Cuaderno Nº 3

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE DE 1992CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 3
VIAJEROS Y VISITANTES QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ I.- FRAY SEBASTIÁN MALVAR Y PINTO: Docto y consumado Predicador.POBLAMIENTO DE NUESTRA ZONA: ASENTAMIENTO EN RINCÓN DEL GATO. ASENTAMIENTO EN EL GATO.ALGO MÁS SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.MÉDICO Y BOTICARIO: 19 de octubre 1802.LOS ALJIBES.
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IVCONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGO.ANOTADOS.ENTRE LETRAS Y PINTURAS.EL MUEBLE: ESE DESCONOCIDO.- ESTILOS.

VIAJEROS Y VISITANTES

QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ

Un poeta dijo:

"Viajar no es pisar tierras desconocidas

sino reencontrarse en cada piedra del camino." 

Por:  Andrea Sameghini.

Nos proponemos reencontrar y recordar a algunos viajeros y visitantes que llegaron a Gualeguaychú, a lo largo de más de doscientos años. Será una galería de protagonistas, muchos de ellos famosos y otros casi desconocidos, porque el paso del tiempo puso una lápida de olvido. Pero los reviviremos sacándolos a la luz desde las páginas amarillentas de los archivos históricos.

No será éste un recuerdo nostálgico, todo lo contrario, porque estos personajes conocieron el vivir con intensidad, las grandes aventuras, el coraje, las ambiciones, la dureza de la existencia y representan para nosotros un valor testimonial que sirve para conocer el pasado auténtico de nuestra tierra.

Será también una imagen de Gualeguaychú en diferentes épocas, su vida cotidiana y costumbres a través de la lente con que la contemplaron quienes llegaron aquí por distintas circunstancias y emplearon la pluma, fundando su tarea en la convicción de que sus palabras expresaban el sentir de este lugar; un sentir pleno de curiosidades en el vasto escenario de la campiña, con sus ríos, arroyos y cuchillas, que dan al viajero de todos los tiempos una visión peculiar de esta Entre Ríos de quien dijera Rocamora "será la mejor provincia de esta América".

Para hablar de ellos los sacaremos de su intimidad, de forma de tenerlos cerca y poder captar e ir descubriendo al viajero que llegó y que muchas veces, con su poderosa penetración, nos formuló comentarios en el ámbito de las viejas casonas pueblerinas. Diferenciaremos la categoría de estos caminantes entre los que destacamos obispos, fundadores de pueblos, sacerdotes, militares, artistas, diplomáticos, médicos, maestros, mujeres de hogar, periodistas y escritores que nos visitaron.

Iniciamos hoy esta Serie con el Obispo de Buenos Aires, Fray Sebastián Malvar y Pinto.

Fray Sebastián Malvar y Pinto

FRAY SEBASTIÁN MALVAR Y PINTO: Docto y consumado Predicador 

Situados en 1771, el primitivo núcleo de familias españolas, como cuarenta de ellas, habían erigido una capilla pública consagrada a San José y a la Virgen del Rosario, centrando aquel rancherío de paja y barro adonde llegó SEBASTIÁN MALVAR Y PINTO, en 1779.

Fray Sebastián Gerónimo recibió el Sacramento del bautismo el 23 de noviembre de 1730 en San Martín de Salcedo, jurisdicción de la Villa de Pontevedra, en el Arzobispado de Santiago de Compostela, España.

A los 17 años vistió el hábito de San Francisco. Cursó filosofía en Avilés y teología en Salamanca, donde se doctoró en 1763. Tuvo fama de docto, de religioso ejemplar y de gran predicador. Propuesto como sucesor de don Manuel Antonio de la Torre en la Diócesis del Río de La Plata, el Rey Carlos III lo presentó a Roma el 19 de octubre de 1777, recibiendo la consagración episcopal el 19 de abril de 1778, de manos del Obispo de Salamanca.

