La foto de la entonces joven maestra Albertina Díaz fue publicada por EL ARGENTINO al día siguiente.
Ese mismo día, renglones más abajo, bajo el título "Enfermos", también entre las notas sociales, se informa que "es sumamente grave el estado del señor Luis María Grané, que se asiste en el sanatorio Podestá de la Capital Federal".
Para la Fiesta Patria del 25, "la Caridad" organizó torneos deportivos. Como una desgraciada paradoja, a algo más de doscientos kilómetros el poeta laureado ya había llegado al final de su corto camino.
Carreras de tres piernas, de embolsados, competencias llamadas de la papa al balde, de tanques humanos, lucha sueca, pelota voladora y pelota al cesto... La cita era para las 13.45 para los muchachos y para las 14.30 para las chicas. La competencia fue supervisada por los profesores Eduardo Desrets y Guillermo Mosto. Al final se entregaron los premios, todas donaciones de comercios y empresas locales.
"Una extraña ironía del destino ha querido que el premio máximo de los Juegos Florales haya correspondido al malogrado poeta Luis María Grané" se leía en EL ARGENTINO el día 25, en artículo firmado con las iniciales M.C.R.
En el matutino convivían, como en la realidad, las dos verdades paralelas: aquí la fiesta programada; allá el ocaso irremediable.
Los Juegos Florales -acto central del aniversario- debían realizarse el 27, pero se postergaron hasta el martes 31 de mayo porque algunos escritores premiados vivían en otras ciudades y habían comunicado sus dificultades para llegar a tiempo.
Había poetas de Capital Federal, Rosario y Concordia. De esta última ciudad, por caso, fueron premiados Héctor Rodríguez Pujol y Manuel R. Méndez.
La niña Marcela Lando Roverano, escribió una composición que logró el primer premio al mejor madrigal.
La cita era en el Teatro Gualeguaychú, la noche del 31. Así lo determinó la comisión organizadora que integraron Alberto Arigós de Elía, Luis Doello Jurado y Bernardo L. Peyret. El Jurado de los Juegos, estuvo compuesto por Juan Luis Secchi, Bernardo L. Peyret, Arturo Arribillaga, Julio Irazusta, Alberto Arigós de Elía y Yamandú Rodríguez. Este renombrado poeta uruguayo, precisamente, tuvo a su cargo la lectura del poema "Tríptico del canto" de Luis María Grané, que obtuvo el premio de honor.
Pero esperaron en vano la Flor Natural, la Banda de Seda y la Medalla de Oro donada por el Gobernador Dr. Eduardo Laurencena.
"La amplia sala de nuestro principal coliseo resultó pequeña para contener la numerosa y selecta concurrencia, entre la cual hallábanse un buen número de familias de la élite" se informaba al día siguiente.
Simbólicamente, fue la pequeña hija del poeta, Tina Juana Grané Vela, la "Reina del Torneo", representada por Aurora Adelina Méndez. La Corte de Amor, estuvo formada por Esther Parma Costa, Estela Campi, Renee Fullgraff, Matilde Sobral, Angélica Zapata, Sara Cassaretto, Esther Vázquez, María Elvira Fraga, María Luisa Spangenberg, Cornelia M. Méndez Casariego, Peregrina Martínez, Leonor Grimaux, Sofía Ledesma, María T. Delgado, Juana Sobral y Luisa Danerí.
Con el Himno Nacional interpretado por la orquesta que dirigió el profesor Schemezzérico Cristiano, comenzó la ceremonia. Se proclamó luego al poeta laureado con el premio de honor y la Reina de la fiesta fue conducida al trono, acompañada por la Corte de Amor. Se rindió un homenaje al escritor, cuyo retrato presidió el acto; y en la banda que lo cruzaba, Mushinga Méndez colocó la flor natural. Entonces, Yamandú Rodríguez leyó el poema ganador.
Siguieron las lecturas, en este caso del veredicto del jurado y de los trabajos ganadores; y finalmente la orquesta cerró con una marcha.
(del laureado "TRÍPTICO DEL CANTO" de Luis María Grané - fragmentos)
Para cantar la vida es menester ser bueno.
Todo canto es reflejo de todo bien amar.
San Francisco cantaba sobre el hermano cieno
y a Jesús en el huerto, lo sintieron cantar.
Alma que cantar sabes, tienes todo un tesoro.
La armonía del mundo se ha refundido en vos.
Quien no ha cantado, ignora del manantial sonoro
quien no ha cantado, ignora los júbilos de Dios.
En estos malos tiempos sin sueño y sin decoro,
en estos malos tiempos de practicismo atroz,
los ingenuos pastores del dulce siglo de oro
quizás nos redimieran con su flauta y su voz.
Alma mía cantemos, que la sombra está en cinta
y anuncian los gorriones un nuevo amanecer.
Verás como esta tierra, tan morena, se pinta
de rosas las mejillas como cualquier mujer.
Serena, acaso con tristeza descendía la mirada desde el cuadro de Luis María Grané. Iba mucho más allá del escenario, donde colocaron el retrato.
Un hecho que de tan amargo fue inolvidable para la rica historia de "la Caridad". La temprana despedida del poeta ganador trajo la pena -diría Güiraldes- con la persistencia de una gotera, obligando a "incluir" un homenaje póstumo en el programa.
Así pasó el cincuentenario de una de las instituciones más preciadas en la historia de la solidaridad, sentimiento que siempre caracterizó a Gualeguaychú.
Por senderos cruzados debieron transitar entonces la fiesta y la muerte.
UNA CADENA DE AMOR Y DESGRACIA
Luis María Grané había nacido en Gualeguaychú el 2 de diciembre de 1893. Poco antes de su muerte, aparecieron tres libros suyos: En olor de juventud (1916), Alabastrón (1920) y Ananké (1924). La primera poesía de su segundo libro, escrito a los 27 años, obtuvo medalla de oro en los Juegos Florales de Posadas, Misiones.
Se había casado en 1925 con María Florentina Vela.
Antes de cumplir el primer aniversario matrimonial, su joven señora falleció al dar a luz a Tina, la niña que como un símbolo fue elegida Reina de los primeros Juegos floraÍes de Gualeguaychú en representación de su padre, fallecido unos pocos días antes.
Un periodista de EL ARGENTINO consideró, al comentar la entrega de premios de los Juegos Florales y la ausencia sin remedio del ganador, que "Viche -así lo llamaba- mereció vivir esta hora", agregando que "Vivió incomprendido en su pueblo, que no supo aquilatar nunca su personalidad literaria".
Como otra trágica mueca del destino podría interpretarse lo que ocurriría años después: Tina, que se casara con Ricardo Vázquez, murió con su hijo en el parto, convirtiéndose en el eslabón final de una singular cadena de amor y de desgracia.
Fuentes:
EL ARGENTINO (1927) - 20 de mayo al 1 de junio - Mevia V de Grané (1977) Gualeguaychú, Ciudad de Poetas.
Foto gentileza de la Sra. Raquel Spangenberg de Gómez Cattáneo
En el escenario del Teatro, aquel 31 de mayo de 1927. La mujer y la flor, una sola expresión sustantiva.