Cuaderno Nº 7

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, DOMINGO 03 DE ENERO DE 1993CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 7
¡OH, EL MARAVILLOSO CIELO DE GUALEGUAYCHÚ!.LA CASA MUNICIPAL.VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ III.-  AGUIRRE Y USTARIS, ESCRIBIÓ MUCHO Y BIEN.REFRANERO EN GUALEGUAYCHÚ.ENCUESTA DE FOLKLORE, 1921.
LOS HABITANTES DE LA MANSION IVCONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGODE AQUELLA PRENSAADIVINANZAENTRE LETRAS Y PINTURASEL MUEBLE: ESE DESCONOCIDO

¡OH, EL MARAVILLOSO CIELO DE GUALEGUAYCHÚ!

Italo A. Sameghini

"Agregamos por último que aquello que

salva siempre las telas

más débiles de Sisley es el modo de representar el cielo.

En carta a un amigo le dice:

Es necesario que los objetos se logren con la textura que les es propia

y sobre todo que estén envueltos en luz como lo están en la naturaleza.

El cielo debe constituir el medio, no puede ser simplemente el fondo".

("Alfred Sisley" de Francis Daulté)

Quien recorre caminos entrerrianos no puede dejar de mirar el cielo. Allí están sus amaneceres atrapantes, sus enrojecidos atardeceres, sus mediodías fastuosos en luz, sus misteriosas siestas, donde en la comba celeste sólo se advierte el cansino vuelo de una paloma del monte como acompañando a una nube viajera. Allí están, también, las tormentas fraguadas de improviso y las lluvias sonoras, chamarritas de gotas repicando sus notas sobre los viejos techos de zinc o sobre amortiguados tonos, en las resistentes tejas, desteñidas.

Soy, lo confieso, un enamorado del cielo de Gualeguaychú, con sus cambiantes contornos; coincido con los que sintieron inflamadas sensaciones, cuando se detuvieron a mirar hacia arriba del paisaje pegado a la tierra y vieron aquel azul de cobalto cerúleo o encelestado como aquel "azul otro tono" que es tremendamente fuerte como para mostrarnos el valor del color, gozo eterno de Van Gogh.

El mirar el cielo en sus rincones más disímiles tiene distintos encantos. Es ponerse a soñar y comprender porqué tanto lo exaltaron sus poetas y escritores, y hasta la vieja copla que recogió Alberto Gerchunoff la que aún resuena en los pagos entrerrianos.

"Entre Ríos tierra mía

¿Dónde hay un cielo como el tuyo?

Tus lomadas y tus ríos"

Lo aprendí a gozar en sus más variados aspectos, pincel en mano, buscando la limpidez de un rincón del Gualeyán o el matiz de luz y sombra que en lontananza aprisiona el monte espeso en cuyo maderil cordaje gime sus sollozos bajo las garras del viento, o cuando deja en largas atropelladas, disparatadas las tropillas albas de las nubes dispersas, siguiendo a la lejana madrina bajo el ulular del pampero, o como vellones desprendidos y constantes que van preanunciando la inminente tormenta vibrante que vendrá con el sonoro tropel de los truenos y los tensos latigazos estremecedores de los rayos.

Cuántas caras distintas ofrece el cielo de Gualeguaychú en esas variaciones diarias, desde el alba, preanunciada por el clarín del gallo, hasta el atardecer cuando ya la luna cabalga sobre el cielo para calcar su faz entalcada sobre el caudaloso río, donde las estrellas se bañan estremecidas de pudor en la hondura de los cauces murmuradores.

Fray Mocho, que desde la urbe porteña añoraba su Gualeguaychú y lo pregonaba en sus libros y notas periodísticas, lo relata a través de su prosa inolvidable.

Nuestro Cura Gaucho trotador de todos los caminos, este querido Jeannot Sueyro, nos dice en el acento de vibrante patriotismo:

"Cielo de Dios y tierra del Supremo

Con contrapunto de ceibos y de estrellas

¡Quién pudiera juntarlos en abrazos

De santos y de poetas!"

Otro hijo de Gualeguaychú, el inolvidable Eduardo Villagra destacaba:

"Por aquellas mismas noches, a campo, tendido en el recado mientras viene el sueño, mirando la inmensa bóveda oscura agujereada de estrellas. Puntitos de plata sobre fondo negro que parece lucir aún más hermoso cuando se contempla en el silencio profundo de la noche, ceñido sobre las gramillas y los trebolares de mis cuchillas entrerrianas".

