Cuaderno Nº 70

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 20 de Agosto de 1995 CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 70
SIEMPRE ES TIEMPO DE PAYADORES (Nati Sarrot)- Goyo Aguilar- Generoso D’Amato - Carlos Echazarreta- Lorenzo Gorosito- La guitarra: un útil para la fe y el canto popular- Una visita al General Racedo (Goyo Aguilar)- A Entre Ríos (Generoso D’Amato) LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Platería, un culto universal (Aurelio Gómez Hernández)- Están tocando nuestra canción ( Sergio Sinay) 

SIEMPRE ES TIEMPO DE PAYADORES 

Nati Sarrot

Pobres gauchos ¡Oh Dios! desde que nacen,

en la frente los marca la desgracia.

No tienen en la vida más consuelo

que llorar al compás de la guitarra.

Agustina Andrade 

(1858-1891)
Juan Carlos Castagnino - "Estampa Plateada"

Gualeguaychú, por las características de sus payadores, pudo trascender los límites de lo lugareño. 

Desde aquellos gauchos que inspiraron a Agustina entre los que sobresale y perdura la fama de Goyo Aguilar, verseador analfabeto que exponía hechos y aconteceres, elogiaba o vituperaba sobre personas y personajes, contaba sus penurias y triunfos de soldado o de hombre que ve muy cerca la miseria; hasta los payadores cultos que se radicaron en Buenos Aires o en Montevideo, lanzando o aceptando desafíos de cotejar, en puja que podía durar horas o días, en un espectáculo poético-musical que convocaba a fervorosos del tema, a seguidores fanáticos y a una pléyade de artistas destacados los que en el género de la payada reconocieron un valor menospreciado aún. Eso era la Payada que tuvo su ciclo de esplendor entre 1880 y 1920, aunque algunos estudiosos lo dan por iniciado años más tarde. 

De aquel payador que, al decir de Agustina Andrade: “me contó la historia de su vida/ de crueles injusticias impregnada. / Cuan doloroso es escuchar sus quejas/ al sentido compás de su guitarra/ y ver al mismo tiempo cómo llora/ la ingratitud de su querida Patria”; los que verseaban con los hechos que vivía el país en su agitado período de formación estatal, se encuentran otros que desarrollaban temas políticos, científicos, filosóficos, apoyados en su nivel cultural que cultivaron con cuidado. De ellos tiene Gualeguaychú notables exponentes, que estuvieron entre los mejores de la época en la zona del Plata. 

Decimos que el Payador, trovador o juglar de tiempos remotos, podía cantar “a solo”, de a dos en contrapunto, en panel de varios sobre un tema propuesto en orden y por turno. Tenemos testimonios de que don Goyo Aguilar lo hizo “a solo” y en contrapunto con desafiantes que llegaban en la troupe de los circos o en las fiestas camperas con el desafiante corajudo. 

GENEROSO D’AMATO 

Había nacido en Gualeguaychú en 1884, en tiempos en que la payada empezaba a gozar de aprecio entre la gente culta. Ya don Goyo Aguilar se había retirado en su campo, a orillas del arroyo El Sauce para morir donde había nacido (1807-1888).

D’Amato se muestra un precoz payador que, consciente de sus posibilidades en la profesión, estudia para enriquecer los recursos. Por ello se va a Buenos Aires. 

Allá se mide con lo más alto y frecuenta los tablados de mayor exigencia como los de Avenida de Mayo, las veladas de San Telmo, Flores, Villa Luro, entre otras. Según Julio Díaz Usandivaras, cultor de nuestro folklore, asistía a reuniones amenizadas por: Betinotti, Luis García, Gabino Ezeiza, Pablo Vázquez, Ramón Vieytes, Pedro Garay, Francisco Bianco. A ellas concurrían escritores y poetas reconocidos como Claudio Martínez Paiva, José de Maturana, Félix Lima, Alejandro Sirio, Martiniano Leguizamón, Justo P. Sáenz, Pío Collivadino. 

