A Ceibas

A mis queridos “ceiberos”, a quienes se conoce también por “padentreros”: que viven “pa’ dentro de la tierra y pá dentro de sí mismos”.

(1997)

Tierra de los “padentreros”,

embalsados, agua y agua.

Albardones que se yerguen

como tropillas en marcha.

Mi Ceibas de los rincones

te me has metido en el alma

y vuelvo a tus pagos siempre

como vuelve la bandada...

Siririses del bañado

son mis versos que te cantan.

Me bauticé en tu dolor

cuando la gran sudestada...

El Gran Río como mar

y el Uruguay se encontraban.

Ceibas era un albardón

Ceibas era la esperanza...

Mi Ceibas de las crecientes,

los campos bajos, las aguas...

Vi llegar a tus arenas,

como si fueran resacas,

hombres que perdieron todo,

menos la fe. Eran parias

de las crecientes siniestras,

camalotes en deriva,

mis “padentreros” sin casa.

Y como nunca he querido,

yo quiero a esta gente gaucha.

Podrán separar los cuerpos

pero no alejar las almas.

A Ceibas lo llevo adentro,

¿qué me importan las distancias?

Yo no soy un camalote

que las corrientes arrastran,

ni quedo al borde olvidado

como queda la resaca.

Yo arraigué en los albardones

y mi vida se desangra

como el ceibo, que devuelve

en cada flor la esperanza.

Ya vendrán tiempos mejores:

¡hombres y niños con casas..!,

mis padentreros que esperan,

los campos bajos, las aguas.

En las arenas de Médanos

yo aprendí a buscar las almas,

y las encontré tan buenas

que las llevo en mis entrañas,

como lleva la Custodia

a Cristo en la Hostia santa

No nos podrán separar

ni el tiempo ni las distancias.

¡Tierra de los “padentreros”

que se ha metido en mi alma!

Pbro. Luis Jeannot Sueyro

"Los versos del Cura Gaucho"

El Cura Gaucho