E-202 Icod el Alto. Masapé

• Excursión 202. 22 Septiembre de 2014. Lunes.

Icod el Alto. Masapé.

Municipio: Los Realejos.

De 18 a 19h. De 400 a 520 a 400m.

Distancia: 4,3km. Duración: 1h.

Recorrido por una meseta-saliente sobre el mar con vistas a la costa norte

Vuelvo a visitar la planicie del Masapé en Icod el Alto. De camino me paro en el mirador del Lance. Hoy es un buen día para observar todo el valle. También para hacer un gran panorama. Está nublado, pero la suficiente luz para que salga bien iluminada cada casa, cada prado, cada árbol de todo el valle. En primer término, están los dos Realejos, el alto y el bajo. La tira larga de San Vicente baja hacia el mirador de San Pedro y la Rambla de Castro. (El volcán) de la montaña del Fraile con su pequeña ermita en lo alto. Cerrando el valle por la izquierda y enfrente la ladera de Pinoleris con la fila de casas de Pino Alto que se adentra en el valle. Un poco de luz solar ilumina el pinar de lo alto de esa ladera. Más allá del valle se ven las casas dispersas de Santa Úrsula, La Victoria hasta Tacoronte. Con las cámaras actuales el nivel de detalle es tan grande que después en el ordenador puedo aumentar las imágenes hasta casi ver los números de matrícula de los coches.

Esta vez voy en coche hasta el caserío del Riego. El dueño de la casa, el día anterior, me dijo que lo podía dejar a la entrada de la callecita.

Desde aquí exploro la meseta hacia el oeste. Paso al lado de un campo en barbecho con rosas de todos los colores en un lado. Pasado este campo bajo por una pista hasta el borde del acantilado. Veo una cabra en medio del risco, me mira de lejos ladeando la cabeza ¿estará arriscada?  El sitio donde está es muy inaccesible. Me quedo un rato mirando hacia el mar y la costa. El mar se ve inmenso más allá de una pequeña bahía. Hay muchas ondas en el agua del mar. Veo una finca con plátanos, en un extremo de la finca y cerca de un paseo algunas casas antiguas con tejados de tejas color ocre y al lado una tentadora piscina de formas curvadas.

Deambulo por otras pistas más arriba del borde y veo a dos cazadores hoscos con perros pero que no disparan. Apenas contestan cuando los saludo. Me miran con disgusto ¿Les estaré molestando la caza? Paso de nuevo por el camino precioso con rosas de todos los colores. Exploro todo lo que puedo el borde, pero no consigo tan buena sensación como el día anterior.

Llego hasta otro barrio y camino por una carretera hacia el oeste acercán­dome al borde del barranco de Ruiz. Descubro la entrada al barranco de Ruiz. Avanzo por un camino empedrado hasta el borde. Y contemplo el barranco desde el borde. La vista es impresionante, pero no puede quedarme, se me ha terminado el tiempo. Deshago el camino por la carretera solitaria, con campos llanos a los lados, paso el barrio y bajo hasta el caserío del Riego.

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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