Malvar y Pinto partió del puerto de La Coruña el 20 de octubre de 1778 y a medianoche del 28 de diciembre llega a Montevideo. Emprendió allí una anticipada visita pastoral. Luego de recorrer diversos partidos de la Banda Oriental, desde Santo Domingo de Soriano cruza a Gualeguaychú para pasar a los pueblos de las Misiones. (1) Señalamos que Gualeguaychú se constituyó entonces en el primer punto de la actual Argentina que pisó este ilustre viajero y que su recorrida por territorio entrerriano le permitió conocer la precaria situación de los habitantes y el grave problema entre los pequeños propietarios y los acaparadores de tierras. Por sus consejos, aquéllos se dirigieron al Virrey Vértiz en demanda de protección. (2)

La presentación de Monseñor Malvar y Pinto, significó para la primitiva Gualeguaychú que la pequeña Capilla fuera reconocida como Parroquia por decreto del Virrey del 3 de julio de 1780, quien en ejercicio del Vice Patronato creó además las Parroquias de Gualeguay y Arroyo de la China, que se sumaban a la ya existente de la Bajada del Paraná desde 1730.

Las nuevas Parroquias serán la base sobre la que se asentarán los pueblos que fundará Tomás de Rocamora, lo que demuestra la importante acción, tan poco reconocida, al ilustre prelado. (3)

El Obispo Malvar y Pinto fue un celoso pastor. Desde que asumió el gobierno de la Diócesis del Río de la Plata, después de haber recorrido el actual Entre Ríos, parte de las Misiones, etc., demostró gran energía y ardiente celo en el cumplimiento de sus altos deberes.

Murió en España en 1795, siendo Arzobispo de Santiago de Compostela, con tratamiento de nobleza como Caballero de la Gran Cruz de la Real Orden Española de Carlos III.

NOTAS :

1) Cayetano Bruno - Historia de la Iglesia en Argentina, 1767-1800, Vol.VI. Bs.As. 1970.-

(2) De Gualeguaychú y su Historia - Edic. de la Com. Central del Bicentenario de S. José de Gchú., pág. 119.-

(3) María Cristina Demonte - Rosa C. Troncoso, "Tomás de Rocamora, Pionero de la Autonomía Entrerriana", Edit. Colmegna, Santa Fe 1972.- 

POBLAMIENTO DE NUESTRA ZONA

ASENTAMIENTO EN RINCÓN DEL GATO

Por: Nati Sarrot

A partir del año 1500 se ordenan incursiones exploradoras a nuestra zona. Así se recorren las costas de su Río Uruguay ( de una y otra orilla) y la banda santafesina del Paraná. Portugal continúa su intromisión, en forma clandestina. Esto aviva la necesidad de posesión levantando fuertes, de parte de los españoles.

Desde Asunción del Paraguay baja entonces, por el Paraná, otra corriente colonizadora que funda Santa Fe, en 1573 y Buenos Aires, en 1580 (segunda fundación por Juan de Garay).

Es nuestra intención no agrandar el espectro de la acción reduciéndola sólo a lo que se refiera a la zona que nos interesa: GUALEGUAYCHU. Debemos por ello mencionar a Santa Fe con D. Juan de Garay poseyendo los derechos sobre su tierra, derechos que se extienden a la costa del Paraná correspondiente a la futura Entre Ríos.

Desde el Arroyo Feliciano hasta Diamante se marca frente de posesiones para estancias cuyo fondo se alarga hacia el Este sin fijar profundidad. Esta imprecisión derivará en pleitos por tierras entre pobladores, los que se aumentarán por otras causas.

Aparece en nuestra historia Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) quien contrae matrimonio con una de las hijas de Garay, heredando una de las grandes franjas en que se había parcelado -desde un escritorio- nuestra actual provincia. Hombre progresista, introduce 200 vacunos y "animales de cerda" que en dos décadas se multiplican prodigiosamente.

En 1611 Hernandarias atraviesa Entre Ríos, cruza el Uruguay y lleva a la Banda Oriental de ese río (islas del Vizcaíno y Lobos, desembocadura de Río Negro, actual República Oriental del Uruguay), vaquillas y toros, y en 1617 algunas cabras. En esas islas los españoles tienen su provisión de cañas que son trasladadas a Bs. As. para usarlas en la construcción de techos, paredes, empalizadas, etc.

