El Cuaderno Nº 79 de la "Gualepedia: Enciclopedia Digital de Gualeguaychú" fue publicado el domingo 7 de enero de 1996. Este número se enfoca en la intensa actividad y el ambiente social del puerto de Gualeguaychú en las décadas de 1930 a 1950, así como en piezas literarias que evocan la identidad y memoria de la ciudad.
Su enlace es: Cuadernos de Gualeguaychú Nº 79
Los temas principales que aborda son:
Entonces, la Fiesta del Puerto Parecía Interminable: Escrito por Fabián Magnotta, este artículo describe la vibrante actividad del puerto de Gualeguaychú en las décadas de 1930, 1940 y 1950.
El puerto, ubicado en la margen derecha del río, era un eje económico vital que exportaba carnes, cereales, oleaginosas, harinas y aceites a Europa, especialmente durante y después de la guerra. Contaba con un muelle de 200 metros, galpones de almacenamiento, y un guinche móvil.
Funcionaba como un centro de descongestión para la producción regional debido a su cercanía con Buenos Aires.
Su entorno generó un gran movimiento comercial con almacenes, agencias de navegación, fondas y astilleros.
Marineros, carreros, capataces, estibadores y changarines eran los protagonistas de esas jornadas laborales que a veces se extendían de 6 de la mañana a 7 de la tarde, sin detenerse por el clima.
Los hombreadores cargaban pesadas bolsas de 70 kilos desde los galpones a los barcos, y desde allí se iniciaba un trayecto ferroviario.
Se nombran a numerosos trabajadores de la época, como Pedro "Cuti" Balbuena (estibador que comenzó en 1945), Alberto "Beto" González (carrero y estibador que trabajó con tres caballos y cargaba hasta 46 bolsas por chata), y Navidad Petisco (quien trabajó 47 años como carrero desde los doce años, manejando cinco o seis carros y buenos caballos). Se estima que más de 400 hombres trabajaban en el puerto entre carreros y changarines.
La actividad portuaria declinó entre fines de los años 50 y mediados de los 60, cuando la modernización de la red vial provincial y la inauguración de nuevos puentes sobre los ríos Uruguay y Paraná en los años 70, privilegiaron el transporte terrestre (camiones) que desplazó a los carros y la carga a granel. Esto marcó el fin de una era de intensa actividad en el puerto.
Capilla Gótica (La Sagrada Familia): Antonio Romero Frávega contribuye con un poema que elogia la belleza y la paz de una capilla gótica, que evoca recuerdos pastorales y se compara con grandes catedrales. El poema reflexiona sobre la fe, la redención y la memoria personal asociada a este lugar. La imagen de fondo de esta sección muestra la Parroquia Sagrada Familia en 1949.
Aroma a Heliotropos: Nati Sarrot escribe un poema que explora la memoria y la casa natal. La autora describe rincones vívidos del hogar de su infancia, como el patio con aroma a heliotropo, las paredes cubiertas de musgo donde grabó nombres, y los balcones que habitaron sus sueños. A pesar de haberse ido, la autora afirma que su casa no murió, pues se llevó consigo los "rincones" que la formaron, manteniéndolos vivos en su memoria.
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa): Esta sección incluye artículos adicionales:
"Entre Letras y Pinturas" de Carlos Castiglione.
"Platería, un culto universal - Aguamaniles y Jofainas-" de Aurelio Gómez Hernández.
La investigación y los textos principales fueron realizados por Nati Sarrot, con Marco Aurelio Rodríguez Otero como jefe de redacción, Fabián Magnotta como redactor invitado, y Carlos M. Castiglione y Aurelio Gómez Hernández como columnistas. La transcripción y actualización digital fue realizada por Silvia Razzetto de Broggi en julio de 2020.