Acuarelas de la chacra
“Cuando la Naturaleza habla apaga las palabras de nuestro corazón y entonces llega a nosotros la flor, mensajera de la otra orilla, que nos dice blandamente al oído: Aquí estoy, Él me envía a tí para decirte que te espera del otro lado”
Un gran abrazo de sol
y un gran misterio de ramas;
temblor de plumas y voces.
Cuatro horizontes, un alma.
Señor de todos los tiempos,
estás en esta mañana.
Bautizada en tu rocío,
ya se despierta mi chacra
y con mis ojos te adora
y con mi lengua te habla.
Entre mi tierra y el Cielo,
soy oración de la Patria.
Grandeza de lejanías,
pequeñez de mis palabras.
Quiero traducir las cosas
en el idioma del alma.
El pastizal con rocío
peina de fiesta la chacra.
Un triunfo de cina-cinas
tiene flores de calandrias
que con pétalos de bronce
están saludando el alba.
Los teru-teru, celosos,
junto al charco montan guardia:
diputados del trebal
hacen fraude a las distancias.
Aliento de bienestar.
embandera las vacadas
y pone gozo en los surcos
y pone sueño en las parvas.
Una brasita de fuego
se derrite de alborada
y tres palomas solemnes
se van hachando distancias.
Tijeretas amazonas
se burlan de las bravatas
de un gran carancho agresivo
que quiere domar las ramas.
Los alambrados de púas
envinchan a la mañana
con estrellas de rocío,
y las campanilla blancas
gritan un solo de luz
sobre el verde pentagrama.
Dulce enjambre de balidos
muerde las brisas livianas
y un perfume espiritual
reza amor en las acacias.
Un coloquio de gallinas
color y voz desparrama:
las plumas escriben sol
en los picos sin palabras.
Me enseñaron los horneros
a hacer del barro una casa
y guardar adentro el sol
como la fruta en la cáscara.
Así yo quiero guardar
muy adentro esta mañana.
Pbro. Luis Jeannot Sueyro
"Los versos del Cura Gaucho"