DANIEL ELÍAS, LOS VERDES Y LOS OROS ENTRERRIANOS 

Nati Sarrot 

Daniel Elías 

Nació Daniel Elías en Gualeguaychú el 10 de marzo de 1884.

Su infancia transcurrió en una amplia casona de estilo colonial, con techo de tejas y muchas habitaciones como para albergar a una familia numerosa, en el Distrito Mojones del Departamento Villaguay. El solar era conocido por "casa de los Elias".

Fue buscando el bienestar económico que se radicaron sus padres en esa zona rural. Allí vivió Daniel en estrecha comunión con la selva montielera, escuchando el eco de telúricas vivencias.

Bajo de estatura, travieso, con gracia natural, espíritu bromista y consecuentemente simpático, era muy querido por sus congéneres.

A pesar de la situación de su familia y que Daniel ayudaba en las tareas del campo junto a sus hermanos, sus padres deciden internarlo en La Fraternidad para que cursara los estudios secundarios en el histórico Colegio de Concepción del Uruguay. Sus condiscípulos lo llamaban El Jabalí por lo chiquito y morocho y lo afilado de sus facciones.

DANIEL ELÍAS: POETA Y JUEZ 

Hijo de José María y Norberta Piquet.

Delegado por el Gobierno Argentino, visitó Chile y Perú. En el viaje, junto a sus compañeros, escribió "hermosos versos”.

Primer Premio en Juegos Florales del Centro Patriótico de la Juventud de Paraná, en el Centenario de Mayo de 1810.

Juez en lo Civil y Comercial en Gualeguaychú en 1919. Se lo trasladó a Concepción del Uruguay con igual cargo. 

Daniel vivió la bohemia estudiantil y en este ambiente comenzó a alcanzar la meta de su preferencia existencial: la POESÍA. Dueño de un primoroso lirismo, en esas fiestas entre colegiales y normalistas, en ese lugar de encantamiento, La Salamanca, gustaba recitar su canto "La voz histórica", dedicado a la campana del Colegio. 

Como olímpica copa vuelta abajo/ en cuyo fondo hubiese melodía/ arpegios y colores, luz y esencia/ Cuando el rítmico golpe del badajo/ oscila nuestro histórico instrumento/ parece que volcara sobre el viento/ la luz esplendorosa de la ciencia/ y la esencia de luz del pensamiento. 

Ya bachiller, se trasladó a La Plata buscando ese otro refugio provinciano, el lugar que le fuera propicio para iniciar su carrera de Derecho. Frecuentó allí al poeta Almafuerte, manteniendo una amistad íntima y cordial.

En los juegos florales del 9 de julio de 1910, obtuvo Daniel Elías el premio la Flor Natural con su composición "La lanza".

Obtenido el título de Doctor en Derecho, ingresó en la Magistratura Entrerriana. Se desempeñó en Gualeguaychú y en Concepción del Uruguay. En esta última ciudad se quitó la vida el 29 de noviembre de 1928.

Dice Iris Estela Longo:  

De la mención cronológica de datos no surge ningún indicio que pueda darnos la medida del combate librado alguna vez entre su mente y su corazón, ni la clave de la decisión que hermanó su destino en la muerte al de tantos elegidos del dolor y de la gloria literaria. Pocas referencias dio el poeta sobre sí mismo; más es lo que podemos intuir espiando aquí y allá en los sonetos, por ejemplo; su gozo vital, una sensibilidad de alma y piel, la actitud contemplativa de quien estima en más los placeres sencillos de la vida natural que el ajetreo ciudadano, su admiración por Virgilio y Fray Luis, la conciencia de su trágica y afortunada condición de lírico ("la desgracia feliz de ser poeta"), la presencia de Dios en su mundo poético ("Dios fue tan bueno que inmediatamente / brindó a mis ojos la primera estrella") del Amor, plenitud y alegría, y el fondo la añoranza por el tiempo que no regresará.

OBRAS CONSULTADAS: 

Daniel Elías, poeta del campo y de la selva, Enrique Moulía. -Daniel Elías, Manrique Balboa Santamaría, EL ARGENTINO, Gchú. 22-9-1965. Daniel Elías, poeta nativista, Ana Etchegoyen, La Prensa, Bs. As., 1965. -Voces de Entre Ríos, Iris Estela Longo, Colmegna, S. Fe, 1986, pág. 26 y 27.

VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ -XIV

Dos Diplomáticos en negociaciones

Andrea Sameghini 

El 25 de Mayo de 1853 pasan fugazmente por Gualeguaychú el Ministro Plenipotenciario Mr. Robert C. SCHENCH y el En­cargado de Negocios Mr. John S. PENDLENTON, de la Embajada de los Estados Unidos de Améri­ca.

Llegaron a bordo del "Water Wich", al mando del Capitán Tomás L. Page, hasta la desembo­cadura del Gualeguaychú. Las die­ciocho millas restantes las nave­garon en un bote.

Los señores Del Carril y Gorostiaga, nombrados por el Director Provisorio de la Confederación, Capitán Gral. Justo José de Urquiza, para representarlo en las negociaciones, estaban aguardan­do a los diplomáticos norteameri­canos.

Por disposición de Urquiza, se había preparado un especial reci­bimiento en la Comandancia y los huéspedes se alojaron en la Casa Quinta del General, la llamada Chacra del Cura, en el predio donde hoy tiene su asiento la unidad militar, Urquiza al Oeste. Al día siguiente partieron hacia el Palacio San José. (1)

(1) Tomo 65- Cartas al Gral Urquiza, Archivo Urquiza. Archivo General de la Nación.

ADIVINA ADIVINADOR

De las adivinanzas recopiladas por Cármelo Romero (Conde de Gená) y Encuesta de Folklore - 1921, realizada por maestros de Escuelas Láinez, hoy extraemos estas:

29) Alipico tuvo un hijo que nació sin pata, cola ni pico; y del hijo de Alipico nació otro hijo con pata, cola y pico.

30) Entre dos paredes blancas, hay una flor amarilla para regalar a la Reina de Castilla.

33) Verde, verde, como loro bravo, bravo como un toro.

34) En un corralito de hueso está una pava echada.

LA CATALINA Y EL DOMICIANO

Domiciano González. Este conocido caco, hijo de Rito González, que tiene más robos que arena tiene la mar y actualmente músico de la Banda Militar, cometió esta madrugada una de sus prestidigitaciones en el almacén de doña Catalina Choquetti, con unas latas de sardina, rosquitas, pan dulce y el dinero que había en el cajón. Denunciado el hecho a la policía, el Comisario Murúa acompañado del Comisario Fernández, dieron principio a las pesquisas y descubrieron al autor. Con algunos de los objetos robados obsequió a su señora, la distinguida matrona la pacusa, que se hartó de sardinas y pan dulce. La autoridad debe castigarlo, porque es un ratero de oficio este Domiciano, que nunca escarmienta a pesar de las penas que se le han impuesto.

(Los Principios, Gualeguaychú, Enero 11 de 1889; pág. 3, col. 2) 

Anterior | Inicio | Próximo