Cuaderno Nº 38
Índice Temático
GUALEGUAYCHÚ, Domingo 17 de abril de 1994 CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 38
LOS VIEJOS TROPEROS DEL FRIGORÍFICO - La hacienda - Una herramienta de trabajo - La calle de Tropas - Otra vez como ayer - Es mejor recordar la primavera… VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ – XV. EL VIZCONDE DE ABAETÉ, EN 1856SUPERSTICIONES (Conde de Gená)REFRANERO EN GUALEGUAYCHÚHABLA EL ÚLTIMO INDIO (Gustavo García Saraví) LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV - CONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGO - ENTRE LETRAS Y PINTURAS - ELOGIO DE LA MEDIA TAZA (Baldomero Fernández Moreno) - EL MUEBLE ESE DESCONOCIDO
LOS VIEJOS TROPEROS DEL FRIGORÍFICO
Fabián Magnotta
¿Cuántas fueron las madrugadas que los observaron pasar en el caballo, como figuritas pintadas sobre un fondo de cielo?
Principales protagonistas de la mejor historia del Frigorífico Gualeguaychú fueron los troperos, los paisanos que buscaban o recibían la hacienda que otorgaría un reconocimiento internacional a la planta industrial ubicada junto al río.
¿Quién mejor que ellos mismos para recordar ese trabajo noble y sabio? ¿Quién mejor que estos criollos para narrar los misterios de los corrales, el secreto de la hacienda rebelde, los encantos de una profesión que va en acelerado camino a ser historia?
CUADERNOS apuntó a la nostalgia que enriquece y reunió a tres de los viejos troperos del Frigorífico.
Pedro Urrels y Orlando Rogelio Villar tienen 77 años; Marcelo Fernández cumplió 74.
En la primavera de 1944, hace medio siglo, cuando iluminaba la vida sus sueños de veinteañeros, entraron a trabajar al Frigorífico Gualeguaychú, empresa que transitaba sus tiempos de esplendor. Urrels llegaba de Costa Uruguay, Fernández de la zona de chacras y Villar de Urdinarrain.
Los primeros tiempos, trabajaron en cámara y en 1946 ingresaron a corrales, tarea que compartirían años con don Felipe Dionisio Soria, más conocido como don Magallán, que en enero último (1994) alcanzara notoriedad por ser una de las tres víctimas del crimen de Pueblo Nuevo
Por años -más de treinta- se convidaron en esas tres hectáreas de los corrales, desde madrugadoras confesiones entre mates cebados en pava hasta largas noches de espera, bajo las órdenes de don Abraham Gutiérrez, cuya personalidad aprenderían a reconocer y respetar.
Los corrales entonces eran enormes y de tierra... En invierno, los caballos se enterraban hasta la panza", recuerdan hoy.
Eran otros tiempos... En el Frigorífico trabajaban entre mil doscientas y mil trescientas personas, en los más variados oficios... Cuadrillas de embarque, torneros, electricistas, carpinteros, pintores, mecánicos, médicos, enfermeros... agregan.
LA HACIENDA
La hacienda llegaba caminando o por tren. No existía todavía, al menos como método habitual, ni la comodidad de los camiones ni la practicidad de las buenas rutas para transportar los animales.
Llegaban tropas de Gualeguay, Gilbert, Nogoyá, desde todas las estancias. Venían de a quinientas cabezas, por lo menos, casi todos pampas", señalan, (Pampa, entendida raza Hereford).
La hacienda de Nogoyá, por ejemplo, caminaba días y días cortando los campos, rememoran.
Nosotros -dice Urrels- nos encargábamos de recibir los animales y pesarlos, y después los pasábamos para la matanza.
Horas, días, años enteros sobre el caballo pasaron los troperos, esas figuras diminutas que el horizonte dibujaba como sombras cuando aún dormían los gallos: la tarea se iniciaba inexorablemente a las cuatro.
UNA HERRAMIENTA DE TRABAJO
El caballo era para ellos la principal herramienta de trabajo.
Por un acuerdo, cada tropero "ponía" su caballo y el recado; y recibía de la empresa las herraduras, el alimento y la atención veterinaria para el animal.
"Así era el acuerdo..." dice don Villar mientras sonríe y se queda pensando y mirando a sus dos viejos compañeros; sonríe y parece cruzarse en el aire una imagen traviesa de aquellos años de oro que para ellos son ya un sinónimo de la vida misma.
Porque esa era la vida.
Levantarse, ensillar el caballo, caminar hacia el Frigorífico, saludar, hacer chillar la pava y trabajar.
"El asado no faltaba...", interrumpe Fernández, con una frase de nostalgia que dista de ser triste.
