Cuaderno Nº 27

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 1993CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 27

EL MAESTRO FRANCISCO HERNÁNDEZ LÓPEZ JORDÁN.- UN APÓSTOL DE LA ENSEÑANZA.- FRANCISCO Y TERESA, LOS EDUCADORES.- LA SIEMBRA EN EL BARRIO DEL OESTE.- LA COMUNA DEL BRAZO DEL MAESTRO.- MAESTRO Y CARPINTERO.- SUS ALUMNOS EN 1915.- SU PUÑO, SU LETRA Y SU FIRMA.DOÑA TERESA, por el viejo Panta.LA BIBLIOTECA HERNÁNDEZ LÓPEZ JORDÁN.- EL MEJOR HOMENAJE.AYER, ÉRAMOS LOS NIÑOS IV.- LOS CHICOS DE LAS VISITAS.LOS INOLVIDABLES MEMBRETES AQUELLOS.LAS MULTAS PARA AQUELLAS INFRACCIONES.REFRANERO EN GUALEGUAYCHÚ.
LOS HABITANTES DE LA MANSION IVCONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGOO.ENTRE LETRAS Y PINTURAS.EL MUEBLE: ESE DESCONOCIDO.

EL MAESTRO FRANCISCO HERNÁNDEZ LÓPEZ JORDÁN

Un apóstol de la enseñanza

Nati Sarrot

Cuando llegó a Gualeguaychú este paranaense nacido en 1830 en el barrio La Loma, hijo de Francisco Hernández y de Celedonia López Jordán, había pasado los cuarenta años de edad. Con la muerte de Urquiza, en 1870, decide seguir luchando por la patria pero con otras armas. Había acompañado al Organizador en Caseros, Cepeda y Pavón con el grado de Alférez de Brigada. En su juventud y cuando la paz se lo permitía se hizo a las tareas de campo; fue marino, buen nadador, hizo práctica de diferentes oficios y, a la vez, se cultivó intelectualmente en el nivel que la existencia de escuelas y maestros lo permitían.

Tenía conocimientos generales, facilidad de expresión (aunque era parco) y podía ayudar a resolver problemas prácticos que el vivir presentara a él o a sus convecinos, tanto como hacer con las plumas mayores de los caranchos y un cortaplumas o cuchillo filoso, elementos para escribir con tinta con que los niños reemplazaban las metálicas puntas de los lapiceros para dibujar la letra redondeada e inclinada de sus planas.

Si hasta enseñaba a cazar los caranchos con improvisadas boleadoras compuestas de una piola y un pedazo de hierro en cada extremo.

FRANCISCO Y TERESA, LOS EDUCADORES.

De esa pieza de hombres era Don Hernández López Jordán cuando llegó a Gualeguaychú a fines del ‘70. Se emplea como escribiente en el Cementerio que funcionaba en el hoy Hospital Centenario y abre, con su mujer, Teresa Fraicedo, una escuelita en un ranchito en calle 25 de Mayo y Avellaneda.

El número de alumnos aumentaba y pasó a López y Planes y Bolívar. Allí era su casa y su escuela. Todos los elementos y muebles fueron hechos por el maestro de tantos oficios. Siempre lo encontraban en su casa los vecinos que deseaban resolver cálculos en la construcción, en el volumen de un tanque, etc. Don Francisco, el ermitaño, era el personaje que jamás faltaba en ese escenario recoleto, y era total su entrega. Francisco y Teresa tuvieron en Inocencia una hija que completó la obra motivo de vida de su padre y de su madre.

Cuando después del 8 de diciembre de 1915 deja Hernández López Jordán la dirección (la muerte lo sorprende a los 85 años), sigue Teresa con la escuelita particular "Urquiza" que en 1916 suma 70 niños y 20 mujercitas.

Para un barrio aún escasamente poblado como lo era el Oeste de Gualeguaychú cuando llegara Hernández López Jordán, parcelado en chacras y con algunas casas de comercio instaladas en la delineación de 25 de Mayo y Urquiza, calles que servían de salida y entrada en la comunicación con la zona rural, la escuela fue un hito de avanzada en la educación y la formación religiosa de la zona.

