Por Andrea Sameghini
"Hablar de un poeta es tan solo poner de manifiesto lo que este dice de si mismo". Elizabeth Ascona Cranwell.
La presencia inmaterial del poeta Gervasio Méndez en ésta su tierra natal, nos acerca al proceso angustioso de su vida toda, reflejada en la trágica fuerza de su poеsía, con sus crisis y raptos de soledad.
El "Poeta del Dolor" nos dejó en conmovedores versos el recuerdo de su casa.
"Yo tenia un hogar pequeño y pobre
Digna cuna del mártir y del paria
Sin techo en la tormenta de su suerte
Sin pan en su hambre, y en su sed sin agua.
Era un humilde nido, casi oculto
en las frondosas y flexibles ramas
De un bosque de fragantes madreselvas
Albos jazmines, y encendidas dalias. (1).
La casa ubicada en el área de las actuales calles Urquiza y Bartolomé Mitre (ángulo S.E.), constaba de tres piezas de azotea, construidas de terrón y abe, y bien revocadas y blanqueadas, que se encontraban de Este a Oeste en medio del patio, sin llegar a la línea de la vereda.
El cerco era de palo a pique, gruesos estacones de ñandubay y quebracho toscamente trabajados y estucados de blanco con cal, agua y zumo de tuna, que los resguardaba por muchos años los efectos del sol y las lluvias.
Allí crecían entrelazadas las madreselvas y los Jazmines de Chile.
La mayor parte del terreno que daba al sur, estaba casi cubierto de árboles frutales: durazneros, perales, granados, etc. y al fondo una pequeña quintita. Un parral y un gallinero cuadraban la mitad del patio al Oeste.
La entrada era puerta de rastrillo con frente a la calle Comercio (hoy Bartolomome Mitre), asegurada en el cerco y en la pared de una pieza de material que daba a la esquina.
El resto del terreno al norte era cubierto de empalizadas con rosales y trepadoras.
La primera, modificación que sufrió la habitación de la esquina, fue al abrirle la puerta a la calle Comercio dando entrada al cuarto dormitorio de Gervasio.
Andando los añоs se le construyó un tapial de ladrillo, bastante bajo a los dos frentes, se aumentó la edificación con otra pieza sobre calle Urquiza, y se demolieron las del centro que eran de muy primitiva construcción. (2).
En el Libro de Bautismos Nº 4, 5, 6 de la Iglesia San José (hoy Catedral de Gualeguaychú) de los años 1818-1856 al Folio 149 del mes de diciembre de 1843 se lee: "Nota: la partida que sigue se pospuso por equivocación. Firmado: Olascoaga, y dice así:
Gervasio Bibiano Méndez. El día 23 de octubre de 1843, yo el infrascripto Cura Párroco de esta Villa de Gualeguaychú, bauticé solemnemente a Gervasio Bibiano que nació el 2 del presente mes y año, hijo natural de Gervasio Méndez y Ambrosia León, siendo padrinos Benito Méndez y Bárbara Nadal, a quienes impuse de que doy Fe. Cosme Damián Olascoaga".
La Partida transcripta aporta un dato hasta ahora desconocido, cual es la verdadera fecha del nacimiento del poeta, que es el 2 de octubre de 1843, y no el mismo día del mes de diciembre de ese año como se le ha venido señalando hasta hoy.
Abonada su sangre por dos familias tradicionales, los Méndez Casariego y los León, el pequeño Gervasio fue el los amores clandestinos del dandy porteño Gervasio Méndez con la gualeguaychuense Ambrosia León.
De esa unión nacería años después Inés, que compartió la infancia del poeta en esta casa que hoy evocamos, y que fue adquirida por el padre de las criaturas y obsequiada a su madre.
De niño asiste a la escuela de primeras letras, unos pocos años, ya que la situación económica adversa lo obliga a trabajar.
El duro oficio de vivir lo llevará a emplearse como dependiente y mandadero en la casa de comercio de Lorenzo Bravo, establecido en la esquina Sud-Oeste de España y Urquiza. (3).
Con el nombre de "La Perla Entrerriano", en el año 1858 abre un negocio de tienda y mercería en calle Urquiza esquina Suipacha (actual Gral. Perón-9 de Julio, ángulo S.E. ), frente a la casa de Ciriaco Lamas. Esta actividad en el ámbito provinciano le permite mantener a su madre y a su hermana Inés.
