• Excursión 977. 5 Agosto de 2019. Lunes.
Lomo Abae. Pista el Fayal. Camino los Márgenes. Igueste
Municipio: Candelaria.
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 15.25 a 18.50h. De 1428 a 333m.
Distancia: 6,9km. Duración: 3h 25m
Desde la carretera de La Esperanza (Las Lagunetas) voy por una pista (El Fayal) hasta el cortafuego y de ahí por la misma pista accedo a la parte alta de una loma estrecha y afilada (Abae) por la que desciendo (unos 400 metros de desnivel) con mucha emoción hasta una zona agrícola en el Camino de Los Márgenes, en la zona alta de Igueste de Candelaria
Mi objetivo hoy es bajar por el Lomo Abae que ya intenté en la excursión 934. No me atreví al ver el desnivel y el sendero lleno de pinocha. El lomo Abae es una cresta que limita por el este la gran cuenca fluvial el barranco de Araca. En aquella excursión logré llegar hasta el principio de la bajada.
Me monto en la guagua en La Laguna para ir a La Esperanza, pero llamo a Silvestre el taxista del Rosario que se ofrece a llevarme, me bajo en la primera parada, nada más pasar la pista del aeropuerto y enseguida aparece y me lleva hasta Las Lagunetas (15.25, 15€). El tiempo está estupendo, despejado y agradable, no hace calor. Tomo por la pista El Fayal, que es la que sale a la izquierda en la curva y unos metros antes del km 16. Va hacia la vertiente sur de la isla. Desde esta misma curva y también a la izquierda salen senderos oficiales PR tanto hacia Candelaria como hacia La Matanza y La Victoria, conozco bien este cruce de caminos, pero no era consciente de esta pista (El Fayal). Me gustan estos “descubrimientos”. Es una pista ancha, de firme regular, con pinos y fayas a los lados. Al principio es una pista surco con paredes altas, después va bajando sin demasiado desnivel y la sigo hasta el cortafuego (1310m) por el que sigo bajando.
El cortafuego se reconoce además de por su anchura por el cable eléctrico que lo recorre. Con vistas a la costa y con firme un poco más irregular y resbaladizo, lo tengo que hacer más despacio. Por dentro del cortafuego también hay un sendero más o menos marcado. Bajo hasta que me cruzo con una pista (16.08h, 1140m, El Fayal). A este cruce también llegué en mi intento frustrado de bajar el Lomo Abae (excursión 934). Entonces accedí desde Igueste de Candelaria subiendo por un camino de Candelaria (el camino Lomo de la Barca. Tomo a la derecha por la pista a la que acabo de llegar. En un par de minutos se termina la pista y continúa un sendero que no es fácil de ver (está ligeramente elevado con respecto a la pista), ahora me sirve lo poquito que hice entonces, hoy no dudo en este punto. El sendero verdadero empieza un poco por encima de la pista, no hay que seguir recto por otro sendero porque ese no llega a nada. Cuanto más avanzo por este sendero más emocionado y nervioso, llega el momento en que me tenga que enfrentar a un punto decisivo. (Ya me ha ocurrido otras veces, que dejo una excursión a medias porque no soy capaz de superar un punto decisivo y no puedo completar el recorrido, entonces eso se queda en mi mente durante meses y cada vez que consulto la lista de excursiones y veo esa excursión surge ese punto decisivo y cierta inquietud). Este tramo de sendero que va recorriendo pliegues de la ladera de la montaña no es muy largo, unos cinco minutos, y llego al sitio por donde debo empezar a bajar.
(Me he documentado especialmente para esta excursión con un mapa que he conseguido en el visor de mapas del Gobierno de Canarias, procede de un mapa de Grafcan de escala 1:5000 (Mapa Topográfico Insular). Primero defino el track de la excursión en Basecamp, salvo el track en formato kpl, y, después, en el visor del Gobierno de Canarias, cargo el track. Así logro una visión muy realista de por dónde va el sendero. Después lo imprimo y dibujo el track a mano).
El sendero va bajando con muchas curvas y bastante cubierto de pinocha, pero sin mucha complicación en realidad, y va siguiendo la cresta que es más bien ancha. Las vistas son fantásticas sobre las laderas cubiertas de pinos y la costa por Güímar, el día está muy luminoso y se ve todo con mucho detalle, todo es muy espacioso. Muy concentrado voy siguiendo las curvas del sendero oculto pero que voy sintiendo. Llego a una bifurcación con un hito (unos 90 metros de desnivel más abajo del principio de la bajada) que me da un poco de inseguridad. A la derecha sale un sendero y otro sigue bajando por la arista de la loma ancha. De momento lo más natural me parece seguir bajando, cosa que hago, pero unos metros, no muchos, más abajo llego a un sitio donde desaparece toda traza del sendero. Inseguro vuelvo al hito y recorro el sendero que salía a la derecha, pero tras unos cien metros, quizás, me doy cuenta de que no lleva a nada, hay un sendero, pero está muy cubierto de pinocha sobre una ladera de mucha inclinación, y cada vez más peligroso, de hecho, tengo que ir despejando la pinocha antes de pisar. No puede ser tan difícil.