Y también nos conmueve lo que nos dice Gerchunoff, ese gran periodista y escritor de Entre Ríos:

"Experimento una gratitud fervorosa hacia esa comarca, hacia esa pequeña patria que es su magnífica, su amable provincia, cuadriculada de ríos, bajo un cielo portentoso de placidez amistosa, en que la estrella protectora sonríe de noche sobre las eras labradas de las cuales se extrae con su talento doméstico lo que su alma oscura y modesta requiere para existir".

Otra hija de este pueblo, poeta enamorada de Gualeguaychú, Amalia Aguilar Vidart, nos dijo:

"Me deslumbró su cielo constelado y el embrujo perenne de sus horas, me virtió por las venas lo soñado".

Un miembro de la Sociedad de Geografía de Londres iba en viaje desde Paraná con destino a la famosa Estancia "Las Cabezas", situada en Gualeguay. A las dos de la madrugada cruza su diligencia el río Nogoyá por un alto puente. A propósito, cuenta Fermín Chávez en "Cuchillas e Historias" que la falta de luz artificial le hacía decir al inglés... "nos lleva a contemplar la naturaleza y debo decir que nunca, ni siquiera en la noche pasada en los Alpes, he visto una luna tan hermosa como aquella. Apenas estaba en un mínimo creciente esa luz, la reflejada en su superficie fulgía como fulge la luz total del astro en otros cielos menos transparentes".

Para soñar con ese cielo que no podemos olvidar deberíamos repetir un trozo de la carta de Vincent Van Gogh a su hermano Theo: "...¿Sabes? Dibujar con palabras es también un arte que delata a veces una fuerza dormida, la misma que la pequeña nube azul o gris delata un fuego en el hogar".

LA CASA MUNICIPAL

Nati Sarrot - Andrea Sameghini

El terreno, con frente a calles Catamarca y Agricultura (hoy Yrigoyen y Ángel Elías) de 25,98 m. y un fondo de 65,40 m., se compró a Tomasa León de Villagra, Evodeo León y Faustino Villagra en $ 7.939,05.

Se escrituró recién en 1888, siendo Presidente Municipal D. Antonio Daneri.

Por Ordenanza del Honorable Concejo Deliberante el 12 de julio de 1907, se autoriza al Departamento Ejecutivo a licitar la construcción de un edificio para Casa Municipal de Gualeguaychú, sobre un proyecto del Jefe de Obras Públicas, Arquitecto José Bottani.

La Ordenanza, firmada por D. Domingo Ideartegaray y D. Alejandro Risso como Presidente y Secretario del Concejo, el día 15 siguiente es promulgada por el Presidente Municipal, Dr. Santiago C. Díaz, Secretaría de D. Ricardo L. Nieto.

El Constructor Pedro Delfino se adjudicó la obra por la suma de $80.000.

El 9 de mayo de 1909 se desarrolló el primer día hábil de oficina de la nueva Casa Municipal.

VISITANTES Y VIAJEROS

QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ III

AGUIRRE Y USTARIS, ESCRIBIÓ MUCHO Y BIEN.

A esta Villa llegó en 1796 un hombre de extraordinarios conocimientos, el Capitán de Fragata JUAN IGNACIO FRANCISCO de AGUIRRE y USTARIS, considerado con justicia como uno de los precursores de nuestra historiografía. Había nacido en 1756, en el pequeño pueblo de Doña María, en Navarra. Tan pequeño era ese pueblo que en esa época tenía 41 casas y unos 500 habitantes.

De familia de linaje, nunca usó el "de" de su apellido.

Uno de sus biógrafos más capacitados, Leoncio Gianello, nos dice que Juan Francisco de Aguirre no es lo bastante conocido por los argentinos, no obstante haber escrito tanto y tan bien sobre nuestra historia, con un remarcado cariño por nuestras cosas.

Luego de varios servicios en el Paraguay y en el Río de la Plata - tomando notas -, desde agosto de 1783 en que fue designado comisario de una de las partidas demarcadoras de límites entre España y Portugal en los dominios de Hispanoamérica (1). Es así que se propuso la obligación de escribir sobre el viaje hecho hasta el seno de las Provincias del Río de la Plata, descripción e historia de ellas.