Se pondera la generosidad de D’Amato aunque como al entrerriano Vieytes, se le reconocía un carácter difícil en el trato cotidiano. 

Como payador mereció el respeto y el elogio público y de sus pares. Se dice que Gabino Ezeiza auguró en 1906 que D’Amato, con el tiempo no tendría rivales para competir. 

A la muerte, acaecida en 1920, fue despedido por el verso de Vieytes:


Juan Carlos Castagnino - "Caballo"

“Generoso D’Amato, el nombre y apellido que llevaste tan alto, con tanta gallardía/ nos dicen lo que fuiste, como fiel biografía/. Un hombre generoso, que de amor ha vivido/ (…)” 

 José Fulginiti expresó que Generoso D’Amato;

“fue como un rayo de luz en la abrupta odisea del payador. Luchó con la entereza de esos hombres que no se retrotraen ante las duras emergencias de la vida”

CARLOS ECHAZARRETA

Nació en Gualeguaychú en 1905. Hombre observador y enamorado del medio rural, se manifestó como payador luego de cumplir sus cuarenta años. Su condición de empleado de Correos y Telégrafos lo obligó a permanecer en los lugares de destino llegando a Buenos Aires cuando era un hombre maduro. 

Viviendo en la Capital pudo frecuentar el ambiente de los payadores y tanto ahí como en la República Oriental del Uruguay encontró los lugares donde aún estaba vivo ese género poético-musical que cultivaba con eficiencia. Allí se midió con contrincantes de calidad en un juego que le apasionaba y que solo abandonó a su muerte en 1956, luego de once años de intensa actividad. 

LORENZO GOROSITO

Había nacido en Gualeguaychú en 1910. Su profesión de payador lo llevó por distintos lugares de Entre Ríos, de Santa Fe y de Buenos Aires. Pertenece al grupo que acompaña el desgarramiento que produce la agonía de la payada de contrapunto y de su ubicación jerárquica como acontecimiento artístico.  

Continúan algunos payadores “a solo” cantando por milonga sus temas y tienen seguidores que adquieren sus reproducciones discográficas. En festivales camperos y en programas radiales, uruguayos y argentinos se mezclan en payadas de contrapunto; se sabe que un público atento escucha con gozo la interpretación. Como decía Roberto Airala:

“Cuando abracé el instrumento/ y salí a correr el mundo/

Sentí florecer profundo/ e intenso mi pensamiento…”

En 1930, Edmundo Caprara describe: 

“Los cantores improvisan, hacen payadas, contrapuntos, y las réplicas van de uno a otro, muchas veces con la certera visión con que se tira una puñalada a fondo. Pero estos payadores de hoy no montan zainos, sino viajan en “sute” o se estiran hasta un taxi…Cambian los tiempos”  

 Y Waldemar Lagos afirma en la década del ’30: El payador donde llega, gusta.

“Siempre cortando distancias/ en su andar de peregrino/

cruza el hidalgo genuino/ payador noble juglar/

en su ir y venir de tiempo/ por villa y pueblo perdidos/

deja su canto encendido/ que nadie podrá apagar/” 

A fines de 1994 EL ARGENTINO publicó un artículo del escritor Luis Luján sobre Liliana Salvat, payadora entrerriana de Colón y Manuel Ocaña de San José, departamento Colón. Ellos actualizan el culto del fenómeno poético-musical. Exponen la vigencia de un artista que sufrió destino de marginalidad, aunque hilos mágicos lo sigan prendiendo al gusto popular. 

Juan Carlos Castagnino - "Mate del Estribo"

LA GUITARRA, UN ÚTIL PARA LA FE Y EL CANTO POPULAR

Hasta ahora nos hacemos la pregunta: la guitarra llegó a nuestra zona, ¿en manos de quién?.