Regreso al hito y bajo hasta donde desaparece el sendero. Bajo un poco, vuelvo a subir, desde abajo voy memorizando el pino (con tres ramas en forma de candelabro) donde termina el sendero y así estoy más de diez minutos hasta que ya por fin me decido a seguir, seguir simplemente bajando por la cresta, por la ladera, alea jacta est, este es el punto de no retorno, si sigo bajando ya tengo que hacerlo todo. El mapa detallado no me está sirviendo, la realidad es mucho más complicada que el mapa. Poco después llego a un terreno con menos desnivel (1030 a 1020m) y a partir de aquí con pendiente creciente, se simplifica la travesía, voy por una cresta afilada y rocosa sin posibilidad de pérdida. Y comprendo porque ya no hay trazas del sendero, el terreno es muy rocoso, y el recorrido va por una cresta aguda. Así y todo, voy un poco encogido y temeroso, asumiendo la decisión de bajar hasta el final. Esta preocupación no me deja apreciar debidamente la grandiosidad del paisaje y el día tan fantástico que hace. Me voy tranquilizando y me paro aquí y allá para tener imágenes de las laderas y la planicie del valle de Güímar.
Muchos tramos tienen bastante desnivel y tengo que deslizarme por las piedras calibrando cada paso. Me lo tomo con calma, sé que el desnivel entre el principio de la bajada y mi destino es muy fuerte, un desnivel de unos 400 metros. Sigo bajando y bajando, y en algunos sitios hay un sendero visible, dura muy poco, voy bajando con la idea de que cuanto más me acerque al destino más claro será el sendero. No ocurre así, tras un tramo claro de sendero vuelve a desaparecer. Ya hacer rato que tengo vistas de las pequeñas casetas y las finquitas con viñedos alrededor del camino de los Márgenes. Parece una pintoresca imagen de un valle alpino. En los 730m aproximadamente llego a un promontorio rocoso y el tránsito se complica. Enfrente y por debajo de mí tengo la cortada de un barranco profundo y al otro lado una pared vertical (la ladera de la montaña de Arguama). Parece que estoy atrapado. No es así, puedo ir bajando por la derecha de este pequeño promontorio entre terrazas naturales hasta un canal seco, lo sigo a la izquierda, está muy tupido de plantas, bajo un poco más por la ladera y llego a un sendero que resulta ser otro canal, lo sigo hacia la izquierda, atravieso un túnel corto sin agacharme, salgo del túnel y llego a la cortada del barranco, un puente lo salva, pero es un puente largo (unos 30 metros de largo) y no es llano está abombado. Al otro lado el canal se mete por otro túnel y sé que ese canal tiene que atravesar toda esta montaña (Arguama), es demasiado complicado. No puede ser tan complicado. (Hay un paso que empieza al otro lado del puente, a la derecha del túnel, todavía no lo sé, lo descubriré en otra excursión -la 1157).
Ahora me falta es un poco de tranquilidad, estoy en efervescencia y lo único que pienso es en bajar a las pistas estrechas y tranquilas que tengo a la vista. Regreso por el túnel y en cuanto llego a un terreno donde la pendiente no es muy fuerte decido bajar por la ladera entre pinos dispersos y plantas por una ladera muy tupida de vegetación. Logro llegar justo enfrente del pozo que conozco bien de otras excursiones (pozo Ajeja, excursión 376), pero tengo delante una caída imposible de salvar. Oigo música que sale de una caseta, saco mi silbato de la mochila, pero en cuanto empiezo a silbar cesa la música, y por más que silbo nadie sale de ninguna caseta, silencio total. (Se puede bajar por la izquierda, lo descubriré en otra excursión -la 1399). Opto por seguir hacia la derecha por la ladera, bajo a una terraza con escalones que sobresalen del muro pero de nuevo sin continuación a la pista de abajo. Sigo hacia la derecha, paso por encima de una caseta, sigo y encuentro una valla, empiezo a bajar pegado a la valla metálica y luchando a patadas con las tuneras que me van a dejar púas y pinchos para varias días, hasta que llego a un sitio donde la valla se ha caído, trepo por la valla con una fuerza y una determinación increíble, en este momento de la excursión ya hago lo que sea por llegar abajo, ahora estoy dentro del recinto de una finca, que parece abandonada, llego hasta la puerta metálica y la valla que limita con la pista, la trepo y salto afuera.
El alivio es instantáneo, ha sido impresionante. Lo que me ha faltado de calma para buscar la solución y el sendero, que parecía claro en el mapa de OSM para cruzar el barranco, me ha sobrado de fiereza para vencer todo tipo de obstáculos. Y pisando fuerte (en más de un sentido) para quitarme el polvo de los zapatos. Más tranquilo abro el paraguas y enseguida empato con la pista de bajada del camino de Los Márgenes. Un hombre que trabaja a pecho descubierto en su terreno haciendo mezcla de cemento se queda sin palabras cuando me ve. ¡Qué aspecto debo tener! Sigo bajando totalmente relajado y satisfecho por lo que he logrado, que me las den todas. Un poco después de pasar el Viradero (18.50h) (la parte antigua de Igueste) le pregunto a un hombre con dos niños por si ya han acabado las obras de la carretera y me dice que no, hablamos un poco y se ofrece a llevarme hasta la autopista. Gracias. Muchas gracias. Está aquí porque tiene una finca con frutales y viene a regar. Me lleva en un suspiro hasta el McDonald’s de las Caletillas (19.02). Muchas gracias.
En la parada de la autopista un hombre con acento sudamericano habla acaloradamente por teléfono, quiere, pero no puede pagar una deuda de 400 euros. Yo me pongo a quitarme los minúsculos pinchos de las tuneras, los tengo en los brazos, en las piernas, en las manos, por la mochila. La 121 aparece al cuarto de hora (19.22h) y llegamos a Santa Cruz (19.40h). De ahí tomo la 015 hasta La Laguna (20.05h).
El reto de esta excursión ha estado a la altura de mis expectativas y de mis temores, de mis peores temores también. Tengo que volver otro día a ver si encuentro el tramo final buscándolo desde abajo, desde el sendero que sube a la montaña Arguama (excursión 1157).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Parte superior de la excursión
Parte inferior de la excursión