María Eloísa D’Elía de Sala Hernández
Por Gustavo Rivas
No era natural de Gualeguaychú. Nació en 1890, en Concepción del Uruguay. Luego se trasladó a Paraná, donde se graduó como profesora de Enseñanza Secundaria en la Escuela Normal de esa ciudad.
Llegó a Gualeguaychú en 1911, es decir, al año de la fundación de la Escuela Normal, a la que ingresó como profesora de Dibujo y Pintura. Luego, al crearse el Colegio Nacional, entró también a ese establecimiento. Allí trabó amistad con el señor Horacio Rébori, farmacéutico y profesor de Química, dueño por entonces de toda la isla de la Libertad.
En 1917, don Horacio le regala un lote de esa isla, ubicado frente al puerto, al cual llamaban por su ubicación y base pétrea “el peñón del puerto”. Allí hizo levantar la finca que hoy conocemos como “el castillo del río” –sobre una idea y dibujo de su creación–, construcción de estilo anglo normando con concesiones al gótico y las características de los castillos medievales: almenas, saeteras, torres, etcétera.
María Eloísa se casó con José Sala Hernández y tuvo dos hijos: Rafael y José. Este último padecía una enfermedad que le producía parálisis y deformación craneana, no obstante lo cual tenía una gran inteligencia. El niño falleció a los 14 años. Tanto María Eloísa como sus hijos hablaban tres idiomas debido al origen suizo de la madre de ella.
En 1935 se produjo una muerte misteriosa en el castillo. Blanca Sosa, la empleada doméstica, apareció degollada un domingo por la mañana, con la puerta trabada desde adentro.
A partir de aquí se tejieron muchas historias de fantasmas, que proliferaron después, cuando el “castillo” quedó solo.
La profesora D´Elía era dueña de una gran cultura, viajó por Europa, dio conferencias y dejó escrita una Historia del arte ilustrada que se conserva en el Instituto Magnasco. Ella realizó el camarín de la Virgen del Rosario, existente en la Catedral San José, un fino trabajo de bronce y onix. Es autora de numerosos pergaminos, como el que se conserva en la Rectoría del Colegio Nacional. También diseño los motivos para el piso de la Parroquia Santa Teresita, aunque solo muy parcialmente pudieron ejecutarse.
En 1960, luego de la gran creciente y en coincidencia con su jubilación, abandonó el castillo y Gualeguaychú, para trasladarse a Buenos Aires, donde siguió trabajando como restauradora de obras de arte. Allí murió en 1981 y al mes siguiente falleció su hijo mayor, Rafael.
Su hermana Matilde D´Elía, que aún vive –tiene 107 años de edad–, viajó después de su muerte para traer al Instituto Magnasco el original de la Historia del arte que legara María Eloísa a esta casa.
María Eloísa D’Elía de Sala Hernández