La Casa de don Francisco Cabilla (1836-1919), ubicada en calle San Lorenzo y Concordia, donde luego luego funcionó la "Agencia Marítima Cabilla".
Don Francisco Cabilla (1836-1919), inmigrante llegado desde Colonia, Uruguay, sentó las bases de una dinastía empresarial que marcaría profundamente el sector marítimo de la ciudad. Llegado al Uruguay a mediados del siglo XIX, Cabilla o Caviglia supo aprovechar las oportunidades que ofrecía el creciente comercio fluvial y marítimo.
En 1918, su hijo, Américo Marcelo Cabilla (1886-1934), siguiendo los pasos de su padre, funda la Antigua Agencia Marítima de Cabilla. La empresa, caracterizada por una gestión familiar y una sólida reputación, pronto se consolida como uno de los actores más importantes del sector. Los barcos de la compañía, con nombres tan emblemáticos como "Res Non Verba", "Fuerza del Destino" y "la Panchita" (un cariñoso homenaje a su hija menor), surcaban los ríos transportando mercancías.
La muerte prematura de Américo Marcelo Cabilla en 1934 a los 48 años, representa un duro golpe para la empresa. Sin embargo, su viuda, Leonor Ugarte, junto a un grupo de socios, entre ellos Manuel Antonio Polo Bustamante, Félix Ugarte, Ángel Araujo y Francisco Restituto Martínez, logra mantener viva la tradición familiar. Durante décadas, la Agencia Marítima Cabilla siguió siendo un referente en el sector, ampliando su flota con nuevos buques como el "Aycó", el "Halcón" y el "Sol Argentino".
No obstante, a mediados del siglo XX, la empresa comienza a enfrentar diversas dificultades, entre las que se destacan los cambios en las políticas económicas y la creciente competencia. El proceso de nacionalización impulsado por el gobierno de Juan Domingo Perón, así como incidentes como el encallamiento del "Halcón" en Paysandú, suponen un duro revés para la compañía.
Finalmente, a mediados de la década de 1960, la Antigua Agencia Marítima de Cabilla cierra sus puertas en el año 1967, poniendo fin a una era. La historia de esta empresa familiar constituye un valioso testimonio de la pujanza del espíritu emprendedor uruguayo y de la importancia del comercio marítimo en la economía del país.
Agencia Marítima Cabilla