El Lírico

En la esquina sur oeste de las calles 25 de Mayo y Pellegrini supo haber un cine teatro llamado "El Lírico", justamente contiguo a una acreditada librería e imprenta de entonces, lo de Elizalde.

El Lírico era una curiosidad de nuestro ambiente, pues se trataba de un Cine Teatro al aire libre de ahí entonces, que solo funcionaba en verano.

¿Que como era el Lírico ?

Prácticamente tenía una media cuadra de profundidad por otra media de ancho y quedaba en la esquina de 25 de Mayo y Pellegrini, en el ángulo Sur Oeste de esa intersección.

Sobre esas calles estaba bordeado por un alto paredón que impedía la visión de lo que pasaba en el recinto.

Al frente y por la calle 25 de Mayo había un portón de chapa de doble hoja y la vista de la pantalla, que estaba al fondo Sur, se veía impedida por una construcción de chapa y madera de dos plantas, de un estilo normando, abajo ocupada por la boletería y una especie de pequeño bar y la planta alta estaba ocupada por la caseta de proyección cinematográfica.

La típica casilla pintada de blanco y con las columnas vigas y riostras entrecruzadas, tan clásicas del estilo, estaban pintadas de rojo brillante y el todo era rematado por una brevísima torrecilla cuadrada.

Tres pinos al frente sobre lo de Elizalde y cuatro rumbo a la esquina, a ras del muro, completaban la decoración vegetal del "Lírico".

En el interior de los palcos laterales, que eran a cielo abierto estaban constituidos por una baranda a todo lo largo y separaciones entre unos y otros de igual manera se accedía a ellos por una larga galería comunicante, cada palco tenía seis sillas tijera de madera y la platea poseía bancos de plaza comunes.

Todo al aire libre, inclusive el proscenio y la pantalla de proyección, la pared blanqueada del fondo.

El escenario y los palcos estaban levantados sobre el nivel de la platea un metro, lo que ponía a estos con una mejor visibilidad a la escena.

Las funciones líricas, eran frecuentes en el principio y más luego fue el Cine como última y más frecuente actividad.

Presentaba películas de gran jerarquía, una de las últimas grandes producciones fue "Sigfrido" filme de origen Alemán y tiempo después se anunciaba con carteles pegados sobre las paredes del centro, la continuación de esta película "La venganza de Krimilda", la cual no llegó a darse porque el "Lírico" cerró sus puertas.

Largo tiempo permaneció así, los pinos atisbando por sobre la pared de la "Veinticinco", el escenario mudo y los palcos y las plateas silentes bajo el sol o las estrellas o recibiendo el agua de las lluvias.

Un buen día desapareció la torreta y otro desapareció del resto de la típica construcción de reminiscencias normandas.

Otro día se desbastó el terreno, se abrió la esquina en amplia entrada y se redujo la altura de las de " 25 " hasta dejarla a sesenta centímetros y con otra gran portada al centro mientras a los fondos nacía un largo cobertizo y sobre Elizalde aparecía una pequeña y moderna Estación de Servicios por mucho tiempo conocida como la "Shell".

Era la primera estación pública, las otras agencias solo tenían surtidores al borde de las veredas.

Duró bastante, aún alguien tenga una vieja foto con la esquina de la Shell, la agencia de Lotería de Pesado, los Altos de Elizalde, la Farmacia del Indio y ya perdiéndose a lo lejos, el Café de Benito Marpez y la alta figura del Banco de Italia.

La ciudad entraba ya en la época moderna, así que otro día cerro la Shell, los pinos se fueron y quedo un desolado páramo que mas tarde vino a convertirse en una espléndida propiedad de bajos y altos de neto estilo francés.

El tiempo siguió su curso y la estampa del Lírico se fue desvaneciendo primero en el recuerdo y luego en el olvido.

CRÓNICAS INFORMALES

Carlos Lisandro Daneri

Gualeguaychú – Año 1998