LA SIEMBRA EN EL BARRIO DEL OESTE

Pero había niños y los padres anhelaban que sus hijos superaran la educación que ellos habían recibido. La escuela convocaba con la seriedad y capacidad de su maestro. Hernández López Jordán fue luchador con la espada y la palabra y, al decir de Don Jano Denegrí, la cañita de la que tenía al fondo de la casa una pequeña plantación para reemplazar las rotas, picaba en "las canillas de los reacios, porque Don Francisco, que exhibía una dulzura de premio con los buenos, sostenía "que la letra con el bambú por la canilla, entra".

Dictó sus clases de matemáticas hasta el día de su muerte: prolijo, sentado en su sencilla cama de hierro, durante cinco años siguió ejerciendo la enseñanza. Pizarra en mano los alumnos seguían sus gestos. Uno elegido, el Capitán, ubicado a la izquierda del maestro era su ayudante.

Don Pedro Juan Denegrí fue el declarante ante el Jefe del Registro Civil Don Ángel R. Oliver, que "a las 12 y 45 p.m. del día 8 de diciembre del corriente" (1915) había fallecido el maestro.

Según su pedido fue sepultado en tierra, velado en su casaescuela. La ceremonia a cargo del Padre José María Colombo fue tocante. Las Hermanas de Caridad del Hospital Centenario confortaron a quienes en la intimidad acompañaron los últimos momentos del que en 1910 dijera José B. Zubiaur "...aplaudo la realización de su fecunda misión de maestro de verdad porque es maestro de corazón".

LA COMUNA DEL BRAZO CON EL MAESTRO

El Mensaje del Departamento Ejecutivo de la Municipalidad, en lo que respecta a la partida para Educación en 1912, fundamenta una redistribución: crea una escuela elemental tomando a su cargo el pago de Director, maestro, dos ayudantes, una maestra de labores, un portero, el alquiler de una casa apta y compra de material de útiles y mobiliario.

Parece que las escuelas particulares que recibían aporte municipal o provincial y además cuotas de los alumnos habían crecido demasiado y no eran todas de la calidad que el Poder Municipal aspiraba para su población. (La Municipalidad ejercía inspección).

Termina este mensaje así: "En el proyecto adjunto, encontrará V.H. que se ha hecho una excepción con respecto a la Escuela que dirige el Señor Francisco López Jordán; excepción bien merecida si se tienen en cuenta los beneficios prestados por el viejo educacionista desde hace más de medio siglo, que lo colocan en condiciones especiales que lo hacen merecedor a ese acto de justicia...”

Con fecha 19 de enero de 1912 el respectivo Proyecto de Ordenanza es aprobado por el Honorable Concejo Deliberante.

La partida de 1912 para Educación queda distribuida así: Biblioteca Sarmiento $ 480, Por la Patria y el Hogar (hoy Biblioteca Andrade del Instituto O. Magnasco) $ 360; Ocho becas para Academias de Corte y Confección $ 960; Subvención a la Banda del Pueblo $ 4320; Diez becas para la Escuela Normal Mixta $ 2.400; Diez becas para el Conservatorio de Música "Santa Cecilia" $ 1.200; Sub. para la escuela de D. Francisco López Jordán $ 360; gastos y sueldos de la Escuela Elemental Municipal $ 6080.

MAESTRO Y CARPINTERO.

Estas eran las mesas y banquetas que Hernández López Jordán confeccionó como los pizarronespara mobiliario de su escuela. Don Alejandro Denegrí nos lo afirmó en notas sobre su viejo maestro. Podemos ilustrar con la fotografía de "Caras y Caretas".

SUS ALUMNOS EN 1915

Setenta y seis alumnos varones y veinticuatro mujeres concurrían "en asistencia diaria" a la Escuela Particular Mixta dirigida por Francisco Hernández López Jordán en 1915, según la siguiente nómina:

SU PUÑO, SU LETRA Y SU FIRMA...

El 13 de Enero de 1915, en papel sellado ($1), don Francisco solicita al Presidente Municipal le sea renovada la subvención para su Escuela.

En los dos párrafos finales expresa: "Como en mi Escuela no hay vacaciones, ruégole me sea acordada desde el 1o de Enero. Acompaño la presente con la lista nominal de alumnos de ambos sexos con asistencia diaria..."