Son los años mozos de Méndez, a los veintiún años publica sus primeras poesias en el Semanario de Literatura Recreativa "El Alba". Dedicados a A....., tienen la vehemencia de la juventud y el fermento inagotable del amor y la amistad:
¿Recuerdas que mi labio temblando te decía, No tengo riquezas que darte ni ofrecer,
¿Recuerdas? me decías mirando al firmamento,
Te juro por por el cielo, que solo a ti he de amar.
Al querido amigo el poeta Emilio Onrubia le dedica esta poesía:
Por que mi pobre canto solo será un gemido
que arroje desgarrado mi pecho de dolor.
Perenne será el lamento del hombre que ha perdido
Las ilusiones bellas de su primer amor.
Colabora en El País, La Regeneración, El Republicano y en El Telégrafo, el periódico que dirigian Inocencio Furques y Luis Aranda. En este último y bajo el seudónimo de Juan Lanas escribe una serie de artículos humorísticos y satíricos y hace crítica literaria.
Su figura de joven agraciado surge en la sociedad pueblerina con perfiles definidos, circunstancia que le hizo forjar una personalidad de poeta romántico, afirmada en la palidez de su rostro, su soberbia frente y sus cabellos negros y ensortijados.
El 4 de junio de 1867 participa junto a un grupo de jóvenes en la representación de "La Flor de un Día", obra ofrecida en beneficio para allegar fondos para reparar el Teatro 1º de Mayo que se encontraba pinturas y decoraciones.
La representación fue todo un éxito, y entre los actores figuró Gervasio, quien en su rol de Diego ocupó por entero la atención del público, y hubo momentos en que la realidad desapareció vencida por la fuerza de la ficción.
Más adelante la crónica decía que Méndez poseía el don de conmover al auditorio.
Entre otros actuaron también Mariano Jurado, Gervasio Doello, Julio Roustand, Adolfo Elías, Baldomero Borques y Pedro Cepeda (5)
Producida la tragedia de San José, Gervasio Méndez se incorpora al Batallón Guardia Nacional 15 de Abril, formado en Gualeguaychú cuatro días después del asesinato de Urquiza.
El poeta integra esa legión de jóvenes argentinos que defendieron la ley.
Revista, con el grado de Capitán, cumpliendo actos de heroísmo, que son citados en los partes oficiales (6), y en la cartuchera guardaba sus versos (7), teñidos de soledad y de muerte por las luchas fratricidas.
Durante la segunda Invasión de López Jordán en 1873 el Batallón es trasladado a Concepción del Uruguay, allí comparte las trincheras con otros tres periodistas los subtenientes Inocencio Furques, Policarpo de la Cruz y Luis Aran.
Este desarraigo forzado le inspirará una poesía dedicada a Gualeguaychú:
Dicen que están sin flores tus jardines
Solitarias tus calles y tus plazas
Que pareces un templo abandonado
Sin luces, sin incienso, sin plegaria.
Es la época en que su enfermedad se agrava definitivamente. La parálisis comienza por sus extremidades inferiores, y de aquí en más todo su ser será dolor, sufrimiento y martirio.
En diciembre de 1873 abandona Gualeguaychú y se radica en Buenos Aires en busca de alivio al mal.
Toda la obra posterior tendrá la nostalgia de la casa y su pueblo natal, como nos dice en El Canto a Buenos Aires:
En un bosque de acaricias, donde el aura
canta en la noche melodiosos himnos
para arrullar el sueño de las flores,
como arrulla una madre el de sus hijos
Está mi rancho.. Mi pobre nido
Perfumado en esencias de jazmines
Salpicado con gotas de rocío.
En la penumbra reflexiva de su espíritu, en ese solitario lugar de Buenos Aires, donde el fantasma de la parálisis fue el clima que lo rodeo, nos dejó esta síntesis de su vida, en su libro de poesías.
Continúa...
Artículo publicado en el Diario "El Día" en fecha 1 de Junio de 1986
Serie "Casa y Caserones" por Andrea Sameghini
Casa de Gervasio Méndez