Ciega
Era un poquito de muerte
que dejó la vida afuera.
Era el sol aprisionado
en un charquito de ideas.
Era una cara argentina
sin historia y sin bandera.
Se le apagaron las cosas,
y encendió la Omnipresencia.
No vio más y lo vio todo:
Dios estaba en las tinieblas.
Ojos vacíos, ventanas
de una casita desierta:
están llenando de Cielo
su inmensa noche de tierra..
-Una limosna por Dios.
¡Me quemaban las monedas,
como queriendo ser chispas
que alumbraran a la ciega!
Ella tenía más luz
y enderezó mis veredas.
Me dijo: -Dame tus ojos
para que vea mi tierra.
Se los di, traje mi Patria
a sus pupilas hambrientas.
Y vio cuchillas y ríos
y trigales y banderas.
Y vio caras argentinas
sin ojos y sin conciencia.
Se volvió de nuevo adentro,
no quiso ver más afuera;
se quedó en obscuridad
para ver en las tinieblas.
Ella ve a mi tierra en Dios,
yo veo a Dios en mi tierra.
¡Una limosna por Dios!
Soy mendigo de la ciega...
Hay Cielo por todas partes,
hay que ver en las tinieblas.
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"