DOÑA TERESA, Por el Viejo Panta

El Viejo Panta, que no era otro que Don Nicolás Montana, fundador y director de EL ARGENTINO, en su sección "Desde mi rincón", decía (15101939):

"Teresa Fraicedo de Hernández López Jordán llega a sus 95 años con un siglo encima de la espalda y la pobreza que le impone mil privaciones en su casita de Bolívar y López y Planes, esperando el recuerdo de las personas que aún tengan sentimientos humanitarios.

"Todo esto sirve para hacer un reclamo porque el Estado otorgue a los maestros particulares la jubilación de la que por ahí andaba algún proyecto...

Afirma que el cuadro triste y dolorido de esta vieja educadora "parece el espejo donde deben mirarse todas las que como ella han elegido el camino árido y cubierto de espinas de la ingratitud de enseñar al que no sabe..."

La lucha del periodismo por esa injusticia que intensamente trata el artículo halló al tiempo respuesta de sensibilidad, pero ya había muerto Doña Teresa en su pobre casita, a las 14 horas, el 18 de febrero de 1942. Y si leemos el testimonio de defunción, certificada por el Dr. Eduardo Goñi, nos mueve a amargura cuando dice: argentina, de padres desconocidos y de profesión LABORES.

Quien acompañó en la enseñanza de las niñas a Don Francisco durante cuarenta y cinco años y continuó a cargo de la Escuela "particular Urquiza", no había ganado que la nombraran de profesión Educacionista.

Pero completemos, que no todo fueron espinas; según El Censor del 19 de febrero de 1942, al hacer su necrológica dice "Como su esposo, doña Teresa fue educadora, de esas maestras de viejo cuño, rectas y severas en su misión, rígidas en su disciplina pero con un caudal de ternura para todos en su corazón y de devoción al bien".

Al acto de inhumación concurrieron a despedirla delegaciones del Colegio Nacional y de la Escuela Normal de Gualeguaychú.


CONSULTADOS

EL CRISOL, Gualeguaychú, En la tumba de un héroe, 10/11/1910.

EL ARGENTINO, Gualeguaychú, 15/10/1939; 19/02/1942 ; 17/10/1971.

EL DIARIO, Paraná, 15/11/1982.

EL CENSOR, Gualeguaychú, 19/02/1942.

Actas de Defunción de Don Fancisco y de Doña Teresa. Copia Archivo de la autora.

ANDREA SAMEGHINI, La casa del maestro Hernández López Jordán en “Casas y Caserones”, EL ARGENTINO, 10/11/1974.

CARAS Y CARETAS, Buenos Aires, 14/12/1912.

EL NOTICIERO, Gualeguaychú, 22/12/1910 – Articulo firmado por J.B. Zubiaur.

EL NOTICIERO, Gualeguaychú, 9 y 11 diciembre de 1915.

MENSAJE del Poder Ejecutivo Municipal al Honorable Concejo Deliberante, Gualeguaychú, 12/01/1912. 

LA BIBLIOTECA HERNÁNDEZ LÓPEZ JORDÁN

EL MEJOR HOMENAJE

Biblioteca Popular Francisco Hernández López Jordán en 25 de Mayo y Gualeguay.

Mucho más que una estatua, aún más que un apellido en una calle, la creación de una biblioteca con su nombre, seguramente fue el mejor homenaje que se le pudo rendir a Francisco Hernández López Jordán.

Abrir una puerta para la cultura, un edificio donde pudieran compartir una mesa la riqueza de la sabiduría, el silencio constructivo del presente y los cautivantes desafíos del mañana, fue el más acertado reconocimiento.

Como en las grandes decisiones de los hombres, en el nacimiento de la Biblioteca Popular Francisco Hernández López Jordán, se unieron hace más de medio siglo la necesidad y la vocación. El edificio que hoy engalana la esquina de 25 de Mayo y Gualeguay, escondiendo el oro de la historia en sus estantes, surgió de informales charlas en el café "El Argentino", propiedad de Alejandro Denegri.

El barrio necesitaba una biblioteca y nada mejor que dicho propósito coincidiera con honrar el nombre del viejo maestro y apreciado vecino. No fue casualidad, entonces, que en la asamblea constitutiva, participaran alrededor de ochenta personas, unos cincuenta ex alumnos de López Jordán y treinta vecinos. Todos coincidían en que la zona necesitaba una biblioteca y también estaban de acuerdo en el nombre que debía tener la institución.

