ES MEJOR RECORDAR LA PRIMAVERA
Hablar con quienes fueron troperos en la época de brillo del Frigorífico como empresa, sirve para que se agigante la pena al ver la planta hoy.
Notas en todas las revistas, reconocimiento en los libros de historia y en los más completos diccionarios, pan y algo más para miles de familias, eso fue el Frigorífico.
Ejemplo de respeto por la dignidad del trabajador, a quien se le dio desde la mejor atención médica hasta la posibilidad de hacer deportes. Orgullo de sus obreros y de Gualeguaychú, eso fue el Frigorífico.
Madre de un barrio progresista, sencillo y trabajador, eso fue el Frigorífico, al que la promoción publicitaria definía con acierto como "el primer milagro entrerriano".
"Quien reina es el Quijote, inspirado en la ley dictada por el maestro Jesús", decía el poeta uruguayo Yamandú Rodríguez después de recorrer la planta, en su libro "El Poeta y la Fábrica" (1946).
"Posición de avanzada ocupa la acción social del Frigorífíco Gualeguaychú por la dignificación del trabajo", expresó la revista La Res, en 1948.
Y así, se encontrarían centenares de ejemplos para contar a las nuevas generaciones lo que fue el Frigorífico.
Lo cierto es que ya no hay barcos sobre la orilla, ni miles de obreros llegando al trabajo. Y la sangre animal que corrió por las venas del Frigorífico para tornarlo poderoso, se ha resecado como la rica historia. Todo huele a soledad.
Los troperos con quienes conversó CVADERNOS, ingresaron hace varias primaveras. Y muchas veces durmieron felices bajo las estrellas al lado de lo de Petisco.
Hoy prefieren abrazarse al recuerdo de los años buenos y no lamentar el largo otoño que Osvaldo Soriano podría definir como "triste, solitario y final".