EL MAESTRO FRANCISCO HERNÁNDEZ LÓPEZ JORDÁN
Un apóstol de la enseñanza
Nati Sarrot
Cuando llegó a Gualeguaychú este paranaense nacido en 1830 en el barrio La Loma, hijo de Francisco Hernández y de Celedonia López Jordán, había pasado los cuarenta años de edad. Con la muerte de Urquiza, en 1870, decide seguir luchando por la patria pero con otras armas. Había acompañado al Organizador en Caseros, Cepeda y Pavón con el grado de Alférez de Brigada. En su juventud y cuando la paz se lo permitía se hizo a las tareas de campo; fue marino, buen nadador, hizo práctica de diferentes oficios y, a la vez, se cultivó intelectualmente en el nivel que la existencia de escuelas y maestros lo permitían.
Tenía conocimientos generales, facilidad de expresión (aunque era parco) y podía ayudar a resolver problemas prácticos que el vivir presentara a él o a sus convecinos, tanto como hacer con las plumas mayores de los caranchos y un cortaplumas o cuchillo filoso, elementos para escribir con tinta con que los niños reemplazaban las metálicas puntas de los lapiceros para dibujar la letra redondeada e inclinada de sus planas.
Si hasta enseñaba a cazar los caranchos con improvisadas boleadoras compuestas de una piola y un pedazo de hierro en cada extremo.
FRANCISCO Y TERESA, LOS EDUCADORES.
De esa pieza de hombres era Don Hernández López Jordán cuando llegó a Gualeguaychú a fines del ‘70. Se emplea como escribiente en el Cementerio que funcionaba en el hoy Hospital Centenario y abre, con su mujer, Teresa Fraicedo, una escuelita en un ranchito en calle 25 de Mayo y Avellaneda.
El número de alumnos aumentaba y pasó a López y Planes y Bolívar. Allí era su casa y su escuela. Todos los elementos y muebles fueron hechos por el maestro de tantos oficios. Siempre lo encontraban en su casa los vecinos que deseaban resolver cálculos en la construcción, en el volumen de un tanque, etc. Don Francisco, el ermitaño, era el personaje que jamás faltaba en ese escenario recoleto, y era total su entrega. Francisco y Teresa tuvieron en Inocencia una hija que completó la obra motivo de vida de su padre y de su madre.
Cuando después del 8 de diciembre de 1915 deja Hernández López Jordán la dirección (la muerte lo sorprende a los 85 años), sigue Teresa con la escuelita particular "Urquiza" que en 1916 suma 70 niños y 20 mujercitas.
Para un barrio aún escasamente poblado como lo era el Oeste de Gualeguaychú cuando llegara Hernández López Jordán, parcelado en chacras y con algunas casas de comercio instaladas en la delineación de 25 de Mayo y Urquiza, calles que servían de salida y entrada en la comunicación con la zona rural, la escuela fue un hito de avanzada en la educación y la formación religiosa de la zona.
LA SIEMBRA EN EL BARRIO DEL OESTE
Pero había niños y los padres anhelaban que sus hijos superaran la educación que ellos habían recibido. La escuela convocaba con la seriedad y capacidad de su maestro. Hernández López Jordán fue luchador con la espada y la palabra y, al decir de Don Jano Denegrí, la cañita de la que tenía al fondo de la casa una pequeña plantación para reemplazar las rotas, picaba en "las canillas de los reacios, porque Don Francisco, que exhibía una dulzura de premio con los buenos, sostenía "que la letra con el bambú por la canilla, entra".
Dictó sus clases de matemáticas hasta el día de su muerte: prolijo, sentado en su sencilla cama de hierro, durante cinco años siguió ejerciendo la enseñanza. Pizarra en mano los alumnos seguían sus gestos. Uno elegido, el Capitán, ubicado a la izquierda del maestro era su ayudante.
Don Pedro Juan Denegrí fue el declarante ante el Jefe del Registro Civil Don Ángel R. Oliver, que "a las 12 y 45 p.m. del día 8 de diciembre del corriente" (1915) había fallecido el maestro.
