Cuaderno Nº 56

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 22 de Enero de 1995 CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 56
GUALEGUAYCHÚ: TRES FOTOGRAFÍAS1806. PRIMERA CAMPAÑA DE VACUNACIÓN ANTIVARIÓLICA - El periódico azote de la viruela. - Antonio José Monte Blanco en Entre-RíosCHARLES DARWIN LO DIJO…ADIVINA ADIVINADOR (Conde de Gená)ESA “BARBARA COSTUMBRE DEL JUEGO DEL CARNABAL” FRIGORÍFICO GUALEGUAYCHÚ S.A. PAGO DE DIVIDENDOSMANDARINAS (Víctor Heredia) LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (edición impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Platería, un culto universal – Los “Vasos Sagrados” – (Aurelio Gómez Hernández)- La Flauta (Stéphane Audel) 

GUALEGUAYCHÚ. TRES FOTOGRAFÍAS

Nati Sarrot

Hoy se levanta en este lugar  de 25 de Mayo y España, ángulo S.E  el edificio del Banco de Entre Ríos. El fotógrafo tomó esta vista de la Agencia Willys Supertone  y Despacho de Nafta de Hipólito Gauvry, con servicio mecánico, lavado y engrase de automóviles.

Construcción hecha sobre propiedad de Justo José de Urquiza de la que se ven detalles de arquitectura de mediados del siglo XIX. Antes que la hermosa mansión, estaba allí la casa en forma de rancho de la familia Costa-Brizuela, padres de Dolores, luego esposa de Urquiza.

Vista del Puerto de Gualeguaychú y aledaños hacia 1925:  1)  Muelle de piedra 2) Plaza Colón 3) Edificio de la Aduana, de una planta y torre mirador  4) Antigua Capitanía del Puerto, cerrada en sus arcadas y cubierta la cúpula. 5) Galpones de almacenamiento  6) Guinche 7) Vías de ferrocarril

Barraca Goldaracena; al fondo Molino San Pablo de Pablo Rossi y Cía. La barraca se levantó en barrio de la Estación del Ferrocarril, lugar que se llamaba Barrio Goldaracena. La Casa Goldaracena fue fundada en 1864 por Eusebio Goldaracena. Al fallecer don Eusebio giró como Viuda de Goldaracena e Hijos, después Goldaracena Hnos, hasta que en 1925 tomó el nombre de Goldaracena Hnos. Ltda S.A.C.

Cubrió comercio e industrias varias en gran escala, con sucursales en la provincia, escritorios en la Capital Federal. Molino San Pablo, sito en calle México (Alberdi) y vías del Ferrocarril (actual Av. Parque) Fotografía de principios del siglo XX.

1806. PRIMERA CAMPAÑA DE VACUNACIÓN ANTIVARIÓLICA 

Nati Sarrot 

EL PERIÓDICO AZOTE DE LA VIRUELA 

Se sorprendía Europa a fines del siglo XVIII por el resultado de la experiencia de Eduardo Jenner al inocular su vacuna contra la viruela en base al virus tomado de la ubre enferma de las vacas. Era posible prevenir el mal que azotaba periódicamente con terribles y masivas consecuencias. De Inglaterra pasó a España. El médico español Francisco Javier Balmis la trajo a las colonias americanas junto a su Tratado del modo de conservación y administración. Ya en 1803 se encontraba en América al frente de una comisión científica.

En 1805, Corrientes sufre una terrible epidemia de viruela. El mal se propaga. Las villas del actual Entre Ríos corren inminente peligro. El Virrey Sobremonte se dirige al Comandante de los Partidos de Entre Ríos don Josef de Urquiza (padre de Justo José) recomendando tomar medidas para evitar que ingrese la peste en el territorio.

Y aunque se cierra el paso a los correntinos, comienzan a aparecer casos de enfermedad en el norte entrerriano. El tratamiento de los curanderos consistía en “la friega con la substancia con que “viene al mundo” mojado el cuerpo de los recién nacidos”

Tal vez en mejor oportunidad que otros beneficios, en julio de 1805 llega a Montevideo la fragata portuguesa “La Rosa del Río”. Proviene de Río de Janeiro con tres negros vacunados. El Semanario de Agricultura, Industria y Comercio de Buenos Aires, publica el 31 de Julio de 1805.

Aviso. Ya por fin podemos asegurar al público la existencia de la verdadera vacuna en nuestro suelo (…) De sus “prendidas” aplicaciones los negros dan, sobre cristales, elementos para ampliar a 200 el número de personas inoculadas.

El 28 de julio en la pequeña Buenos Aires, reunidos en la Fortaleza a las 11 de la mañana se lleva a cabo la primera vacunación en cinco niños.