El presidente de la comisión fundadora fue, precisamente, Alejandro Denegri, ese hombre que caminó cada uno de los pasos previos. Vicepresidentes, Dr. Albino Harispe y E. Martínez y el resto de los cargos se distribuyó de la siguiente manera: secretario Juan A. Carrazza; secretario de Actas Oraldo Numa Cepeda; tesorero Domingo Blanco; protesorero Félix Otero; vocales, C. García, Juan Buschiazzo, E. Restoy, J. Balerdi, J. Montana, C. Fernández, Eduardo Iroz, F. Alvarez, Teodoro Denegrí, C. Piana Derissi, J. M. Rébora, J.M. Piana, A. Casare, P. Goycoechea, O. Blanco, E. Fernández, P. Perín, G. Bacigalupo, E. Farabello, C. Martínez, J. Rébora, M. Vicco, Wilfredo Lapalma, L. Ortelani, A. Vela y E. Cardini.

Paralelamente se formó una Comisión de Señoritas, presidida por María Broggi, con el objeto de gestionar la entrega de libros. La tarea de las mujeres daría pronto positivos resultados: cien libros que llevan el nombre del maestro, donados por Inocencia López Jordán, su hija, en diciembre de 1943, constituyeron un aporte invalorable.

El primer local, alquilado, fue el de 25 de Mayo y Sarmiento, propiedad del señor Gaseman. La Biblioteca se fundó el 14 de noviembre de 1943 y se inauguró oficialmente el 5 de enero del año siguiente. Desde los comienzos, atendieron en doble turno Miguel Ángel Cordini y Carlos Gastrell.

CON LOCAL PROPIO

En 1945, se alquiló el local ubicado en la esquina de 25 de Mayo y Gualeguay, propiedad de Doña Juana Píccoli de Pesse, que se inauguraría en octubre de ese año. Tras 24 años de esfuerzos, el mismo local pudo adquirirse. Por EL ARGENTINO del día 21 de abril de 1969, los ciudadanos de Gualeguaychú conocieron la grata novedad.

¿Cómo se reunió el dinero? Lleva muchos años y no poco sacrificio. Donaciones, bailes, kermesses, espectáculos públicos y otros recursos fueron válidos para lograr el objetivo. También en EL ARGENTINO, pero en julio de 1971, al comentarse el pago de 500 mil pesos Moneda Nacional como amortización, se afirma que "dichos recursos provienen de los recientes festivales del TicTac ofrecidos en salón Melchiori".

El "salón Melchiori", es actualmente el local del ex supermercado La Familiar, ex supermercado San Cayetano. El baile del Tic Tac se denominaba así porque incluía el sorteo de numerosos relojes. Las Bodas de Plata, estuvieron marcadas en gran medida por la compra del edificio, un anhelo de más de dos décadas, a lo que seguiría tiempo después la pavimentación de calle Gualeguay, el importante desarrollo que mostró el barrio en el último cuarto del siglo. Hoy, ubicada en el centro de la ciudad, la Biblioteca ha vuelto a exhibir saludables "reflejos" para adaptarse a los nuevos tiempos.

Podría informarse, por ejemplo, que los socios rondan el número de 300, que los libros son más de siete mil y que la atención está a cargo de la joven Carina Andreatta; o que la Biblioteca, que fue sede de charlas, encuentros, cursos y permitió el funcionamiento de guarderías, es el lugar donde realizan las reuniones el Club de Leones y la Comisión Vecinal del Barrio Oeste.

Pero superan lo rutinario las tareas de refacción edilicia que se han encarado en coincidencia con el medio siglo de la fundación. En el interior, se construyeron un entrepiso y estanterías, se repintó y se colocaron nuevas luces. Al mismo tiempo, se han realizado restauraciones en el frente, restituyéndose la marquesina.

"Se trabajó en dos fases, la segunda de las cuales está por finalizar, todo ello sin desatender en caso alguno la razón básica de su ser como biblioteca", dice Luis Manuel Uslé, actual presidente (noviembre de 1993).

