Padre Yarza: silencioso pastor de Gualeguaychú

El Padre Julián de Yarza, es un ejemplo de aquel que sembró generosamente y no siempre cosechó, más aún no siempre se le valoró esta entrega sacerdotal. Este pastor vivió tiempos difíciles que no le frenaron la tarea de edificar el templo espiritual y material. Constituye una parte importante de nuestra historia parroquial, que tal vez no lo nombre en letras de molde como es debido. Si nos acercamos a la placa colocada en el atrio de la Catedral, con motivo del centenario de la colocación de la piedra fundamental del templo, su nombre no aparece. Esto nos obliga a que lo que escribamos de él, sea una humilde reparación y un gesto de gratitud.

Sabemos que el templo no pudo continuarse por renuncia de la comisión y por una deuda de regular cantidad para con los constructores. Después de un tiempo prudencial se pensó en reanudar los trabajos y en abril de 1877 se creó otra comisión presidida por el Cura Yarza que pudo arreglar cuentas con el arquitecto Francisco Poncini[1].

Así se completaba la nueva comisión pro templo, que solía reunirse en la municipalidad:

Presidente: Pbro. Julián de Yarza.

Vice Sr. Juan Tudury.

Vocales: Juan Casacuberta, Luis Clavarino, Pastor Britos.

Secretario: Honoré Roustau.

Tesorero: Rómulo Delgado.

Podemos decir sin temor que el Padre Yarza, que contaba con solemne porte, fue un gran impulsor de la construcción del templo parroquial: una obra que estaba parada, sin fondos y sin gente organizada. Encontró un templo construido en sus cimientos y lo levantaría hasta cinco metros de pared y frente. Realmente al Padre Yarza también le debemos el templo que tenemos, ya que recorrió varios frentes para conseguir fondos para la obra. Mediante gestiones con el gobierno, con colectas y beneficios como las rifas, conciertos de música, donaciones por la venta de animales, de cosechas y de cueros, incluso con la colaboración de otras instituciones que comenzaban a participar en la ciudad como es el caso de la Sociedad de Beneficencia o el Club Recreo Argentino.

Luego el Padre Palma sabría capitalizar y concluir esta obra, pero que no lograría sin el esfuerzo también de este sacerdote.

Otra obra pastoral comenzaba en la parroquia San José cuando el 14 de septiembre de 1875 se concedió licencia al Superior de los Padres Lazaristas para establecer un Instituto de Hermanas del San Vicente de Paúl. A estas religiosas se les encargaría la atención del hospital y la dirección de un colegio de niñas. En agosto de 1876, Sor Elena Oviedo, Superioras de las Hermanas que atendían el hospital, había solicitado al Obispo Gelabert que facultara al párroco para que una de las habitaciones de la casa sea bendecida como capilla, hasta tanto se construyera una. El 29 de enero de 1877 se autorizó al cura a bendecir la capilla que se estaba construyendo en el hospital y junto con esto se permitía que pudiera celebrar una misa diaria en la capilla de las hermanas[2].

Desde 1878 hasta 1880 fue capellán del hospital el presbítero Antonio Ortúzar y desde 1881 y 1882 el Padre Dr. Juan Antonio Zadaval Martínez.

A la intensa labor del Padre Yarza, se le suma su aporte y bendición del Cementerio del Norte que ya habíamos mencionado fue el 2 de noviembre de 1877, cuya obra se habilitó el día 10.

Este sacerdote tuvo muchos problemas con la masonería, que lo hostigaba hasta que fue trasladado como cura en La Paz donde también ejercerá su ministerio con un gran cariño de la gente. Un ejemplo de estas faltas de respeto, fue la protesta publicada por un grupo de fieles ante los hechos escandalosos del 6 de agosto de 1879 en el templo, cuando estaban predicando los padres misioneros[3].

[1] Los hermanos Francisco y Bernardo Poncini (así firmaban, aunque algunos los llamen Ponchini) eran oriundos del Cantón Ticino en Suiza y probablemente se formaron en la Academia de Brera en Milán. Llegan a mediados del siglo XIX al Río de la Plata, radicándose en Montevideo. Desde allí se le atribuyen importantes obras durante el período de la Confederación, cf. Gutierrez, De Paula, Viñares, Arquitectura de la Confederación Argentina en el litoral fluvial, Chaco, 1972.

[2] Cf. Archivo del Arzobispado de Paraná, Libro de Rescriptos, fs. 210 y 230. Actualmente esta Capilla es San Ignacio, por lo que la convierte en el templo en pie más antiguo de Gualeguaychú.

[3] Borques, J, C., Eclesiásticas I, 83, 1977, en Archivo Instituto Magnasco.

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Pastores según el corazón de DiosEl ministerio sacerdotal en la Parroquia San José de Gualeguaychú (1766 - 1905)

Pbro. Mauricio Landra

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