Refiriéndose a la costa del Uruguay dijo que no debe pensarse jamás en otros pobladores que los indios, a quienes, aunque no tengan sino una sola cabeza de ganado, es justo conservarles las tierras mientras no se acabe el último indio.

Dice también Aguirre y Ustaris que no existe la menor noticia geográfica de estos lugares y propuesto a llegar a Santa Fe, eligió el camino de las villas, para seguir luego a Buenos Aires.

El 29 de marzo de 1796, a las 11 horas 12 minutos llegó al Arroyo de la China, de ahí a la Villa de Concepción, quinta de La Centella, Estancia El Potrero, Arroyos Sauce y Tala. Desde este punto anota que comienzan las tierras del Doctor Presbítero Pedro García de Zúñiga, quien posee diferentes estancias y puestos.

Siguió a La Centella y a la Estancia Principal de Esteban Justo García de Zúñiga, hermano de aquel, con tierras que llegaban hasta las cercanías de Gualeguaychú, las que no se pueden mejorar, anota, pues hay mucha abundancia de ñandubay y espinillos.

El 30 salió de la Estancia de Isleta, continuando por Jesús María, Punta Fray Bentos, Boca del Gualeguaychú, Punta Caballo y, por fin, a la Villa de San José de Gualeguaychú. De ésta anota lo siguiente: "la Villa dista 4 Kms. del río Uruguay; el río Gualeguaychú es bastante sinuoso y angosto; no hay todavía ninguna casa de tejas".

Agrega que no tuvo que detenerse pues lo más esencial es la observación cuando las especies más principales van ya anotadas en la Concepción, pues se asemejan siendo coetáneas. Anota una población de 73 vecinos, según el padrón de 1792.

De Arroyo de la China escribió: "Son sus tierras propias para sementeras y ganados. Las especies de palos que aquí abundan y son preferentes: el ñandubay, algarrobo y espinillo, árboles pequeños pero que sirven de excelente postería para corrales de rodeos y corredores de casas".

Desde Gualeguaychú partió Aguirre y Ustaris hacia la estancia de Díaz (se refiere a Esteban Díaz, vecino de Gualeguaychu con campos sobre el arroyo Gualeyán); por cuyas tierras pasaba el Camino Real que desde Arroyo de la China cruzaba el Gualeyán por el paso natural -Paso de Rocamora- para seguir a Gualeguay (2)

El diario de Aguirre y Ustaris no llegó a publicarse. Sin realizar el gran propósito de su vida, murió soltero el 26 de febrero de 1811, en Orejo, Obispado de Santander, en plena ocupación francesa.

NOTAS :

(1) Leoncio Gianello, Juan Francisco de Aguirre y su aporte historiográfico. Separata de Investigaciones y Ensayos Nº30. Academia Nacional de la Historia. Bs.As.1981

(2) Diario de Viaje de Juan Francisco de Aguirre. Tomo III. Publicación de la Biblioteca Nacional. Bs.As.1951. 

Refranero de Gualeguaychú

Andrea Sameghini

El estudioso del Refranero Español, Luis Martínez Kleiser, decía: "Los refranes son Evangelios chiquitos, que no engañan a nadie". Por su parte Quijote aseguraba: "Paréceme Sancho que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas."

Hace unos dieciocho años emprendimos la tarea de recopilar los que se decían en Gualeguaychú, traídos, los primeros por los colonizadores y luego por la gran masa inmigratoria que llegó de distintos países de Europa y el Cercano Oriente.

España dio al Refrán una importancia singular. En el primer tercio del siglo XVII, Gonzalo Correas, catedrático del Colegio Trilingüe de la Universidad de Salamanca, luego de sus horas de clase, salía a los pequeños poblados, a las callejas y recogía en anotaciones el saber del pueblo, esa habla de hombres maduros, de labradores, molineros, mujeres de hogar, palabras de novios, chocheces de viejos; es decir, la elocuencia del vulgo. La fuerza humana de la voz popular, que no debe entenderse por inculta sino por anónima y que, válida a través del tiempo, fue repetida de boca en boca.

Correas dejo así consignado un Refranero Completo de más de 25.000 frases, salvado por la Real Academia Española que hizo copiar a D. Tomás Antonio Sánchez los tres tomos, pagándole 25 doblones.