Según su pedido fue sepultado en tierra, velado en su casaescuela. La ceremonia a cargo del Padre José María Colombo fue tocante. Las Hermanas de Caridad del Hospital Centenario confortaron a quienes en la intimidad acompañaron los últimos momentos del que en 1910 dijera José B. Zubiaur "...aplaudo la realización de su fecunda misión de maestro de verdad porque es maestro de corazón".
LA COMUNA DEL BRAZO CON EL MAESTRO
El Mensaje del Departamento Ejecutivo de la Municipalidad, en lo que respecta a la partida para Educación en 1912, fundamenta una redistribución: crea una escuela elemental tomando a su cargo el pago de Director, maestro, dos ayudantes, una maestra de labores, un portero, el alquiler de una casa apta y compra de material de útiles y mobiliario.
Parece que las escuelas particulares que recibían aporte municipal o provincial y además cuotas de los alumnos habían crecido demasiado y no eran todas de la calidad que el Poder Municipal aspiraba para su población. (La Municipalidad ejercía inspección).
Termina este mensaje así: "En el proyecto adjunto, encontrará V.H. que se ha hecho una excepción con respecto a la Escuela que dirige el Señor Francisco López Jordán; excepción bien merecida si se tienen en cuenta los beneficios prestados por el viejo educacionista desde hace más de medio siglo, que lo colocan en condiciones especiales que lo hacen merecedor a ese acto de justicia...”
Con fecha 19 de enero de 1912 el respectivo Proyecto de Ordenanza es aprobado por el Honorable Concejo Deliberante.
La partida de 1912 para Educación queda distribuida así: Biblioteca Sarmiento $ 480, Por la Patria y el Hogar (hoy Biblioteca Andrade del Instituto O. Magnasco) $ 360; Ocho becas para Academias de Corte y Confección $ 960; Subvención a la Banda del Pueblo $ 4320; Diez becas para la Escuela Normal Mixta $ 2.400; Diez becas para el Conservatorio de Música "Santa Cecilia" $ 1.200; Sub. para la escuela de D. Francisco López Jordán $ 360; gastos y sueldos de la Escuela Elemental Municipal $ 6080.
Estas eran las mesas y banquetas que Hernández López Jordán confeccionó como los pizarronespara mobiliario de su escuela. Don Alejandro Denegrí nos lo afirmó en notas sobre su viejo maestro. Podemos ilustrar con la fotografía de "Caras y Caretas".
Setenta y seis alumnos varones y veinticuatro mujeres concurrían "en asistencia diaria" a la Escuela Particular Mixta dirigida por Francisco Hernández López Jordán en 1915, según la siguiente nómina:
VARONES: Alfredo Cesare; Sixto F, Lorenzo, Pedro y Juan O. Fazzio; José María, Juan L. y Alberto Broggi; Ramón Jaureguiberry; Ernesto Serorena; Juan F. Rivas; José, Alberto y Luis Sosa; Miguel Zapata; Pedro Goicoechea; Bienvenido Morales; Alejo García; Doroteo Alfonso; Martín y Evaristo Martínez; Modesto y Carlos María Uriarte; Carlos M. Santos; Atilio, José María y Héctor Arrejoría; Carlos, Bautista y Paucides Plaza; Ablinco, Ildo y Rubén Cabrera; Bernardo O. y Miguel Ángel Lavigna; Ramón Pericens; Alejandro A, Rosendo y Rodolfo Denegrí; Abelardo Fraga; Fernando Echazarreta; Antonio.Greissing; Fausto Zamudio; Miguel Ángel Chaparro; Ricardo, Martín y José María Dunn; Erasmo y Alberto Milano; Esteban, Santo, Santiago y Godofrefo Damiolini; Juan J. y Esteban Verme; Eduardo Calveyra; Luis Belloni; José Almada; Oscar y Carlos María Badano; Daniel Manzanares; Federico Castiglioni; Carlos M. Torres; Manuel Del Valle; Germán Galvez; Luciano Ingani; Martín Acosta; Norberto Sánchez; Martín Figún; Pedro Farabello; Miguel y Medardo Benítez; José María Vallejo; Miguel Ángel Giusto y José Caviglia.
