Calle Tiscornia

Eleuterio Felipe Tiscornia: (1879-1945). Gualeguaychense. Docente, profesor de gramática y literatura.

Se especializó en Semántica -ciencia que estudia el significado de las palabras- y escribió numerosos y muy buenos libros en los que interpreta vocablos criollos e indígenas.

Uno de esos libros, referido al Martín Fierro y a su autor José Hernández, es de consulta obligada para cualquiera que quiera estudiar esa gran obra de nuestra Literatura.

El Prof. Eleuterio Tiscornia nació en Gualeguaychú el 22 de octubre de 1879 y falleció en Buenos Aires el 2 de julio de 1945, De larga actuación en la docencia, varios establecimientos de enseñanza lo contaron entre sus miembros: la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini, la Escuela Normal Nº 4, el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, el Colegio Nacional Manuel Belgrano, etc.

"La Prensa", dijo en una nota necrológica: "Su obra en las letras, especialmente en filología y de crítica literaria lo llevaron a ocupar sitiales de honor en instituciones prestigiosas, tales como la Academia Argentina de Letras, el Instituto de Filología de la Facultad de Filosofía de Buenos Aires y la Asociación Folklórica Argentina". 

Sus obras: "La representación ideal del Quijotes" 1916, "Versión española de la Gramática Latina de L Valmaggi" 1917, "Edición crítica del «Martín Fierro", 1925, "La lengua de Martin Fierros", 1930, La vida de Hernández y la elaboración del Martín Fierro, «Los poetas gauchescos» y varias otras.

En su ciudad, Gualeguaychú, hizo Eleuterio Tiscornia el ciclo primario y, como tantos, ahondando la nostalgia adolescente, debió trasladarse a Paraná para cursar el secundario y hacer el Profesorado en Gramática y Literatura Castellanas. 

Estudiante aún, incursiona en el periodismo con notas sobre semántica e interpretación de vocablos criollos e indígenas, en la capital entrerriana. En Buenos Aires, colaboró en el diario La Nación de 1900 a 1909, como en revistas y periódicos diversos. 

Difundió además de temas de su especialidad, las características físicas, demográficas, culturales, etc. de Entre Ríos y de Gualeguaychú con saber y belleza, sin soslayar el tratamiento de figuras muy nuestras como Ramírez, o Andrade o la de Goyo Aguilar. 

Ejerció la docencia como profesor y en cargos directivos en colegios primarios, secundarios y terciarios de la Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, desde 1898 a 1930, año en que se jubiló. Se desempeñó como Inspector de Escuelas Nacionales; de 1925 a 1928, como Vocal del Consejo Nacional de Educación; en 1923, como Presidente del de Tucumán; en Paraná Examinador del Instituto Nacional del Profesorado desde 1934 y Delegado del Gobierno de Entre Ríos al Congreso de Amigos de la Educación en 1938, etc. 

En su actuación pública, lo vemos como Miembro: del Instituto de Filología de la Universidad de Bs. As. (1924); Fundador y de Número del Instituto Sanmartiniano. (1933); de Número de la Academia Argentina de Letras (1934); Socio Fundador y Honorario y Vicepresidente de la Asociación Folklórica Argentina (1936); de la Junta de Gobierno del Instituto de Cultura Integral; del Primer Congreso de Turismo realizado en Bs. As. trabajando en la Comisión de Monumentos Históricos (1938); Profesor Honorario de la Esc. Sup. de Comercio "Carlos Pellegrini" de Bs. As., entre otros.

Esto que aparece como un denso enunciado de misiones o tareas cumplidas, con admirable eficiencia y entrega, por Eleuterio Felipe Tiscordia, aparte de la proficua producción de escritor, llena las horas de los días del "sabio erudito" en una labor plena que sólo concluye como su vida, el 1 de julio de 1945. 

Sobre su obra escrita todos los títulos pueden mencionarse como dignos de méritos y de valor permanentes. Seguro es que, "Edición crítica del Martín Fierro. Texto, notas y vocabulario" (de 1925), "Un discurso, un cancionero y Martín Fierro" y "La lengua del Martín Fierro" (de 1930), por este último mere ció el Premio de Letras del Gobierno Nacional en 1933; "La vida de Hernández y la elaboración del Martín Fierro" conque acompañó su ingreso a la Academia Argentina de Letras en 1934, la Edición para alumnos y profesores del Martín Fierro, de 1943, inclinan a conceder le un marcado interés en abrir luces sobre un tema en especial; aporte invalorable para la comprensión de un texto de gran impacto popular en su lanza miento, con intenso ritmo acompañan do la enunciación de las características social y cultural, de un tipo argentino que se desplaza dejando lugar al hombre, producto de una mezcla inatajable que seguirá elaborando las formas del Ser Nacional. 

El escritor se consagra con esta obra como el más profundo estudioso del ya universal poema "Martín Fierro" de José Hernández. "...después del trabajo de Tiscornia poco queda por hacer en lo que se refiere al texto y a la lengua del relato." declaró la opinión autorizada del Académico de Letras, Angel Batistessa. 

Sobre José Hernández, haciendo pie en la biografía del hermano Rafael, fue introduciéndose en la vida del autor del poema máximo. Leyendo los escasos documentos que se salvaran de la enorme generosidad de los familiares y de amigos, hallamos a Tiscornia en discusión severa y frontal con la información que obtiene, como un historiador insobornable. Deduce que, el poeta alimentó su imaginación y sus juicios en los jugos filosóficos y poéticos antiguos, clásicos y contemporáneos y que sus máximas resumían las de todos los países y to dos los tiempos. Con impecable minuciosidad realizó la investigación a la que dedicó los tiempos y actividad necesarios como para producir tal resultado. 

Una lista de títulos abundaría en el cono cimiento de la producción literaria, lista de la que sólo diremos, comienza en 1916 con "La representación ideal del Quijote" y "Versión española de la Gramática de L. Valmaggia, editados en Bs. As.

Nos queda mencionar que la muerte de Tiscornia llegó en momentos en que investigaba para concretar un trabajo sobre Agustina Andrade, lo que había con fiado a Horacio Romero en una entrevista, según nos refiere este último en "La poesía en la tierra de Andrade". 

La prosa de Tiscornia es erudita, bella y ágil. Se nos brinda libre en el empleo de vocablos y giros propios a nuestro idioma y, sus clases como sus charlas se animaban, coloreadas con la gracia y el oportunismo de lo nuestro. 

Cultivó celosamente la amistad y en sus reuniones regalaba y gozaba a pleno su sensibilidad en la manifestación artística, pues era un muy buen intérprete de la guitarra, instrumento que dominaba por vocación y que enriqueció con la técnica, apoyado en grandes maestros hasta alcanzar la destreza de un concertista.


Fuente: Cuadernos de Gchú. Nº 200

Calle Tiscornia

Fuente: Honorable Concejo Deliberante, Cuadernos de Gualeguaychú, Horacio Romero y Cartografía de Proyecto Mapear.

Ordenanza Nº 10.120/95