Saturnino José Unzué (1863 - 1950) fue hijo de Saturnino Enrique Unzué. Nació en Buenos Aires en 1863 y falleció en 1950 a la edad de 87 años. Contrajo matrimonio con Inés Ruperta Dorrego Lezica, quien, al igual que sus hermanas, se dedicó a la beneficencia. El matrimonio no tuvo hijos biológicos, pero adoptaron a una niña: Juana Díaz Unzué, quien se convertiría en la 11ª Duquesa de De Luynes.
En vida, Saturnino José fue un importante hacendado y cabañero, además de ser presidente del Jockey Club de Buenos Aires y director del Banco de la Nación Argentina. Poseyó grandes extensiones de tierra, tanto heredadas como adquiridas. Entre sus propiedades se encontraban las estancias "La Inés" y "Salliqueló", ubicadas entre los actuales partidos de Salliqueló, Guaminí y Adolfo Alsina. Se presume que estas formaron parte de la estancia "La Concepción". En 1902, vendió 45.000 hectáreas a la Empresa Colonizadora de Hugo Stroeder para la fundación de la "Villa Salliqueló".
Según la historiadora María Sáenz Quesada, la familia Unzué llegó a acumular casi 500.000 hectáreas, siendo propietarios de numerosas estancias en las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, como "El Potrero", "La Concepción", "San Jacinto" (en Mercedes y Rojas), "El Tordillo" y "Santa Clara", entre otras. Saturnino José heredó la estancia "San Jacinto" en Mercedes.
Saturnino José Unzué, junto con su familia, se distinguió por su afán de construir, tanto para el disfrute personal como para obras de solidaridad y beneficencia. Construyeron e impulsaron asilos, hospitales, iglesias y escuelas. La arquitectura de sus residencias era mayormente de estilo francés.
La Estancia "San Jacinto" en Mercedes, heredada por Saturnino José, se convirtió en un símbolo del desarrollo agroganadero en la región. A principios del siglo XX, contaba con una importante explotación ganadera, incluyendo miles de bovinos Durham, ovinos Lincoln y caballos percherones. La estancia incluso tenía su propia estación de tren, llamada San Jacinto, que facilitaba la comunicación con Mercedes y la llegada de visitantes ilustres como el Gral. Roca.
Saturnino José Unzué y su esposa Inés Dorrego de Unzué adoptaron a Juana María Díaz, hija de puesteros de una de sus estancias, luego del fallecimiento de su madre biológica.
La donación del Parque Unzué en Gualeguaychú fue efectuada por Saturnino José Unzué, nieto de Saturnino Enrique, cumpliendo así el deseo de sus tías y de él mismo de honrar la memoria de su padre.
La relación de la familia Unzué con la ciudad de Gualeguaychú se centra principalmente en la donación de tierras que dieron origen al emblemático Parque Unzué.
· Donación del Parque Unzué: Las 115 hectáreas que hoy conforman el Parque Unzué fueron donadas al municipio de Gualeguaychú por los herederos de don Saturnino Enrique Unzué (1828-1886). La donación se realizó en el año 1920, durante la intendencia de don Bernardo Peyret.
· Motivación de la donación: La motivación principal de los hijos de Saturnino Enrique Unzué, Ángela Unzué de Álzaga, María Unzué de Alvear, Concepción Unzué de Casares y Saturnino José Unzué, fue honrar y perpetuar la memoria de su padre, quien fue un poderoso hacendado y una figura destacada de los estancieros en la Argentina tradicional. Los hijos habían heredado estancias en la zona denominada "El Potrero", que comprendía los departamentos de Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, lo que explica su deseo de que las tierras donadas llevaran el nombre de su padre. Esta acción se enmarcó en una tradición familiar de realizar donaciones en los lugares donde poseían propiedades.
· Saturnino Enrique Unzué y su influencia: Saturnino Enrique Unzué fue un poderoso hacendado del siglo XIX y un representante conspicuo de los estancieros, un grupo social de gran poder y prestigio en la Argentina tradicional. Su figura es emblemática de este sector social que estuvo asociado al poder y al prestigio social. Llegó a poseer una gran extensión de tierras, incluyendo propiedades en Mercedes, Ramallo, Leubucó, Rojas y una parte significativa de 25 de Mayo. En Entre Ríos, se lo consideraba el segundo hacendado más grande después de los Urquiza. Su habilidad para los negocios y la acumulación de tierras contribuyeron a la fortuna familiar.
· Desarrollo del Parque Unzué: La donación inicial estuvo sujeta a la condición de ser utilizada para el bien público y para el uso general de Gualeguaychú. Hubo desafíos iniciales para cumplir con estas condiciones, pero finalmente, con la construcción del puente en 1930, se facilitó el acceso y se iniciaron obras para convertir el terreno en el parque que hoy se conoce, con la instalación de agua corriente, baños públicos y zonas de recreación. Posteriormente, durante la intendencia de don Pedro Jurado, se diseñaron jardines y se plantaron numerosos árboles.
· Otras propiedades de los Unzué en la zona: Además de las tierras donadas para el parque, la familia Unzué poseía otras propiedades en la zona de Gualeguaychú, específicamente en "El Potrero".
· Expropiación en "El Potrero": En un período posterior, durante la presidencia de Perón en 1946, tierras de Concepción Unzué de Casares y María Unzué de Alvear, hijas de Saturnino Enrique, ubicadas en "El Potrero", fueron expropiadas.
En resumen, la relación más significativa entre la familia Unzué y Gualeguaychú es la donación de las tierras que forman el Parque Unzué, un espacio icónico para la ciudad, realizada por los herederos de Saturnino Enrique Unzué en memoria de su legado y su conexión con la región a través de sus propiedades en "El Potrero".
Autor: Patricio Alvarez Daneri
Trabajo realizado con Notebooklm de Google
Fuentes Consultadas:
- Fernando Castro Nevares ("La Nación") 12.02.2011