Osvaldo Magnasco:
“El mejor Parlamentario Argentino”
HOMBRES QUE HICIERON NUESTRA HISTORIA
Osvaldo Magnasco: “El mejor Parlamentario Argentino”
“La figura del Dr. Osvaldo Magnasco por su importancia en la historia política, cultural y jurídica argentina sin duda merece estudios que ponderen su significación en la etapa que corresponde a los años finales del siglo XIX y principios del XX” (*Jorge Osvaldo Batista).
Por Mario Giordán Especial para Semanario
Estudiar la vida y obra de Juan Laureano Osvaldo Magnasco es adentrarnos en una personalidad excepcional que dejó hondas huellas en su paso por la vida pública argentina.
Nació en Gualeguaychú el 4 de julio de 1864 y falleció en su domicilio particular de la Ciudad de Buenos Aires, el 4 de mayo de 1920, contando tan solo 56 años. Sus restos, depositados en el Cementerio de la Recoleta, fueron trasladados junto con los de su señora esposa a la ciudad natal el 5 de julio de 1968. Recibió honores cívico militares tanto en la despedida de los mismos, como en el arribo a Gualeguaychú.
Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el año 1887 egresa de la Universidad de Buenos Aires con el título de Dr. en Jurisprudencia. Antes de finalizar la misma es designado Catedrático de Derecho Internacional en la Escuela Militar.
Su tesis doctoral “Sistema de Derecho Penal Actual” fue apadrinada por Bartolomé Mitre. Si bien no obtuvo premio mas allá de los elogios que recibió en el país y en Europa, fue traducida al francés y al italiano.
Toda la obra de Magnasco está impregnada de originalidad por la variedad de sus desempeños, pero a su vez muy meritoria por la significación que tuvo en la vida política y cultural de la Argentina.
Poseía una sólida formación cultural y académica. Dominaba los idiomas clásicos, el italiano, español, inglés y francés.
MAGNASCO POLÍTICO
En 1890 fue elegido Diputado Nacional, representando a su provincia de origen por el Partido Autonomista Nacional. Se lo recuerda por ser el primer diputado que investigó sobre el funcionamiento de los ferrocarriles privatizados. Unos años después tuvo a su cargo la dirección de la repartición facultada para controlar los ferrocarriles de capital extranjero y de regir los nacionales.
Fue el inspirador del Reglamento General de los Ferrocarriles (nov. de 1891). Al asumir el General Roca su segundo mandato (1898-1904) designa a Magnasco como Ministro de Justicia y de Instrucción Pública. A partir de ese momento su principal objetivo en materia educativa fue elaborar un proyecto de reforma educativa con el fin de reemplazar el sistema efectuado a partir de la Ley 1420, del primer mandato de Roca.
Magnasco era consciente de que la educación que se impartía no tenía vinculación con la realidad social y económica del país; que era enciclopédica y verbalista; alejada de las necesidades de la época. Según su visión progresista y de avanzada para ese momento, el país necesitaba profesionales y técnicos que diversificaran su economía que hasta el momento se limitaba a las exportaciones de carnes y granos.
Su propuesta: sustituir los bachilleratos por un sistema de colegios descentralizados que expresaran las características de cada región. Reducir los contenidos humanistas y el latín e incorporar rudimentos de trabajo agrícola e industrial y dibujo.
Esta valiente iniciativa fue abortada por los sectores influyentes que consideraban a la escuela secundaria como el paso previo para el ingreso a la universidad. Desataron rápidamente una campaña de desprestigio contra el ministro, utilizando al diario La Nación (representante del mitrismo opositor a Roca) y La Prensa, desde cuyas páginas lanzaron denuncias contra Magnasco. A todo el sector reaccionario al proyecto, se sumó también la Iglesia en disconformidad con la supresión del latín. Era el mismo sector clerical que en 1886 se había opuesto a la ley 1.420 por establecer la “educación laica”.
En la Cámara de Diputados el principal opositor a la sanción de la ley fue el entrerriano -¡¡qué ironía!!- Alejandro Carbó.