Aquí, en el actual Entre Ríos no hay vacunas; se debe aceptar que la peste aumente el número de víctimas. Recién en enero de 1806 arriban al puerto de Concepción del Uruguay tres frasquitos conteniéndola. Don Josef de Urquiza ya ha organizado la Campaña de Vacunación Antivariólica en su distrito.

ANTONIO JOSÉ MONTE BLANCO EN ENTRE RÍOS

Este es el doctor español que en la Villa de Concepción del Uruguay comienza la vacunación “poniendo a sus hijas” en primera fila, como para animar a los demás. Ellas fueron, con su buena salud, la mejor propaganda que corrió de boca en boca. Tres frascos y dos vidrios habían llegado en la lancha “Pandora”.

Con el apoyo de las autoridades, desde el Virrey Sobremonte hasta el Alcalde, el facultativo decide pasar a la Villa de Gualeguaychú. Tres soldados lo custodian y le ayudan; la campaña tiene mucho de aventura, de conquista. En Concepción del Uruguay pidió al Párroco José Bonifacio Redruello que en las misas alentara a los asistentes; esta acción dio buenos frutos. 

Con el sostén religioso, militar y científico, Monte Blanco está en Gualeguaychú en los meses de noviembre y diciembre concluyendo para la Navidad. Aquí le llega desde Montevideo una nota estimulante del Virrey. Pronto le comunica que el vecindario ha quedado totalmente vacunado. 

Para el 27 de diciembre de 1806 Monte Blanco y “sus huestes” se disponen vacunar al pueblo de San Antonio de Gualeguay. Aquí, no resulta tan fácil: 

 “Una comisión de curanderos faltan a la obediencia y perjudican (…) y los jueces lo tapan y usurpan esto al Rei su servicio, amas espero de V.E. (el Virrey) el permiso de poder usar el Hávito militar, qe. le soi amante y parece que me corresponde, por mi comisión (…)” (1) 

 

No obstante los inconvenientes con que tropieza el Dr. Monte Blanco, la Primera Campaña de Vacunación Antivariólica en las tres Villas gemelas, ha sido cumplida. 

A pesar de ello, la falta de continuidad en tal asistencia y los prejuicios de la población ignorante dejan paso a sucesivos avances de la viruela.

Por el Censo de Entre Ríos de 1825 contamos en Gualeguaychú, 744 personas vacunadas entre las 1353 registradas. Destacamos que, uno de los ocho ítems que cubre es el que corresponde a si está vacunado o no. Esto habla de la importancia que se le otorga al asunto. (2)

Lamentablemente, aún a fines del siglo XIX la viruela sigue siendo un azote del que nuestra prensa hace comentarios. Leemos en 1887:

“ (…) el farmacéutico Villagrasa, propietario de la farmacia El Globo avisa que, martes, miércoles y jueves vacunará gratuitamente en su casa, indistintamente a quien lo solicite, sea pobre o rico (…) Los padres de familia ya tienen un local más donde vacunar gratuitamente a sus hijos. Y sería bueno que no dejaran transcurrir el tiempo en descabelladas suposiciones porque el “flajelo” va en aumento y no hay mejor preservativo, después de la higiene que la vacunación y revacunación” (3)

Citas:

(1)URQUIZA, Eduardo de (1950) Notas para la Historia de Entre Ríos. La primera Campaña Antivariólica llevada a cabo en Entre Ríos. Buenos Aires pp 25-32(2) CENSO DE ENTRE RIOS 1825(3) EL NOTICIERO, Gualeguaychú 6 de agosto de 1887 P 1 col. 2 y 3.

CHARLES DARWIN LO DIJO…

DIENTE DE UN CABALLO INDÍGENA

“(…) Me detengo en Bajada del Paraná (…) aquí, al pie de los acantilados, se encuentran capas conteniendo dientes de tiburón y conchas marinas de especies ya extinguidas; después se pasa gradualmente a una marga dura y a la tierra roja y arcillosa de las Pampas con sus concreciones calcáreas conteniendo osamentas de cuadrúpedos terrestres. Esta sección vertical indica claramente una gran bahía de agua salada que se ha ido convirtiendo gradualmente en un estuario fangoso, al que fueron arrastrados por las aguas los cadáveres de los animales ahogados (…)

En el sedimento de las Pampas, cerca de Bajada, he hallado el caparazón óseo de un gigantesco animal parecido al armadillo; cuando ese caparazón fue desembarazado de la tierra que lo llenaba, se hubiera podido decir que era un gran caldero. También encontré en el mismo lugar dientes de Toxodon y de mastodonte y otro de caballo, los cuales habían tomado el color del depósito y se redujeron casi a polvo. Ese diente de caballo me interesó en gran manera (1) y tomé las más minuciosas precauciones para asegurarme de que había quedado soterrado en la misma época que los restantes fósiles; ignoraba entonces que un diente parecido se hallaba oculto en la ganga de los fósiles que había yo encontrado en Bahía Blanca; tampoco se sabía en aquel tiempo que los restos del caballo se encuentran por todas partes en América del Norte.