Salvando distancias, algo similar nos pasó a Nati Sarrot y a quien esto relata. En 1974 nos ofrecieron en venta dos cuadernos que pertenecieron a Cármelo Romero, el Conde de Gená (Ver Nº 6 CVADERNOS de GUALEGUAYCHÚ). Allí había anotados los Refranes usados en nuestra zona antes de 1850. Una segunda serie con Refranes Viejos y Criollos, al que agregaba nombres de plantas, arbustos, yuyos que se aplicaban a la medicina popular; Dichos, Adivinanzas, Coplas, etc.

No los pudimos comprar y se los llevó un anticuario de Bs. As.; pero antes, sin recibir doblones, ya no con pluma de ganso, Nati copió textualmente todo el material, que ahora podrá llegar al lector de CVADERNOS en sucesivas notas.

Cuatro años después, enterada que en el Instituto Nacional de Antropología de Bs. As. se guardaban en cajas fuertes blindadas los originales de la "Encuesta de Folklore" efectuada en 1921 por maestras nacionales, pude acceder a ellos complementando este trabajo que podemos brindar al lector enriquecido por el estudio de eruditos en el tema.

NOTA DE REDACCIÓN:

EL REFRÁN se anotará:

1º tal como lo consignó el Conde de Gená.

2º tal como lo anotaron los distintos Refraneros, por apellido.

3º el orden alfabético en general, como lo toma Sbarbi.

PRIMERA SERIE. Antes de 1850

Recop. De Cármelo Romero, Conde de Gená.

1) ABRIL Y FRÍO, PAN Y VINO.

Sbarbi: Abril y frío, mucho pan y poco vino. La circunstancia marcada favorece al trigo pero no a los viñedos.

Correas: Abril frío, mucho pan y poco vino.Abril y frío, pan y vino.

Martínez Kleiser: Abril frío, pan y vino. Abril frío, mucho pan y poco vino.

2) ACEITUNAS: UNA ES ORO Y DOS ACEITUNAS PLATA; LA TERCERA MATA.

Sbarbi: advierte sobre la moderación para que no hagan daño.

Martínez Kleiser: Aceituna una es oro; dos, plata y la tercera mata.

Correas: Aceituna, una es oro; dos, plata y la tercera mata.

NOTA: Se sigue el orden que Cármelo Romero otorgó a los refranes en su transcripción.

Sbarbi los ordena por palabra dominante del Refrán. Martínez Kleiser por ideología, datos del trabajo que reservamos para hacer más ágil la entrega al lector.

EL REFRANERO - Obras Consultadas

Agradecemos a quienes hicieron posible este estudio:

Por los muchos libros, diarios, revistas y folletos que nos alcanzaron durante tantos años.

ENCUESTA DE FOLKLORE, 1921

La idea de reunir los elementos genuinamente argentinos perteneció a Paul Groussac, en 1893. El Dr. Juan P. Ramos, Vocal del H. Consejo Nacional de Educación, haciéndose eco, presentó un plan el 16 de marzo de 1921.

La aspiración era que una Encuesta salvara el patrimonio folklórico argentino, en especial: Cuentos, Leyendas, Supersticiones, Medicina Popular, Adivinanzas, Bailes, Refranes, Dichos, Cantares, Juegos Infantiles, Creencias, etc.

Sobre la base de un cuestionario los maestros nacionales de todo el país realizaron un trabajo que tiene el mérito de haber salvado mucho del folklore, máxime en lugares que, como en Entre Ríos, era tan poco conocido y divulgado.

Merece, este equipo de maestros entrerrianos ser recordado, ya que desconociendo en su mayoría las técnicas de la investigación, nos dejaron una buena recopilación de los sucedidos del territorio entrerriano, de lo que fue el saber del pueblo, desde el Siglo XIX hasta las dos primeras décadas del XX.

A casi 72 años de aquel relevamiento, destacamos a los maestros de Gualeguaychú:

EDICIÓN IMPRESAINVESTIGACIÓN Y TEXTOS: ANDREA SAMEGHINI NATI SARROTJEFE DE REDACCIÓN: MARCO AURELIO RODRÍGUEZ OTEROCOLUMNISTAS: CARLOS M. CASTIGLIONE - AURELIO GÓMEZ HERNÁNDEZ -DISEÑOS DEL SUPLEMENTO DE LA ÚLTIMA PÁGINA Y ROSTRO DE JUAN PABLO DOMINGO: RAÚL A. SARROT
TIPEO DE TEXTOS Y ESCANEO DE IMÁGENES: JOAQUÍN R. CARRERA Y ZULMA N. MENA 
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