La historia de Gualeguaychú en sus barrios

(1783-2014)

Puerto de Gualeguaychú

La historia de la ciudad de Gualeguaychú, se puede recrear a través de la formación de sus barrios, nacidos en distintas etapas, vinculadas a la evolución de la ciudad y a su crecimiento urbano. 

En este sentido los barrios -espacios geográficos, sociales y culturales, sobre los que se estructura la organización urbana- constituyen un importante testimonio para conocer la historia local.

Buscar el origen y la evolución de las comunidades barriales de Gualeguaychú, requiere remontarse a los primeros tiempos, puesto que ya antes de la fundación existía una vecindad algo dispersa en las cercanías de una capilla, la capilla fundadora, que de alguna manera nucleaba a ese grupo humano. 

El lugar de ese asentamiento primitivo era el actual Barrio de los Antepasados, aquél que Tomás de Rocamora, por bajo y anegadizo, consideró inapropiado para la nueva Villa, razón por la que ordenó el traslado de sus habitantes a un terreno distante poco más de una legua, al norte. 

Elegido y preparado el nuevo terreno, con un trazado de damero y la plaza como centro, se nombró el primer cabildo y se repartieron 85 solares, reservándose los espacios para iglesia, cementerio, escuela, cabildo, comandancia. 

Ese fue el comienzo del desarrollo urbano (1783), y de hecho el primer barrio de la nueva villa, alrededor de los que es hoy la Plaza San Martín

Allí vivieron los primeros habitantes,en forma austera y laboriosa y -en determinados momentos- no ajenos a los grandes sucesos que sacudían la vida nacional que en algunas ocasiones alteraron su tranquilidad.

 Así la plaza fue testigo de importantes acontecimientos y celebraciones.



De villa a ciudad: Hacia mediados del siglo XIX San José de Gualeguaychú mostraba cambios. En 1851 fue reconocida ciudad y su población, con la llegada de inmigrantes,estaba en franco crecimiento e insinuaba una nueva composición social. A partir de 1852, el puerto–punto de ingreso- se había convertido en un significativo espacio social y comercial. Así nació ese barrio, donde Aduana, almacenes, empresas navieras, astilleros, la plaza y casas de diversión  impulsaron la actividad económica y social. 

La calle del puerto (hoy Alem) debió ser empedrada e iluminada y con el tiempo nuevas instituciones -la escuela (1892), la capilla (1948)- dieron respuesta a las necesidades espirituales de los vecinos.

En la misma época que el barrio del puerto cobraba protagonismo, surgió otra inquietud: la necesidad de trasladar el cementerio, que  aún estaba frente a la plaza y constituía una amenaza para la salud. Fue también por decisión del Gral. Urquiza que, en 1852,  se dispuso su traslado al lugar denominado "La Loma" (predio ocupado –hoy- por el Hospital). 

Pero el crecimiento urbano a los pocos años (1875) llevó a las autoridades a adoptar una decisión similar, pues la ciudad crecía hacia el oeste y la vecindad se aproximaba al denominado Cementerio Oeste. En consecuencia,en 1877 se inauguró el Cementerio Norte a 35 cuadras de la plaza Independencia ("San Martín"), lo que significó para un futuro no muy lejano nuevas calles y algún día -ya más avanzado el siglo XX- un bulevar (el bulevar Daneri) y en consecuencia nuevos barrios, como el del "Molino de Viento", hoy más conocido como del "Sagrado Corazón".

Del puerto a la estación: En el proceso de crecimiento urbano las comunicaciones ocuparon un lugar sustancial y -como el puerto- el ferrocarril, que llegó a Gualeguaychú en 1889, tuvo su protagonismo; y con él surgió el barrio de la Estación que generó también fuentes de trabajo y relaciones sociales. La incorporación del servicio de tranvías permitió comunicar el puerto con la estación para el traslado de pasajeros. El tranvía, considerado el primer transporte  colectivo fue, quizá, un presagio del espíritu  progresista de Gualeguaychú, porque en ese tiempo eran muy pocas las ciudades argentinas que disfrutaban ese servicio.

Ya en el siglo XX, en las inmediaciones de la Estación, se instalaron importantes emprendimientos económicos, como la Aceitera y el Molino. En la esquina de Rocamora y ex–Tala (hoy Maestra Piccini), donde también había una Estafeta Postal, atendió su almacén un inmigrante italiano: don Pedro Piccini; y en 1928 abrió sus puertas la escuelita de la Estación, de María Antonia, hija del inmigrante y la criolla María Chaves, hoy -en reconocimiento por su labor educativa en el barrio- la calle lleva el nombre de “Maestra Piccini”.