(…) es interesante hacer constar que el profesor Owen no ha podido encontrar en ninguna especie, fósil o reciente, una curva ligera pero muy singular que caracteriza a ese diente, hasta que se le ha ocurrido compararlo con el que poseo; el profesor ha dado a tal caballo americano el nombre de Equus curvidens. 

¿No es un hecho maravilloso en la historia de los mamíferos que un caballo indígena haya vivido en América meridional y que haya desaparecido después para ser reemplazado más tarde por las innumerables hordas actuales descendientes de algunos animales de esa especie introducidos por los colonos españoles?

(1) Es casi inútil dejar establecido aquí que el caballo no existía en América en los tiempos de Colón.”


Charles Darwin 

Viaje de un naturalista alrededor del mundo. 1833.

ADIVINA ADIVINADOR 

De las adivinanzas recopiladas por Cármelo Romero (Conde de Gená) y Encuesta de Folklore 1921 extraemos éstas:

41) Bebo agua y no tengo agua y como no tengo agua tú bebes vino. 

43) Blanco fue mi nacimiento, /me pintaron de colores,

   Varias muertes he causado / y empobrecido señores…

45) No es lo que comes 

 

41) El molino 43) El naipe 45) La nuez

ESA “BÁRBARA COSTUMBRE DEL JUEGO DEL CARNABAL”

Todo un documento histórico del Archivo Particular del doctor Eduardo Seguí, residente en Concepción del Uruguay. Agradecemos la gentileza; lo transcribimos con la ortografía de la época (v.g. Carnabal) y lo compartimos con nuestros lectores.

 aquel DECRETO expresaba:

“ (…) Cuartel Gral. Costa de Gualeguaychú, Octubre 21 de 1848 (…) El Gobernador y Capitán General de la Provincia de Entre Ríos (…) Considerando los graves inconvenientes que envuelve la inmemorial bárbara costumbre del juego del Carnabal, que no mejos perjudica la salud de los que imprudentemente se entregan a sus excesos, que la moral y cultura que tan imperiosamente demandan la Religión del Estado y el actual siglo de luces; así como que el Carnabal creado por la Administración pasada en Decreto de Noviembre de 1840, para festejar en lo sucesivo el aniversario de la gloriosa Convención de Paz, celebrada entre la Confederación Arjentina y la Francia el 29 de Octubre de aquel año, puede remplazarse con algo que estando más en armonía con nuestro adelanto social, corresponda al honorable inmortal acontecimiento que recuerda; dispone y DECRETA:

JUSTO J. de URQUIZA 

“El Federal Entrerriano” 9 de noviembre de 1848.

FRIGORÍFICO GUALEGUAYCHÚ S. A

 PAGO DE DIVIDENDOS 

Se comunica a los Señores Accionistas que desde el 12 de junio último se está pagando el dividendo del 4 por ciento correspondiente al 15º ejercicio financiero de la Compañía, cerrado el 31 de diciembre de 1938.

Dicho dividendo se abona contra presentación del título de propiedad de las acciones en nuestras Oficinas en Gualeguaychú, o en el Escritorio de la Compañía en Buenos Aires, calle Sarmiento 412, 5º Piso.

Los señores Accionistas que residan en otras localidades pueden obtener el pago del dividendo que les corresponda, enviando, bajo sobre certificado, los títulos de sus acciones a las Oficinas de la Compañía en Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, desde donde se les girará el importe a que son acreedores y se les devolverán los títulos. 

MANDARINAS 

(A María Cristina, que vive todavía en cada primavera)

 

Recuerdo, cuando niño 

robaba mandarinas,

redondeces de oro

que una dulce vecina

cuidaba de mis garras

“mis garras asesinas”

como quien cuida el tiempo

que no arruine la vida.

Yo esquivaba en la siesta

la leve ligustrina,

sobornando a su perro

con sobras de cocina,

y entraba al terrenito 

de Doña Catalina,

que dormía su sueño

tras pesadas cortinas.

Alzaba mi tesoro

y escalaba la encina,

después, con un silbido,

le avisaba a Cristina

y comíamos juntos

y ella a veces reía

con risa transparente y

fulgor de aguamarina.

Silbo de vez en cuando 

para ver qué sucede

aunque hace tantos años

que talaron la encina,

y aunque no me lo crean

a veces siento risas,

y un perfume en el aire,

como de mandarinas.

 

Víctor Heredia

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
TRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – Abril 2020 - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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