Sumado al descrédito mediático, se agregó una fuerte imputación contra Magnasco a quien lo acusaron de haber pagado con fondos públicos unos muebles que mandó construir en la Penitenciaría de la Nación. Todo esto constituyó lo que fue la preparación para la renuncia al cargo público. Se retiró en forma absoluta de la política “autodesterrándose” en su propio país.
Jorge O. Batista, en su obra “Osvaldo Magnasco: en la huella de Alberdi. La educación productiva” señala que “El ingreso de Magnasco a la política no puede considerarse como un caso de vocación: por su temprano retiro y las veces que tuvo de reintegrarse y nunca aprovechó”.
Y agrega: “Tampoco el Derecho como profesión que ocupó un lugar central en su vida, a pesar de haberlo enseñado y ejercido con éxito y brillantez; sino que le sirvió como medio de vida para él y su familia”.
La poca vida de militancia política, su tenacidad en la defensa de sus ideales y proyectos, su honradez y austeridad de vida, enaltecen su figura con el correr de los años. Jamás se sintió atado a nadie para oponerse a lo que estaba mal, ni para dar su aprobación a lo que estaba bien. Fue un portador de luz en todas aquellas cosas en que pudiera mejorarse.
Su “independencia política” lo llevaron a votar en contra de varias iniciativas del Poder Ejecutivo Nacional. “Contaba con la ventaja de grandes fuerzas propias como la templanza y el espíritu de justicia, ambos resultados de la fina y rigurosa educación que recibió y de los altos valores que gobernaron su vida y sus acciones” (Jorge O. Batista. Obra citada).
MAGNASCO ESCRITOR
Como escritor, Magnasco publicó artículos en los diarios La Nación, La Prensa, El Nacional, La Libertad, Sud América y en la Revista Jurídica por su libro “Fundamentos del Derecho Penal”. Entre los años 1882 y 1898 publicó siete libros sobre temas jurídicos.
AMISTAD CON CAMILA E. NIEVAS
Con su entrañable amiga Camila Enriqueta Nievas mantuvo permanente contacto epistolar.
En una de sus cartas, fechada el 16 de febrero de 1916, le comenta: “La querida biblioteca va en creciente aumento y eso me llena de satisfacción. Quien sabe si no es el núcleo irresistible de una gran institución del futuro. Al menos así me lo estoy imaginando…Faltará después fundar el gusto por las lecturas serias”.
El Instituto Magnasco cuenta entre sus valiosas colecciones, con la biblioteca completa de este hijo de Gualeguaychú, gracias al esfuerzo de Camila Nievas y de un donante –don Félix Badano- quien ante la insistencia de Camila le entregó un cheque en blanco para que adquiriera tan valioso patrimonio en Buenos Aires.
Poco tiempo después de la muerte de Magnasco, la sociedad cultural fundada por Camila Nievas, denominada “Por la Patria y el Hogar”, pasó a llamarse “Instituto Magnasco”.
Merecido homenaje a quien le había brindado todo su apoyo para la consolidación de ese centro cultural, fundado y dirigido por mujeres, único en su estilo en el país. Actualmente, y luego de la renovación de sus estatutos, fueron incorporados varones para la conducción del mismo.
Para finalizar este breve esbozo biográfico de un distinguido hijo de nuestra ciudad, hago mías las palabras de su amigo y biógrafo, Dr. Horacio Domingorena: “Difícilmente pueda encontrarse en el rico historial parlamentario una personalidad que haya suscitado los elogios que por él vertieron los hombres más presentativos de la aquella época” (“Osvaldo Magnasco. El mejor parlamentario argentino”. Horacio Domingorena. Página 201).
Bibliografía consultada:
* “Osvaldo Magnasco: en la huella de Alberdi. La educación productiva. José Osvaldo Battista. Edit. Confluencia. 1º Edición. 2001
* “Osvaldo Magnasco: el mejor parlamentario argentino. Horacio Domingorena. Ediciones Docencia. 1º Edición. 1993.
Revista Semanario Nº 39 - Julio 2015 - Dirección Periodística: Rubén H. Skubij
Osvaldo Magnasco: “El mejor Parlamentario Argentino”