo el título de médico. Todos los años conducía a sus niños hasta el Cementerio del Norte, para rendir homenaje frente al mausoleo que guarda los restos de tan destacado profesional que pasó a la historia como un filántropo. 

Otra vista de la casa de Isabel Motta. Calle Urquiza, de E. a O. 

CÓMO ERA ISABEL MOTTA FERNÁNDEZ

De apariencia distinguida, era alta, de tez blanca y ojos oscuros. Peinaba con dos largas trenzas que dejaba caer a los costados de su cara. Vestía con hermosos trajes que terminaban en recatados cuellos prendidos hasta arriba. Su presencia física nos pone a la par de su perfil espiritual como una mujer de carácter enérgico. De voz penetrante y potente y mirada profunda, atributos casi imprescindibles en las educadoras de antaño.

Detalles menudos de su vida permiten conocer a esta señorita de su época, que exigía de sus alumnos asistencia perfecta y que, cuando enfermaba, no suspendía las clases que dictaba desde su cama, rodeada de sus niños. Entonces era que cubría sus cabellos con una gorra de dormir color celeste.

Cuando ocupaba su cómodo sillón, frente a la clase, mientras los niños hacían alguna plana, disfrutaba del mate endulzado con medio terrón de azúcar y cebado -como premio- por las mayores y de mejor comportamiento. Con un cuchillo de cabo blanco cortaba el pan con grasa que comía. Nada de esto compartía con sus alumnos pues consideraba de mala educación comer mientras se aprendía.

A un costado del patio estaba la cocina y el baño, una habitación alargada con una tabla por inodoro que ella controlaba y debía limpiar quien ensuciara, bajo su vigilancia.

Para 1917, cobraba una cuota mensual de 1 $ por mes. Si este pago no se hacía con puntualidad debía regresar el alumno a su domicilio y esperaba su regreso en la puerta de la escuela.

Cultivaba hermosos rosales en su jardín. Un día un alumno ya mayor, arrancó una rosa y la deshojó en el aula. Indignada, Isabel le pegó en la cabeza con el puntero abriéndole una herida. Según nuestra informante, esa debió ser la causa del traslado de Isabel Motta a Estación General Almada donde cree culminó su carrera docente.

Nos dice Nélida Nóbile que no usaban uniforme para asistir a la escuela y recuerda que ella llegó por primera vez, de la mano de su padre, vestida con una blusa rosada y falda gris, con gran moño rosa en la cabeza. Algunas usaban sombrero, como su entrañable compañera María Elvira Haedo (luego Sra. de Villagra) que llevaba gran sombrero de paja con moño rojo. Así vestidas, después de clase, la maestra las llevaba de visita a alguna casa de familia, de forma de completar su educación con buenos modales y trato en la sociedad.

Fueron alumnos de la escuela de Isabel Motta, además de los nombrados, Pedro Enrique y María Elisa Hermelo, los Lando Basavilbaso, Helcías Rossi, Elena y Ester Pedrazzoli y otros que escapan en esta lista y que fueron formados en los códigos de esta Maestra que con su vida marca el prototipo que encaja en una época de nuestra Gualeguaychú.

Para que la vereda no se gaste: La piedra caliza con la que estaba hecha la vereda que rodeaba la escuelita de Isabel Motta, se renovó con capa de mosaicos. Tanto cuidaba la maestra de que no deslucieran aquellos que desde el zaguán, hacía pasar hacia la calle a sus alumnos para evitar el desgaste 

Celebración de fechas patrias: El 25 de Mayo y el 9 de Julio asistía la escuela “Dr. Miguel Fernández” a los actos populares. Exigía Isabel a sus alumnos, vestir de gala, con sombrero y guantes y así se presentaba todo el conjunto que ocupaba lugar destacado. También se oraba por los muertos. Cuando por calle Urquiza pasaba un cortejo fúnebre, la maesta hacía pasar sus niños a la sala (ubicada en la ochava) abría las ventanas y los obligaba a hincarse bien derechitos rezando con ellos por el alma del difunto. 

ANDREA SAMEGHINI

(María de las Mercedes Chaparro de Sameghini) 

María de las Mercedes Chaparro junto a Quinquela Martín y otras personalidades, en la Tercera Reunión Nacional de Museología, realizada en Buenos Aires 

Compañera cofundadora de CUADERNOS de GUALEGUAYCHÚ falleció en Buenos Aires el 28-8-1993.