Los riquísimos yacimientos de conchillas de las riberas del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychu, la madera de los montes costeros a ríos y arroyos, el clima, la comunicación fácil que ofrecen los cursos de agua, etc., tientan a la población o poblamiento de nuestra zona aun indefinida en cuanto a su legítima dependencia, tanto que Santa Fe y Buenos Aires coinciden, a veces, en el otorgamiento de posesiones sobre una misma tierra dando lugar a posteriores pleitos de interminable resolución.

Solo los indios, desalojados de sus naturales propiedades, vagan integrados en grupos que asaltan y arrasan las estancias en movimientos desesperados. Hernandarias, apodado, además de Primer Estanciero, el Protector de los naturales, insiste en repoblar de hombres y animales su establecimiento hacia 1628. Después, reduce en la Bajada del Paraná al Cacique YASU con su tribu charrúa. Por espacio de una centuria viven en el lugar "colaborando con los españoles de Santa Fe en tareas rurales, como troperos y soldados en las incursiones contra los charrúas del interior. También fueron instrumento de un vergonzoso tráfico de esclavos indios en beneficio de los vecinos de aquella ciudad".(1)

Continúa Entre Ríos toda y en particular nuestra zona, miradas con interés por el español y el portugués y cuando el indio es exterminado por las sucesivas expediciones punitivas, por el 1751, se asegura el clima de confianza para venir a ocuparlas.

Tres corrientes poblacionales llegan casi al mismo tiempo:

NOTA (1) "De Gualeguaychú y su Historia", página 83 Editorial El Día 1986

ASENTAMIENTO EN EL GATO

De la corriente pobladora venida desde Buenos Aires que se posesiona de casi todo nuestro actual Departamento, apretando el desarrollo de la llegada desde la Bajada, Don Justo Esteban García de Zúñiga ocupa las tierras que se extienden desde el arroyo Gualeyán (o Gualián) hacia el Norte. Su ancho abarca del curso del Gualeguaychú al curso del Gualeguay.

Son los Campos Floridos con cuatro estancias, todas del mismo terrateniente. En tan inmenso territorio, venidas desde la Bajada, se ubican 23 familias por el fin de 1770. Pueblan la rinconada que forman con el Gualeguaychú los arroyos del Gato teniendo al sur el Gualeyán.[ver gráfico]

Comienza la acción de García de Zúñiga para lograr su expulsión. Éste pleito se resuelve a poco mas de un año con el desalojo de las familias que deben cruzar el Gualeguaychú para ubicarse entre los arroyos de la China y del Tala en el hoy departamento Uruguay, en el puerto de Icharrandiera o Echarrandieta.

Aunque este grupo poblacional sale de nuestro centro de interés - el Dpto. de Gchú. - frustrándose quizá un foco de progreso, digamos, como nota interesante, que al asentarse en nuevo lugar también fueron hostigados por el doctor Pedro García de Zúñiga que gestionaba la posesión de esos latifundios. Las familias resistieron en forma hasta violenta al nuevo desalojo, siendo junto a otras, las que dieron base a Rocamora para fundar Arroyo de la China en 1783.

La corriente llegada desde la Bajada - a partir de la mitad del siglo XVIII - que se ubica en campos cruzados por los arroyos: del Capitán (El Cura), Sarandí, Venerato, Sauce, Perdices, del Tala, Ñancay, etc., está integrada por legítimos pobladores que van a levantar una Capilla pública, constituirse en comunidad y ser base de San José de Gualeguaychú.-

1.- Tierras ocupadas por Juan Carlos y Agustín Wright.

2.- Tierras que toma en posesión Juan Ormaechea, luego Francisco Ormaechea y Miguel Arburúa.

3.- Campos de Justo Esteban García de Zúñiga (en el Departamento Gualeguaychu).

4.- Establecimiento del Presbítero Doctor Pedro García de Zúñiga (en el Dep. Uruguay). 