Pueden haberla traído los que radicaron con muy pocos avíos a orillas de los arroyos, el Gualeyán, el Sauce, Sarandí, Tala o Ñancay. Muchos eran españoles que conocían el instrumento desde su tierra. Pudo haber venido en manos de sacerdotes de Santo Domingo Soriano, a mediados del siglo XVIII. Ellos llegaban para atender periódicamente a la feligresía católica de la zona. Según consta en un Libro de Cuentas del Cabildo de Soriano, se encuentra un detalle de pago de “tres reales y medio de cuerdas para el arpa y guitarra de la Iglesia”. (1) Es de presumir que los dominicos pudieron traer ese instrumento para acompañar la celebración de misas, bautizos o casamientos en la primitiva Gualeguaychú. (2) 

Viajeros y cronistas que llegaron a las tierras platenses, como Concolorcorvo, Félix de Azara, Juan Espinosa de la expedición de Malaspina, hablan del hombre que viajaba deteniéndose en cada pulpería, tocaba la guitarra y cantaba, hecho que le aseguraba la provisión de bebida y comida durante su corta o larga estadía 

 “Se hacen de una guitarrita que aprenden a tocar muy mal y a cantar desentonadamente varias coplas que estropean y muchas sacan de su cabeza” 

                               - Concolorcorvo- De ciegos y caminantes. 

 “En cada pulpería hay una guitarra y el que la toca bebe a costa ajena. Cantan Yaravís o Tristes que son cantares inventados en el Perú, monótonos y siempre tristes; tratan de ingratitudes de amor (…)”

                                      - Félix de Azara- 


“Si es verano se van detrás del rancho, a la sombra y se tumban; si es invierno, juegan o cantan unas raras seguidillas desentonadas, que llaman de cadena, o el Perico o Mal-Ambo acompañándolo con una desacordada guitarrilla (…)” 

                                         - Juan de Espinosa. -

Siempre se describe a la guitarra como pequeña y de registro de “tiple.” (3) 

Si referimos a Gualeguaychú, consta que don José Antonio de Haedo recibía, en febrero de 1810, un embarque de mercaderías que desde Buenos Aires le enviaba su tío Manuel en la balandra de Cayetano Deus. Entre vinos, telas, calzones de paño, chiripás… figuran diez gruesas de cuerdas de guitarra a 4 reales la gruesa: inversión de un total de 5 pesos fuertes. (4)

Juan Carlos Castagnino - "En la Trilla"

Para casi mil vecinos las 1.440 cuerdas de guitarra nos hablan de la existencia del instrumento.

En 1835, en el Juzgado de Gualeguaychú declara don Ciriaco Garzete, correntino, con casa habitación en calle Urquiza. Entre los bienes que hereda, en caso de morir “una guitarra fina, con trastes de plata, clavijas de metal amarillo y su caja correspondiente de cuero” (5)

La guitarra es un instrumento que nuestro hombre de campo convirtió en elemento del folklore porque la construyó, la encordó y la templó según su habilidad y gusto, a su modo. A los viajeros del siglo XVIII la canción que escucharon les pareció desentonada, monótona y triste acompañada de desacordada guitarra. Sin embargo, la payada condensaba una experiencia artístico-musical que los folklorólogos, valorizaron un siglo después. La reconocieron como expresión genuina. 

El poeta Guillermo Saraví subraya esta presencia en Marcha de los montoneros (6)

“Hay un retumbo de cascos/ en la amplitud de las pampas/

Y entre el crujir de los cueros/ y el vibrar de las rodajas/

Y el isócrono escarceo/de los caballos en marcha,/

Se escuchan de tarde en tarde/ las voces de la guitarra…/

(Novia de clarín que quiso/ llevar para la jornada,/

Cinta roja en el pescuezo/ y voz matrera en la caja.”