Uslé, además, no oculta "la enorme satisfacción de la comisión directiva por haber logrado concretar las reformas", no olvidando un agradecimiento especial para quienes acompañaron el esfuerzo con trabajo y donaciones. Menciona especialmente a la Comisión Vecinal Barrio Oeste, al Club de Leones y al personal de Gendarmería que ha trabajado con carácter de gratuidad.

Con las mismas ganas, con una voluntad idéntica a la de sus excelentes antecesores, los integrantes de la comisión directiva lanzaron, hace tres años el desafío de hacer del cincuentenario una fecha importante. Y fue posible.

A los cincuenta años, la institución cultural se renueva, crece, sigue caminando. Al finalizar el siglo XX la tradicional Biblioteca vuelve a saludar con prestancia a quienes pasan por la histórica calle principal.

Su existencia ha sido y es el mejor homenaje que se le pudo brindar a Hernández López Jordán, cuyos sueños y luchas tanto tuvieron que ver con la formación del hombre y el crecimiento de los pueblos.

No fue ayer y tampoco es hoy un delirio de románticos o un consuelo de nostálgicos.

LOS PRESIDENTES (1943/1993)


AYER, ERAMOS LOS NIÑOS - IV

LOS CHICOS DE LAS VISITAS

Marco Aurelio

En ese ayer tuvimos en suerte ser los niños. Cuando los mayores eran aquellos ceñudos señores de las decisiones propiamente inapelables. Fuimos aquellos locos bajitos mandados a jugar al fondo cuando venían visitas a la casa. Que no estorbáramos, que no jodiéramos, que... no diéramos bochorno ¡por favor!

Se aposentaban las visitas en la sala y a partir de ahí no se oía el más mínimo ruido de risa infantil. Apenas, en los primeros segundos consumidos por los saludos ampulosos, algún atrasado "raje" pequeñín si acaso dejó ver un rampante taloncito, suficiente ocasión para que el edulcorado cumplimiento visitante se anotara diciendo ¿ese es el más chiquito? .. ¡qué divino! (que divino ¿qué?...¿el rosado terracota del taloncito?).

De veras. Llegaban las visitas y algún mayor con fundamento observaba a los niños, meneaba suavemente su cabeza de derecha a izquierda, levantaba en arco su ceja derecha y con extraño fulgor en la mirada señalaba el camino del exilio a los purretes. Como agua de manantial, brotaba entonces en el fondo de la casa el cascabeleo de la alegría inventada en mil juegos propuestos y uno sólo consumido hasta la última gotita de sudor. ¡A jugar!... sin chistidos, sin "incordios" adultos.

¡Qué suerte!, llegaron "de visita", decíamos los niños.

Qué extraño comportamiento el de la sociedad de la época, han dicho los sociólogos. Eso de no compartir con los niños los vínculos y las afectaciones amistosas. Prácticamente, los chicos no conocían ni trataban a sus padrinos. Cuando iban por la calle en función del mandado, un adulto los interrogaba ¿Vos sos el hijo de...? Si. Te voy a besar, toma este billetito y decile a tu padre que estuviste con tu padrinito, no te vayas olvidar ¿eh?.

¡¡Cheeee!!!...¿Quéééé?...¡Vení a jugar con nosotros que llegaron "de visita"... ¡Viva!... y nuestro vecinito saltó limpito el bajo tapial. 

LAS MULTAS PARA AQUELLAS INFRACCIONES

Con una multa de cuatro pesos fuertes:

(Gualeguaychú, Enero de 1875)

PRIMERA SERIE ANTES DE 1850

EDICIÓN IMPRESAINVESTIGACIÓN Y TEXTOS: ANDREA SAMEGHINI NATI SARROTJEFE DE REDACCIÓN: MARCO AURELIO RODRÍGUEZ OTEROCOLUMNISTAS: CARLOS M. CASTIGLIONE - AURELIO GÓMEZ HERNÁNDEZ -DISEÑOS DEL SUPLEMENTO DE LA ÚLTIMA PÁGINA Y ROSTRO DE JUAN PABLO DOMINGO: RAÚL A. SARROT
TIPEO DE TEXTOS Y ESCANEO DE IMÁGENES: JOAQUÍN R. CARRERA Y ZULMA N. MENA 
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