ALGO MÁS SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

Por: María Josefina Vasallo

Algunas reflexiones sobre un libro interesante y documental: "CUANDO EL MUNDO ERA ESPAÑA AMÉRICA ERA OTRO MUNDO"

Agustín Pérez Pardella, es el autor del libro mencionado que refleja, con pensamiento analista y profundo, sus puntos de vista sobre la misteriosa vida y actuación de uno de los hombres más enigmáticos de la humanidad: Cristóbal Colón. Es el personaje el que habla, el más brillante del DESCUBRIMIENTO; el protagonista de la más impactante de las epopeyas que han conmovido al hombre de todos los tiempos.

Este brillante novelista, ensayista e historiador, en sus viajes por el mundo conoció a los escritores que le despertaron aún más su pasión literaria: Miguel Ángel Asturias, G. Elliot, Manuel Scorzo, Italo Calvino. El mar fue para él atrapante y motivador, a la vez. Mar misterioso, dulce, cruel y peligroso, inspirador ardiente pese a sus hostilidades y así nos dice Péres Pardella: "Yo pasaba mi tiempo a bordo, escribiendo y el tiempo en tierra, investigando". Guirri, Cortázar, Murena y Molinari eran sus amigos. Edmundo Clemente lo llevó hasta Jorge Luis Borges.

Sus novelas se sumergen en el realismo histórico y es así como figuran entre sus más relevantes realizaciones, obras como: "La difunta Correa", de tradición popular, "El ocaso del guerrero" donde analiza exhaustivamente las motivaciones políticas de la muerte de Lavalle, "La caída de Buenos Aires" y "Cerro Corá", etc. La novela lo apasiona porque considera que es un género que mueve el pensamiento y la reflexión, orienta el sendero de la creatividad y de la imaginación. Ha publicado su mejor realización: "Cuando el mundo era de España, América era otro mundo" donde refiere el impactante viaje de Colón, desde su llegada a América, hasta la segunda fundación de Buenos Aires.

Los diversos personajes que desfilan históricamente en esta brillante creación de Pérez Pardella son analizados, respetando estrictamente la idiosincrasia de cada uno y su propia proyección en la apasionante historia de la civilización, evangelización y conquista, llámense ellos: Pizzarro, Atahualpa, Hernán Cortés o Magallanes. Al tiempo va imaginando un bosquejo general de lo que quiere construir, familiarizándose con el ambiente y los personajes.

Agustín Pérez Pardella

Pérez Pardella imprimió en la obra el sello de su tajante personalidad: recia, altiva, frontal para referir los hechos, sin ambages ni retaceos. "Cuando el mundo era de España..." aborda la acción mesiánica de Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América.

Ese marino pobre y oscuro, debe desafiar una civilización avasallaste, que no deja fisuras para insertar la inteligencia, la fe y la valentía de quién habría de convertirse en un futuro no muy lejano en el hombre de todos los tiempos, a quien difícilmente se ha podido superar, que descubrió un mundo oculto, sin presencia, aguardante de tan recia personalidad.

Este serio y respetable analista del caso americano, Agustín Pérez Pardella, hablará sobre el tema de la colonización y evangelización de las nuevas tierras descubiertas, el próximo viernes seis de noviembre en el Instituto Magnasco; así podremos escuchar a un brillante conferenciante que, sin arrogancia alguna, ha dicho de sí mismo -"Soy un operario, un artesano, un obrero de raza que trabaja con humildad, sin petulancia y sin charlatanería".

MÉDICO Y BOTICARIO

19 de octubre 1802

Por resolución del Cabildo de San José de Gualeguaychú se crea la MUTUALIDAD MÉDICA. Esta entidad que cubrirá el servicio de un médico -El Dr. Juan Lapalma- y la Botica o farmacia, la que correrá a cargo de Miguel Gómez Bayo, es la concreción de un importante sentido mutual de la incipiente Villa que se organiza con el aporte de cuotas de los pobladores pudientes y que, sin embargo, alcanzará con sus servicios a todo habitante que lo necesite.

El facultativo médico percibirá cuatrocientos pesos anuales y tendrá compromiso contractual por el término de seis años de atención obligatoria.

Los que no fueran socios serían "curados" pagando módicamente al doctor quien ingresaría el monto al Cabildo para mantenimiento de la Botica.

Los Aljibes

LOS ALJIBES

Van desapareciendo las casas grandes, aquellas de primero, segundo y hasta tercer patio separados por tabiques altos , simples o con adornos según la categoría arquitectónica del solar.