Su trabajo de investigación histórica por tantos años, es herencia que recibimos y seguiremos en comprometida posta, publicándolo para difusión y conocimiento de su Gualeguaychú.

Nos decía en carta del 9-9-1992, desde la Capital Federal:

"Bueno, les cuento que anoche me desperté varias veces. Por fin salió un largo sueño hecho realidad, (los Cuadernos).

Ahora nuestra obligación es escribir con profesionalidad...".

Las bases del trabajo sobre Isabel Motta y la enseñanza en Gualeguaychú de antaño, nos las entregó desde su lecho de enferma el día 20 de agosto próximo pasado.

Lo publicamos en acto de adhesión al Día del Maestro y a la labor docente que ha cimentado la cultura de nuestro pueblo. 

VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ - X

Un pintor no recomendado: Nicolás Peckham

Nati Sarrot

Entre Ríos se halla en época de organización para fundamentar un progreso que se manifiesta en el comportamiento de la población y de los gobernantes. Corre 1849; en número de habitantes, Gualeguaychú es el segundo entre los diez departamentos en que se divide la Provincia de Entre Ríos desde el 13 de abril. La densidad es mayor en la campaña que en los centros urbanos.

Los alcaldes de cuartel para estos últimos y alcaldes de distrito en la zona rural, son las autoridades. La educación primaria se protege con un control exhaustivo. Se programa la enseñanza y se cultiva la música y el dibujo.

Aunque los gobernantes administren en la época, es cierto que las características de la población (mezcla cada vez más compleja con las corrientes de inmigrantes) van exigiendo las normas que los cuerpos legislan. Se atiende a la enseñanza de la música y el dibujo premiando a los alumnos con talento y voluntad.

1. Urquiza, retrato de Nicolás Peckham2. Retrato de Urquiza, de Salvador Ximenez. 

Así también son recibidos calurosamente los artistas que van llegando a nuestra Villa.

En 1849 arriba a Gualeguaychú, de paso para Buenos Aires, el artista pintor Nicolás Peckham. Como ocurrió con Salvador Ximénez (CUADERNOS N° 19) se le encomienda oficialmente, hacer dos retratos del Gobernador Gral. Justo J. de Urquiza.

Concluido el trabajo Peckham los entrega en la Comandancia, donde se ubicarían adornando sus salas. También pintará otro por encargo del General Basavilbaso.

Reproducimos el cuadro de Salvador Ximénez y uno de los de Nicolás Peckham para juicio de los lectores y agregamos que, en carta del Comandante Rosendo María Fraga a Urquiza, como severo crítico y por otra parte admirador del Gobernador de Entre Ríos dice que, con cierto pesar le hace saber que los retratos de Nicolás Peckham tienen poco parecido con el.

Es posible, que otros personajes hayan posado para este retratista en Gualeguaychú. Generalmente las obras de este tipo no se firmaban.

Poco tiempo reside en nuestra Villa, siguiendo su camino hacia Buenos Aires.


Nota: 

1) Carta de Rosendo M. Fraga al Gral. Justo J. de Urquiza. T. 26 Legs. 24 y 59. 1849. Archivo Urquiza. Archivo Gral. de la Nación Argentina. 

ADELANTOS DE LA MODA 

Para la última década del siglo anterior las notas periodísticas informan a la sociedad de Gualeguaychú lo "último" en ramos de novia:

"Hasta aquí el azahar tenía el monopolio en los ramos de novia. Ahora se mezcla con el mirto. Además las jóvenes que acompañan a la novia también llevan ramos. Mitad de lilas, "biñuelos" guarnecidos de encaje del mismo traje de la novia.

Ella lleva sujeto el velo con alfileres de oro con cabecita de perla.

Al volver de la iglesia reparte los alfileres entre las amigas solteras como talismán y recuerdo".

Pasado el siglo de este adelanto de la moda francesa, no se ha cambiado tanto en los modos y usos y continúan los talismanes (ahora: dijes, ligas, el mismo ramo de la novia, etc.).

