Catalina Natividad y Ana Nila Piaggio

“Las Maestras del Gualeyán”

Por Delia Reynoso de Ramos

Nacidas en Gualeguaychú a fines del  siglo XIX,  las  señoritas Piaggio  son recordadas por su  importante  labor educativa en un área  inhóspita de  la ciudad, como eran en aquellos tiempos los “pagos del Gualeyán”, como le gustaba llamar al padre Jeannot a esa zona donde pasó su infancia.

En 1987, el Honorable Concejo Deliberante recibe una carta-solicitud para que la calle que corre al sur del Cementerio, desde el bulevar Daneri, lleve el nombre de Maestras Piaggio.

Ese documento, firmado entre otros por el ya mencionado padre Jeannot, es un testimonio que refleja, al mismo tiempo, el quehacer de estas maestras y la gratitud de quienes fueron sus alumnos, que se expresaban así:

Un grupo de ex alumnos de la Escuela 90 (ex número 6) (...) quiere brindar un merecido  reconocimiento a dos docentes del  lugar, que  fueron puntales de esta escuela que nacía en los albores del año 1907 en aquel agreste y temido Gualeyán. Ellas fueron las beneméritas señoritas: Catalina Natividad y Ana Nila Piaggio, nombradas maestras al mes de creada esta. 

En noviembre de 1907, Catalina Natividad fue nombrada directora, cargo que ocupó hasta 1936, fecha en que se jubiló, después de 29 años de sublime apostolado de magisterio en esta zona.

La señorita Ana Nila fue maestra desde el año 1907 hasta 1936, en que se  jubiló su hermana y ocupó  la dirección hasta 1944, cuando recibió  la jubilación a los 37 años de fecunda labor.

Esta nueva escuela funcionó en la casa de estas señoritas por muchísimos años y por eso se la identificaba y llamaba “la Escuela de Piaggio”.

Por estas razones, por ser estas señoritas apóstoles de la enseñanza por tantos años y pilares de esta escuela de Gualeyán, queremos brindarles un recuerdo que perdure su memoria y encierre toda  la gratitud de  los muchos alumnos que recibimos de ellas las semillas del saber, del amor a Dios y a la Patria de estas fervientes educadoras…

Argumento tan elocuente sirvió no solo para que  las autoridades municipales respondieran favorablemente a la solicitud y denominaran Maestras Piaggio a una calle que corre por las inmediaciones de dicha escuela, sino también para permitirnos dimensionar, desde el presente,  la  importancia del esfuerzo y la vocación de estas sencillas mujeres. 

Ellas, como otras recordadas maestras –Teresa y Clara Margalot, en Primera Junta al norte; Tomasa Marreins, en el barrio Franco; Emilia Garat de Paggi, en la ribera; Antonia Piaggio, en el barrio de la Estación del ferrocarril; la maestra Torrilla, al oeste; y Rosa Regazzi, en el barrio Pereda–,  tienen el mérito de haber trabajado con tesón y sacrifcio para abrir los horizontes de la cultura a los niños que vivían en puntos extremos, prácticamente marginales de la ciudad de su tiempo, ofreciéndoles los benefcios de la educación y, con ellos, la posibilidad de integrarse a la sociedad. 

Fuentes

Ordenanza Municipal 8257/87, Municipalidad de Gualeguaychú.

Carta de ex alumnos de la Escuela Nº 90 al Bloque de Concejales del Partido Justicialista de Gualeguaychú, 1987.

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