En primer término, rodeado de las habitaciones principales que protegían galerías de piso embaldosadas y techos inclinados mostrando las tejuelas o cielorraso de madera machimbrada: El Patio, que podía mirar y admirar quien pasaba por la vereda. Las plantas del Patio como un desafío de feracidad y belleza.

En medio de aquella estampa, un Aljibe, esa pieza "de viejos hierros, cal y piedra" con un balde descansando en el brocal y la soga o cadena colgando de la chillona roldana.

Cuando comenzaba a llover se tenía en cuenta dejar correr un tiempo para que se lavaran los techos y recién abrir las chapas que cerraban en los caños de bajada el paso del agua hacia la cisterna, gran olla subterránea, que guardaba tan preciado caudal para uso de los de la casa y aún para regalar a los vecinos.

Los Aljibes, que así llamábamos al todo, lo subterráneo y lo exterior, debían tenerse limpios. Cerrada la boca con dos puertas de metal pesado, semicirculares, con algún pequeño calado de adorno se cuidaba de la entrada de polvo, insectos o algún animal desprevenido que pudiera caer dentro.

Si algo extraño entraba al aljibe o se tenían dudas sobre ello, había que realizar una limpieza fuera de las periódicas. Era todo un tema de conversación y decisión en la vida familiar. Para los chicos una oportunidad de ver la hazaña de que un hombre bajara hacia tan misteriosa profundidad.

Antes de que eso ocurriera se debía achicar el volumen de agua de la cisterna, no dejando entrar la de la lluvia y gastándolo además en pródigos baldazos arrojados a los patios, a la calle, etc., en un desacostumbrado y excesivo regadío.

Parado allí, en medio del patio, el aljibe imponía su papel de surtidor y además de refrigerador, en el que, desde temprano se bajaba, con los métodos mas creativos o rutinarios en envases de vidrio o barro y las clásicas lecheras de metal, herméticamente tapadas, la cocoa, mate cocido, etc. y la manteca, la cuajada, la natilla, para que no "se pasaran" y se mantuvieran frescas.

Se van las casas grandes; con ellas se han ido los aljibes, los vemos desterrados sirviendo de motivo ornamental, sin los pintados caños de latón que le llevaban el agua de lluvia hasta su vientre. Están, sí, llenos de nostalgia por una época, por una forma de vida que entra en la historia de la que ellos son documentos.

Pozos del Sur, aljibes de leyenda.

Oasis de las tardes estivales.

Viejos hierros labrados, cal y piedra

Romántico recuerdo en mis lugares.

Son sus frescas entrañas la promesa

Del descanso después del largo viaje.

Son el arco de triunfo del que llega

Con ansia del frescor de los parrales.

Guardan eco de cálidas endechas

Con que canta el paisano sus romances.

Y en sus fondos de cielo se reflejan

Las manos enlazadas sobre el balde.

Al verlos solitarios uno sueña

Con las glorias que vieron ellos antes.

A veces lo lustraron las polleras

En le raudo bordado de los valses.

Y a veces les contaron de sus penas

Los ecos de guitarras sollozantes.

Al comienzo de cada primavera,

Las glicinas besaban sus herrajes.

Las glicinas se fueron; solo quedan

Solitarios, señores del paisaje,

En las casas románticas y viejas

O en las chacras al Sur de mis lugares.

(Poema de ANTONIO ROMERO FRAVEGA)

EDICIÓN IMPRESAINVESTIGACIÓN Y TEXTOS: ANDREA SAMEGHINI NATI SARROTJEFE DE REDACCIÓN: MARCO AURELIO RODRÍGUEZ OTEROCOLUMNISTAS: CARLOS M. CASTIGLIONE - AURELIO GÓMEZ HERNÁNDEZ -DISEÑOS DEL SUPLEMENTO DE LA ÚLTIMA PÁGINA Y ROSTRO DE JUAN PABLO DOMINGO: RAÚL A. SARROT
TIPEO DE TEXTOS Y ESCANEO DE IMÁGENES: JOAQUÍN R. CARRERA Y ZULMA N. MENA 
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