Bailes: Esta noche empezarán los populares del teatro. Cuenta el empresario con un cuerpo de bailarinas notable y numeroso y con el concurso de la Banda Militar. Las noches de baile serán cuatro: de hoy sábado al martes inclusive. (El Noticiero, febrero de 1888) 

CONSTRUCCIÓN DE UNA CASA EN 1850

Las características exigidas entre contratante y constructor para hacer una casa en el Gualeguaychú de 1850, pueden parecer escasas y no precisas, pero son las expuestas y, seguramente, resultaron a la postre suficientes para comprometer la calidad de lo edificado y el cumplimiento riguroso de su pago en tiempo y forma.

"La casa ha de tener cincuenta varas de edificio dividido en cinco piezas y un zaguán.

Su alto ha de ser como la de los señores Juan José Méndez Casariego y hermana, de cinco y media varas de alto con revoques y cornisa de cal y arena por fuera y por dentro.

"El costado sur revocado de la misma mezcla así como una vara del suelo en toda la circunferencia".

"Se contrata el trabajo por tres mil ciento veinticinco pesos moneda metálica..."

(Firman: Apolinario Doldán y Dionisio Repetto, en día 9 de octubre de 1850.)

La casa de Juan José Méndez Casariego de calles Urquiza y Congreso Provincial (hoy Yrigoyen); es antecedente de lo que se construye en la época; en general la edificación anterior no constaba de reserva para zaguán, ingresando a la casa por una puerta pequeña que se abría en el tapial que cercaba todo el sitio, en lugar colindante con la estructura total.

Cuando se trataba de casa habitación y negocio, se abría puerta importante para el acceso al negocio y la pequeña para ingreso al patio adonde daban las habitaciones. Estas a su vez abrían a la calle con ventanas enrejadas.

ARANCELES PARA ALCALDES: "Cobrarán cuatro reales fuertes por derecho del ACTA que se labre en los juicios en que de conformidad a lo dispuesto por el Reglamento de Administración de Justicia en su Sección IV intervinieron, siendo pagado este derecho por mitad entre los litigantes si concilian sus pretensiones. En los casos en que dictasen sentencia cobrarán un peso fuerte que será satisfecho por la parte condenada. Por los testimonios de actas, cualquiera que sea el objeto conque se pidan, llevarán un peso fuerte. Por su asistencia al acto de allanamiento de un domicilio, un peso fuerte. Y por todos los demás en que intervengan cobrarán a razón de dos reales fuertes por hora de tiempo hábil que empleen". Sala de Sesiones, Enero 13 de 1875. CLEMENTE BASAVILBASO, Presidente. 

PRIMERA SERIE ANTES DE 1850

"Amigos y libros, pocos y buenos" SBARBI, J.M. -por Amigo. Amigos, pocos y buenos. Conocidos muchos, amigos pocos. Denota lo común y frecuente que es adjudicar el nombre de amigos a todos aquellos sujetos con quienes se trata, cuando realmente no pasan de meros conocidos. También recomienda que se intime con pocos, aunque se trate ligeramente con muchos.

MARTÍNEZ KLEISER -Ideología: Número de amigos. Amigos pocos y buenos.

De las adivinanzas recopiladas por Cármelo Romero (Conde de Gená) y Encuesta de Folclore de 1921, realizada por maestras de las Escuelas Láinez.

24)

Soy liso y llano en extremo

y aunque me falta la voz

Digo en su cara a cualquiera

La más leve imperfección

Respondo al que me consulta

Sin lisonja ni ficción

Y si mala cara pone

La misma le pongo yo.

25)

El que lo hace, lo hace cantando; el que lo busca,

lo busca llorando; el que lo disfruta no lo ve. ¿Qué es?

¿Adivinaron... o lo sabían?

24) El espejo 25) El ataúd.

EDICIÓN IMPRESAINVESTIGACIÓN Y TEXTOS: ANDREA SAMEGHINI NATI SARROTJEFE DE REDACCIÓN: MARCO AURELIO RODRÍGUEZ OTEROCOLUMNISTAS: CARLOS M. CASTIGLIONE - AURELIO GÓMEZ HERNÁNDEZ -DISEÑOS DEL SUPLEMENTO DE LA ÚLTIMA PÁGINA Y ROSTRO DE JUAN PABLO DOMINGO: RAÚL A. SARROT
TIPEO DE TEXTOS Y ESCANEO DE IMÁGENES: JOAQUÍN R. CARRERA Y ZULMA N. MENA 
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