Citas:

(1) AYESTARÁN, Lauro (1968) Teoría y práctica del folklore. Ed. Arca. Montevideo.(2) Al principio Gualeguaychú era asistida por misioneros y sacerdotes residentes en Santo Domingo de Soriano. Esta Villa tenía un fluido contacto con la zona sur-entrerriana.(3) Tiple, voz aguda, propia de mujeres y niños. Guitarrita de voces agudas.(4) Papeles de la familia Haedo. Copia. Archivo privado.(5) Archivo Registro de la Propiedad Inmueble de Gualeguaychú. Testamento de Ciriaco Garzete a favor de su esposa Gregoria Martínez. Año 1835. Testigos: José Gómez, Justo de León, (6) SARAVI, Guillermo (1929) El Supremo Entrerriano (Poema Histórico) Imprenta López. Buenos Aires.

UNA VISITA AL GENERAL RACEDO

¡Oh, General Entrerriano!/ Yo deseaba conocerlo;

 tener el gusto de verlo/ y de estrecharle la mano.

A vuestro frente un anciano,/ un patriota decidido,

de vuestro mismo partido,/ hoy lo viene a saludar.

 ¡Yo soy Gregorio Aguilar!/ ¡A vuestras plantas rendido!

 

Hoy he tenido el honor/ y gusto de conocerlo.

 Desearía poder verlo/ a mi buen Gobernador;

él que es nuestro salvador/ y quien nos ha protegido.

Hemos sido perseguidos/ por los gobiernos tiranos

 y al cabo de doce años/ ¡el yugo hemos sacudido!

 

Vos, General Entrerriano,/ General de la Nación,

 llamas a la emigración/ a estrecharnos como hermanos

¡No permitáis que tiranos/ nos vuelvan a gobernar!

Esos vendrán a violar/ las leyes de la Nación

 y a manchar el pabellón/ ¡Que puro debe flamear!

Soy un pobre ciego, anciano/ y ahora moriré contento,

Señor, yo he saído un ejemplo / de los buenos entrerrianos. 

¡Enemigo de tiranos!/ fui soldado de Caseros;

 como patriota, el primero. 

Deseo como entrerriano:

¡Que no haya ningún tirano/ y que viva el Gran Racedo!

Del Payador GOYO AGUILAR

Versión de Eusebio González

78 años - 1919

A ENTRE RÍOS 

Con la canción que se siente/ nombrando aquello que se ama,

Mi corazón hoy se inflama/ bajo un dulce afán latente,

Quiero que hoy mi canto ostente/ sus más puros atavíos, y que entre los versos míos/ brille gallarda, triunfal, / ¡la perla del litoral,

mi hermosa cuna, Entre Ríos!

Quiero evocar la memoria/ de esa hospitalaria tierra,

y los blasones que encierra/ de orgullo, grandeza y gloria

y como ofrenda a su historia/ que el patrio Sol idealiza

por la faz que solemniza/ la realeza de su cuño,

¡bordar un himno al terruño/ de Justo José de Urquiza!

 

Fue en aquel solar florido/ donde en gracia placentera,

vio mi ser la luz primera/ y el calor del primer nido;

allí el dulzor he vivido/ de las caricias maternas, 

y allí las venturas tiernas/ de la niñez me envolvieron,

y en mi corazón prendieron/ sus alboradas eternas! 

 

Mi adolescencia temprana/ floreció capullos de oro,

sobre flotante tesoro/ de la campiña entrerriana;

y cuando la dicha arcana/ fulgió sobre mi destino,

allí el amor peregrino/ me brindó con sus allegros,

la luz de unos ojos negros/ que aún rielan en mi camino.

 

Todo mi pasado hermoso/ se colora y se ilumina

sobre la linfa argentina/ del Paraná majestuoso;

y al halago delicioso/ de su insondable rumor,

adquiere nuevo esplendor/ mi corazón amargado

para mostrarse enjoyado/ lo mismo que un ceibo en flor

 

GENEROSO D’AMATO 

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
TRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – Junio 2020-  DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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