El martes 25 de mayo de 1915 amaneció con las calles húmedas. La noche del 24 llovió y por el mal tiempo reinante se suspendió la Procesión de antorchas. La Comisión de Fiestas Mayas organizó el reparto de víveres a las familias humildes en un local contiguo al Teatro 1º de Mayo Para que el lector se ubique, el teatro se encontraba en calle Urquiza frente a la plaza Independencia, actual San Martín. Niños y adultos llegaron desde diferentes barrios de la ciudad, en procura de comida, ropa y calzados. El objetivo era que al menos en ese día tan importante, no faltara el bocado en ningún hogar de Gualeguaychú. La entrega se hizo durante la mañana. En las primeras horas de esa tarde, se desarrolló en la Escuela Normal un acto literario-musical; luego en el centro social Recreo Argentino se reunieron en un baile los socios acompañados de sus familias. El baile se prolongó hasta las siete y minutos del siguiente día. Entre otras participaron de la fiesta las familias: La Rosa, Luciano, Etchazarreta, Borrajo, Botani, Elías, Vela, Borg, Ballester, Savignón, Podestá, Muñoz, Bernard, Trelles, Sobral y Garbino.
Tras las bombas disparadas en la plaza al amanecer del 25, se congregó la concurrencia. Al pie de la estatua del Libertador se escuchó el mensaje de Policarpo De la Cruz, designado por el Centro Patriótico. El orador destacó que la fecha encontraba a Europa en guerra y a la Argentina en franco crecimiento. Poco después de mediodía se efectuó el Tedeum. Luego, se realizó el desfile por calle 25 hasta plaza Libertad, actual Urquiza. . Algunas horas más tarde, la asistencia a la función de gala en el Teatro logró agotar las entradas. Con una humedad obstinada y los ecos de los festejos terminó la jornada.
Así eran entonces los 25: presencia del Regimiento, desfiles, procesiones de antorchas, bombas, poemas, participación popular, discursos, bailes, sol tibio, humedad, alguna llovizna.
¿No nos llegan deseos de espiar con la libertad de un anónimo en el importante acto de la Escuela Normal y la inolvidable fiesta de la Escuela 5? ¿Cómo se habrán preparado? ¿Con qué expectativa se esperó la jornada? La historia a veces no puede llegar a los patios, pero logra unir las piezas del rompecabezas. Y en ese sentido, es indudable que el mensaje que nos dejan aquellos 25 es que no siempre es incorrecto retroceder. Máxime si se trata de reencontrarse con los sueños. Ello puede parecer trivial, simple, sin sentido para algunos. No importa. Igual vale preguntarse si no seremos capaces hoy de rescatar el vuelo de aquella Bandera, de recuperar el malestar cuando la fiesta sea pobre, de atrapar en los ojos el contraste formidable de las antorchas encendidas en un húmedo crepúsculo de mayo.