Con el paso del tiempo, por razones lógicas, surgieron nuevos barrios en distintos sectores de la ciudad,en los que ha quedado registrada-como en las páginas de un libro- la historia local. En ellos se ha escrito la evolución urbana. Sin duda, personajes, calles, instituciones y arquitecturas barriales constituyen testimonios, a partir de los cuales se puede conocer todo lo que Gualeguaychú encierra en el recuerdo.

Año 1885: Plano de la Nomenclatura de las calles de Gualeguaychú

Gualeguaychú y la ampliación del radio urbano.

A fines del siglo XIX y comienzos del XX la ciudad comenzó a extenderse hacia el oeste ; como consecuencia de esa expansión se abrió la Rocamora-Mendoza (hoy Primera Junta). 

Entonces, con orientación hacia el hospital -inaugurado en 1913-cobró existencia el barrio de la plaza Belgrano cuyo terreno fue adquirido por la Municipalidad para darle ese destino (1935). En 1936 en la misma gestión municipal -intendencia de Don Pedro Jurado- se dio nombre a las calles que circundan la plaza y a otras de ese nuevo sector que se urbaniza. 

Lo propio se hizo con las que forman parte de la red vial del barrio de “Pueblo Nuevo”, zona de antiguos saladeros, cuya barriada creció de la mano de esa gran empresa que fue el Frigorífico Gualeguaychú (1923); entonces tuvieron su denominación las calles Juan Manuel Estrada, Florencio Sánchez, Joaquín V. González, Belisario Roldán, Florentino Ameghino, José Ingenieros, Rubén Darío y junto a ellas nacieron, la escuela (1918) y años más tarde la Capilla (1942) y el Club Social y Deportivo (1945). 

Instituciones y vecinos: Por obra de apertura de calles, ocupación de terrenos, habilitación de medios de transporte y líneas de electricidad, el espacio urbano fue ocupándose, y con ello más barrios  cobraron  vida.  En cada uno de ellos nacieron instituciones religiosas, culturales, sociales, económicas. Así la iglesia, la escuela, la biblioteca, el club, el lugar de trabajo se convirtieron en espacios  de encuentro social, apropiados para canalizar intereses comunes. Proceso en el que  no debe ignorarse el protagonismo de los vecinos, ya que muchos de ellos por su carisma, por la función o actividad desarrollada (cura, almacenero, maestro, médico, bibliotecario, etc) dejaron su impronta en la  comunidad barrial. 

El ejemplo más elocuente, entre tantos, es el del Padre Jeannot Sueyro “el Curita Gaucho” cuya figura trascendió tanto en el campo como en la ciudad, especialmente en sus “pagos del Gualeyán" pero también en el barrio de su capillita “San Francisco”, ubicada al NE de la ciudad zona del Club Tiro Federal -cercana a la ribera-, también conocido como barrio del Tiro.

Gualeguaychú hoy: A comienzos del siglo XXI, se observa un importante crecimiento demográfico, con la natural demanda de  viviendas y de terrenos. Una mirada a los planos  de la ciudad permite apreciar  el crecimiento urbano en su verdadera dimensión geográfica. La  clásica y tradicional diagramación de damero –que ya no se respeta- se encuentra hoy rodeada por un conglomerado de barrios (conjuntos habitacionales) pero además con población al otro lado del río (Camino de la Costa, Pueblo Belgrano) y también con asentamientos, que muestran la otra cara de la realidad donde precariedad, pobreza y desocupación, con sus derivaciones sociales, están presentes. Esos grupos humanos, también constituyen barrios con nombre e identificación propios y son parte de la actual historia ciudadana.

Este es el paisaje  -urbano y social- que muestra Gualeguaychú con 235 años de historia y alrededor de 90.000 habitantes. Ciudad a la que el tiempo, el crecimiento, el progreso y nuevas pautas culturales le han cambiado no sólo su fisonomía urbana sino también muchos de sus hábitos y valores tradicionales. 

Realidad, que lleva a reflexionar y  permite parafrasear a Olegario. V. Andrade al comprender que no "todo está como era entonces" - quizá, solo su casa y el río…


Fuente. GRUPO ITÉN, Gualeguaychú en historias. Delta Editora. Paraná 2014

SEGURA, Juan José. Historia Eclesiástica de Entre Ríos. Nogoyá, 1964.

Profs. Delia Reynoso de Ramos/Alejandro Guimera

Colaboración Profesorado de Historia. Instituto Sedes Sapientiae.

Año 1890: La ciudad, sus casas y sus calles (Datos de Nati Sarrot)

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