El caballo, el inseparable compañero, como una parte esencial del cuerpo del tropero, los acompañó también en las malas jornadas. Si se piensa en los riesgos de la tarea de trasladar y encerrar animales, quizás no sorprenda saber que los tres tuvieron accidentes al ser apretados por novillos en los corrales.
"Lo que pasa es que la hacienda era más arisca que la de hoy... La hacienda de "La Peregrina" (estancia de Ceybas), era muy perra. Y no se le podía pegar, porque le
quedaba la marca; lo único que se podía hacer era empujar al animal con el caballo de uno... No era tan fácil...", dice Villar.
"Pero en eso -reconocen- don Abraham Gutiérrez era un maestro. Nunca vimos a un hombre así para el caballo. Les hablaba, pero les hablaba en serio. Una cosa es andar a caballo, pero otra dominarlo como hacía don Abraham...".
LA CALLE DE TROPAS
Quizás asombre a los más jóvenes, pero hasta la historia de la Calle de Tropas y los hoy solitarios e inútiles corrales de la zona de la estación de trenes, está enlazada con lo que fue el Frigorífico.
El largo ingreso a los corrales era, precisamente, por el camino que por muchos años se conocería en Gualeguaychú como Calle de Tropas.
"La hacienda del norte llegaba muchas veces por tren.
Cuando nos avisaban, íbamos a la estación, donde encerraban a los animales en los corrales que todavía están allí", cuentan.
"Yo me acuerdo siempre de las quejas vecinales.,. Y tenían bastante razón en rezongar, porque la Calle de Tropas quedaba a la miseria. Y a la gente, lógicamente, le molestaba el barro en invierno y la tierra en verano...", manifiesta Fernández.
OTRA VEZ COMO AYER
¿Qué pasó después?
Errores empresariales, desaciertos económicos reiterados, agotamiento del modelo agroexportador, parecen ser algunos de los motivos. Los recuerdos se cruzan como la hacienda arisca en la mesa que hoy comparten Pedro Urrels, Orlando Villar y Marcelo Fernández.
Alguien dice que hace unos treinta años, mientras descargaban, fue asesinado Romero después de una discusión con un policía.
El otro apunta que murió en el hospital y que el balazo fue "de tardecita".
Se quedan conversando. No falta otro recuerdo afectuoso hacia Magallán el tropero amigo que se fue en Enero. No olvidan que los primeros tiempos en los corrales desolados construyeron una casillita de chapa en un rincón, para protegerse del invierno y tomar mate.
Hoy se juntaron como ayer. Volvieron por un rato a ser aquellos troperos veinteañeros de sombrero, bombacha y pañuelo que llegaban de memoria con el caballo ágil a abrir la tranquera en el inolvidable escenario de los árboles amigos, las casillas ribereñas y los perros curiosos.
ES MEJOR RECORDAR LA PRIMAVERA
Hablar con quienes fueron troperos en la época de brillo del Frigorífico como empresa, sirve para que se agigante la pena al ver la planta hoy.
Notas en todas las revistas, reconocimiento en los libros de historia y en los más completos diccionarios, pan y algo más para miles de familias, eso fue el Frigorífico.
Ejemplo de respeto por la dignidad del trabajador, a quien se le dio desde la mejor atención médica hasta la posibilidad de hacer deportes. Orgullo de sus obreros y de Gualeguaychú, eso fue el Frigorífico.
Madre de un barrio progresista, sencillo y trabajador, eso fue el Frigorífico, al que la promoción publicitaria definía con acierto como "el primer milagro entrerriano".
"Quien reina es el Quijote, inspirado en la ley dictada por el maestro Jesús", decía el poeta uruguayo Yamandú Rodríguez después de recorrer la planta, en su libro "El Poeta y la Fábrica" (1946).
"Posición de avanzada ocupa la acción social del Frigorífíco Gualeguaychú por la dignificación del trabajo", expresó la revista La Res, en 1948.
Y así, se encontrarían centenares de ejemplos para contar a las nuevas generaciones lo que fue el Frigorífico.
Lo cierto es que ya no hay barcos sobre la orilla, ni miles de obreros llegando al trabajo. Y la sangre animal que corrió por las venas del Frigorífico para tornarlo poderoso, se ha resecado como la rica historia. Todo huele a soledad.
Los troperos con quienes conversó CVADERNOS, ingresaron hace varias primaveras. Y muchas veces durmieron felices bajo las estrellas al lado de lo de Petisco.
Hoy prefieren abrazarse al recuerdo de los años buenos y no lamentar el largo otoño que Osvaldo Soriano podría definir como "triste, solitario y final".
VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ- XV
El Vizconde de Abaeté en 1856
Andrea Sameghini
Marzo de 1856. Otro pasante extranjero de elevada jerarquía diplomática tuvo el pueblo de Gualeguaychú: Paulino Limpo de Abreu Vizconde de Abaeté, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de S.M. el Emperador Pedro del Brasil, en misión especial cerca de la Confederación Argentina. Las pocas horas que estuvo aquí no permitieron que los más encumbrados vecinos tuvieran a bien saludar a este caballero real y, consecuentemente, La Sociedad Casino del Plata que se preparaba para obsequiarle con un Baile, se vio impedida de concretarlo.
El 13 de marzo el vizconde hace comunicar que saldrá de Paraná, rumbo a Gualeguaychú, el día 18. El Comandante Militar, Juan José Paso, le informa al Gral. Urquiza que está todo dispuesto, -"como S.E. lo desea"- y que además de comprometer a Don Francisco Taurel, con residencia en la ciudad nueva, ha solicitado igualmente ayuda al Coronel Ramiro para todo lo referente a la recepción al Vizconde y su comitiva. (1)
En medio de una intensa lluvia, el Vizconde de Abaeté arribó al puerto de Fray Bentos a las cuatro de la tarde del 21 de marzo. El 22 a las nueve de la mañana, el Mayor José María Cordero, desde el puerto de Gualeguaychú se dirigió a la vecina ciudad oriental para adelantar saludos y el Comandante Paso fletó una ballenera con una res de carne vacuna, gallinas y verduras para la bodega del buque brasileño, considerando que por el mal tiempo no podrían desembarcar en nuestro puerto. (2)
A las 11 del día 23 llegó a esta ciudad el distinguido diplomático para continuar el 24 por la mañana su viaje, vía Río Uruguay. Pernoctó en la casa-quinta ("Chacra del Cura") del Presidente Urquiza. (3)
Durante su muy breve estadía en Gualeguaychú el Vizconde de Abaeté firmó importantes tratados comerciales, dirigiéndose a San José para presentar sus saludos al Presidente de la Confederación.
(1)-(2)-(3): Tomo 97, Legajos 157/ 243 /252. Cartas del Comandante Juan José Paso al Presidente Urquiza, año 1856.- Arch. Urquiza. Arch. Gral. de la Nación.
HABLA EL ÚLTIMO INDIO
No sé por qué ni cómo sobrevivo
ni cuál es la razón que me sostiene,
ni de dónele proviene y me mantiene
la parte de tristeza que recibo.
Tengo la libertad y soy cautivo,
el corazón me tiene y no me tiene,
vengo desde los dioses y no viene
ningún dios a decirme que estoy vivo.
Apenas si perduro, si comprendo
el triste oficio de seguir latiendo
en mitad del silencio y el despojo.
Dadme al menos un agua y una arena,
una ilusión, una verdad, un ojo.
Quiero mirarme adentro de mi pena.
Gustavo García Saravi
SUPERSTICIONES
(Las supersticiones relativas a animales fueron recopiladas por Cármelo Romero (Conde de Gená) a fines del siglo XIX y en la Encuesta de Folclore 1921 en la que intervinieron maestros de Escuelas Láinez, en el trabajo de campo).
La cigüeña
Género de aves zancudas, migradoras que alcanzan más de dos metros de envergadura. SI LAS CIGÜEÑAS SE ALEJAN DEL BAÑADO NO HAY DUDA QUE VENDRÁN CRECIDAS.
El chingolo
Avecita color pardo rojizo, de vincha clara en la cabeza, con copete el macho. Su canto es llamativo por sus notas claras y suaves que hace oír durante la noche. Conocido también como Icacú, Afrechero, Cachilo. Pájaro de la familia de los fringílidos. EL CANTO DEL CHINGOLO AL OSCURECER ANUNCIA VIENTO FUERTE AL DÍA SIGUIENTE. SI EN LA NOCHE SILBA EL CHINGOLO, AL DÍA SIGUIENTE SILBARÁ EL VIENTO.
REFRANERO EN GUALEGUAYCHÚ
PRIMERA SERIE, antes de 1850 Amor no mira linaje, ni fe, ni pleito homenaje
SBARBI, J.M. por Amor: "Enseña como el amor es tan caprichoso e impetuoso por naturaleza, que con tal de satisfacer sus aspiraciones, no repara en la diferencia de esferas sociales, ni en faltar a la debida fidelidad, atropellando por todo género de consideraciones".
CORREAS - Amor no mira linaje, ni fe, ni pleito homenaje; o amor ni cata linaje, ni pleito homenaje.
MARTÍNEZ KLEISER -Ideología- Amor y posición social.
TRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
Índice General de Cuadernos de Gualeguaychú
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