MUJERES: Elsa y Nélida Cabrera; Aurora, Telma y Matilde Verme; Amalia Fraga; Rita Rodríguez; Elena Del Valle; Eva María de León; Amelia Silva; María D. Torres; Juana Moreno; Amelia y María A. Lavigna;. Elena Cesare; Jacinta Núñez; Margarita Minetto; Celina y María Galvez; Jacinta Lazza; Elisabet Plaza; Clementina y María de los Remedios Centurión; Julia Bossi.
SU PUÑO, SU LETRA Y SU FIRMA...
El 13 de Enero de 1915, en papel sellado ($1), don Francisco solicita al Presidente Municipal le sea renovada la subvención para su Escuela.
En los dos párrafos finales expresa: "Como en mi Escuela no hay vacaciones, ruégole me sea acordada desde el 1o de Enero. Acompaño la presente con la lista nominal de alumnos de ambos sexos con asistencia diaria..."
DOÑA TERESA, Por el Viejo Panta
El Viejo Panta, que no era otro que Don Nicolás Montana, fundador y director de EL ARGENTINO, en su sección "Desde mi rincón", decía (15101939):
"Teresa Fraicedo de Hernández López Jordán llega a sus 95 años con un siglo encima de la espalda y la pobreza que le impone mil privaciones en su casita de Bolívar y López y Planes, esperando el recuerdo de las personas que aún tengan sentimientos humanitarios.
"Todo esto sirve para hacer un reclamo porque el Estado otorgue a los maestros particulares la jubilación de la que por ahí andaba algún proyecto...
Afirma que el cuadro triste y dolorido de esta vieja educadora "parece el espejo donde deben mirarse todas las que como ella han elegido el camino árido y cubierto de espinas de la ingratitud de enseñar al que no sabe..."
La lucha del periodismo por esa injusticia que intensamente trata el artículo halló al tiempo respuesta de sensibilidad, pero ya había muerto Doña Teresa en su pobre casita, a las 14 horas, el 18 de febrero de 1942. Y si leemos el testimonio de defunción, certificada por el Dr. Eduardo Goñi, nos mueve a amargura cuando dice: argentina, de padres desconocidos y de profesión LABORES.
Quien acompañó en la enseñanza de las niñas a Don Francisco durante cuarenta y cinco años y continuó a cargo de la Escuela "particular Urquiza", no había ganado que la nombraran de profesión Educacionista.
Pero completemos, que no todo fueron espinas; según El Censor del 19 de febrero de 1942, al hacer su necrológica dice "Como su esposo, doña Teresa fue educadora, de esas maestras de viejo cuño, rectas y severas en su misión, rígidas en su disciplina pero con un caudal de ternura para todos en su corazón y de devoción al bien".
Al acto de inhumación concurrieron a despedirla delegaciones del Colegio Nacional y de la Escuela Normal de Gualeguaychú.
CONSULTADOS
EL CRISOL, Gualeguaychú, En la tumba de un héroe, 10/11/1910.
EL ARGENTINO, Gualeguaychú, 15/10/1939; 19/02/1942 ; 17/10/1971.
EL DIARIO, Paraná, 15/11/1982.
EL CENSOR, Gualeguaychú, 19/02/1942.
Actas de Defunción de Don Fancisco y de Doña Teresa. Copia Archivo de la autora.
ANDREA SAMEGHINI, La casa del maestro Hernández López Jordán en “Casas y Caserones”, EL ARGENTINO, 10/11/1974.
CARAS Y CARETAS, Buenos Aires, 14/12/1912.
EL NOTICIERO, Gualeguaychú, 22/12/1910 – Articulo firmado por J.B. Zubiaur.
EL NOTICIERO, Gualeguaychú, 9 y 11 diciembre de 1915.
MENSAJE del Poder Ejecutivo Municipal al Honorable Concejo Deliberante, Gualeguaychú, 12/01/1912.